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ABC MADRID 04-09-2018 página 27
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MARTES, 4 DE SEPTIEMBRE DE 2018 abc. es internacional INTERNACIONAL 27 DE LEJOS PEDRO RODRÍGUEZ TRIBUS CON BANDERAS U Un proyectil alcanza un campo de refugiados en Trípoli ta que en estos momentos no hay forma de saber qué grupo es el más poderoso, son todos fuertes y por eso la lucha se alarga. Siempre alegan que ellos combaten por los libios que hacemos largas colas ante los bancos por culpa de una economía destrozada, pero en cierta forma son ellos realmente los que mandan en el país y hemos comprobado en los últimos años que no hacen nada por la sociedad Badi teme que, ante la falta de poder exhibida, el GNA decida actuar de forma reaccionaria y opte por legitimar a alguno de estos grupos armados y advierte de que esto permitiría a las milicias elegidas diversificar sus recursos como grupos armados, serían los administradores de la seguridad Al mismo tiempo que la ONU convocaba una reunión para tratar de impulsar el alto el fuego, milicias de la ciudad costera de Misrata anunciaban que se dirigían a la capital, y desde la vecina Zlitan apuntaron que ellos también enviarán refuerzos a Trípoli para intentar controlar la situación. Como ocurre desde 2011, la guerra entre milicias avanza mucho más rápido que la diplomacia. REUTERS Combate entre señores de la guerra en un país destrozado M. AYESTARAN JERUSALÉN Durante 42 años un señor de la guerra, Muamar Gadafi, dominaba Libia, pero desde 2011 son miles los señores de la guerra que llenan el vacío de poder dejado por el asesinato del mandatario a manos de las milicias de Misrata, respaldadas por la OTAN. Trípoli es la última plaza en la que estos señores de la guerra, llegados de distintas ciudades, dirimen sus diferencias a base del único lenguaje que conocen: las armas. La comunidad internacional suma fracaso tras fracaso y los esfuerzos de los enviados de la ONU por crear instituciones capaces de gobernar chocan con la realidad de un país fragmentado en mil pedazos y donde se solapan conflictos entre islamistas, tribus, etnias e intereses exteriores. El último fracaso es la explosión de violencia en la capital, donde las distintas milicias combaten por erigirse en una especie de ejército legítimo del gobierno de unidad nacional (GNA) apoyado por la ONU. En las calles combaten grupos que se presentan como fuerzas leales al GNA, pero que no dudan en recurrir a la violencia y el terror sin importarles la vida de los civiles. Ante el incremento de la violencia, el Gobierno ha pedido apoyo a más grupos armados de ciudades como Zenten o Misrata, lo que sólo puede agravar la situación declara a Afp un diplomático occidental. El Gobierno apadrinado por la ONU juega con fuego, igual que países europeos como Italia, que no ha dudado en negociar directamente con señores de la guerra para evitar la salida de emigrantes hacia Europa. na de las tendencias globales más ignoradas pero con mayores repercusiones es la multiplicación de Estados fallidos (Failed States) sobre todo en la periferia de Europa. Se trata de una lista creciente de naciones que han dejado de funcionar como tales y se consumen en conflictos civiles, transformándose en inhumanos emisores de refugiados desesperados en búsqueda de un mínimo de dignidad y seguridad al otro lado del Mediterráneo. En esta dramática tormenta se juntan fronteras cuestionadas, legitimidades políticas inexistentes, salvajes confrontaciones internas, la estratégica oportunidad que la anarquía representa para actores no- estatales y la inviabilidad de todos esos Estados nación que en el fondo no son mucho más que tribus con banderas. Aunque hay académicos que insisten en que el mundo evoluciona para mejor al imponerse los mejores ángeles de nuestra naturaleza la proliferación de Estados fallidos apunta más bien en otra dirección mucho más pesimista. Como ilustra el sangrante caso de Libia y los multiplicados combates en Trípoli, los Estados fallidos están compitiendo por cumplir una serie de requisitos exigidos para entrar en ese peligroso club: pérdida del control físico sobre el territorio o del monopolio del uso legítimo de la fuerza; erosión de la autoridad para tomar decisiones colectivas; incapacidad para proveer servicios públicos básicos e inhabilidad para interactuar con otros Estados como plenos miembros de la comunidad internacional. Una suma de fracasos simultáneos en lo social, económico y político. Desde el derrocamiento de Gadafi en 2011, el caos domina Libia. El poder se encuentra dividido entre dos gobiernos rivales, respectivamente al este y oeste del país. Sin olvidar una plétora de grupos armados que prometen su lealtad al mejor postor, o a nadie más que a sí mismos. Según el análisis del International Crisis Group, Libia sigue siendo un sistema de gobierno fragmentado, con múltiples posibles saboteadores Con el agravante de que los principales cabecillas no capturan las diferencias ideológicas, tribales y políticas que se extienden por todo el país, y de hecho no han hecho más que profundizarlas

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