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ABC MADRID 20-08-2018 página 29
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ABC LUNES, 20 DE AGOSTO DE 2018 abc. es economia ECONOMÍA 29 EL QUINTO EN DISCORDIA POR JOSÉ RAMÓN ITURRIAGA Compra América, vende Europa Aunque Turquía sigue copando los titulares financieros, quizá lo más importante de los últimos tiempos es el peor comportamiento relativo de Europa frente a Estados Unidos en los mercados financieros. En concreto, lo que hemos visto durante los últimos meses no tiene ninguna justificación. Si echamos la mirada atrás, desde 2008 la bolsa europea lo ha hecho de media un 60 peor que la americana. De esos 60 puntos, prácticamente diez corresponden al diferencial de los últimos meses. Todos tenemos claro que la crisis financiera y sobre todo la respuesta a la misma fue peor en Europa que en América. Sin embargo, también hay pocas dudas de que lo peor de la crisis del euro está por detrás y que su permanencia no está en cuestión. Los diferenciales en valoración de ambos mercados no están justificados ni por los datos de crecimiento de sus respectivas economías, ni por la evolución de los beneficios empresariales. Y desde luego que tampoco lo están por las políticas monetarias, donde el retraso del Banco Central Europeo respecto al horario previsto debería jugar a favor del viejo continente. La guerra comercial, la política fiscal americana y ahora la crisis turca o el gobierno populista italiano parecen ser las excusas a las que se ha agarrado el mercado en los últimos meses. Todo lo anterior no tiene justificación desde el punto de vista del valor de las cosas. Los titulares no parece que vayan a ayudar, pero tengo pocas dudas de que los fundamentales se acabarán imponiendo. No sabemos cuál será la razón que lleve al mercado a darse la vuelta. Pero de lo que hay poca duda es que comprar América y vender Europa no está justificado desde un punto de vista fundamental. Difíciles previsiones sobre el dólar En las últimas semanas y coincidiendo con el último tramo de peor comportamiento de las bolsas europeas, el dólar se ha fortalecido hasta los 1,14 dólares por euro. Hacer previsiones en los mercados es del todo baladí, pero lo es más si se trata de uno de los mercados más profundos del mundo, el de las divisas. Sin embargo, sí podemos analizar lo sucedido y tratar de entender por qué ha pasado y cuáles pueden ser las consecuencias. Parece que detrás del fortalecimiento que ha experimentado el dólar durante las últimas semanas están los argumentos del manual. Mejores datos de actividad de la economía americana, tipos de interés más altos en Estados Unidos que en Europa y algo de incertidumbre geopolítica que en teoría favorece al dólar como activo refugio. En principio, todos estos argumentos deberían seguir apuntalando la subida de la divisa americana en los próximos meses, pero, como hemos dicho, resulta aventurado hacer previsiones más exactas. Las consecuencias del fortalecimiento del dólar son muchas. Una de las más comentadas son los daños que podrían sufrir las economías de los países emergentes. En los últimos años, estos países se han beneficiado de un dólar débil y de tipos de interés bajos en Estados Unidos, pero la reversión de estas tendencias ha EFE provocado que crujan las costuras de las economías más vulnerables. Por otro lado, un dólar más fuerte es una buena noticia para Europa dentro de la vorágine comercial instaurada por Donald Trump. Lo que el presidente norteamericano no ha conseguido con sus tuits puede que lo consigan las compañías europeas con un euro más débil. Y, por último, un dólar más fuerte puede animar al Banco Central Europeo a levantar el pie del acelerador. Sin duda la fortaleza del dólar ha sido la razón principal que ha desanimado a la institución monetaria a la hora de normalizar los tipos. Ahora parece que se le acaban las excusas. Y no se engañen, la normalización de los tipos de interés en Europa será el acontecimiento que más consecuencias tenga desde el punto de vista financiero. LOS IMPUESTOS COMO MONEDA DE CAMBIO No sólo nos van a explicar cómo emplear mejor nuestra libertad, sino que además lo van a hacer, dicen, con el dinero de los ricos a subida de impuestos está sobre la mesa. Parece que es la moneda de cambio que Podemos le exige al Gobierno de Pedro Sánchez para apoyar unos eventuales Presupuestos Generales del Estado para el año que viene. Y más allá de la retórica populista, moneda común en los tiempos que corren, lo que subyace tras el lenguaje compartido por socialistas y podemitas- -tanto monta, monta tanto- -es la idea de que la gente está alienada con sus verdaderas necesidades y en cierta medi- L da considera que debe ser reeducada por el Estado: Ellos saben mucho mejor que nosotros qué hacer con nuestro dinero. Hay distintas preferencias, obviamente, y cabe la persuasión, pero en ningún caso la coacción. Y es ahí donde debería estar el límite de toda política práctica. No podemos caer en la trampa de que sus preferencias son las buenas, moralmente superiores. De ninguna manera, pues no son mejores hombres o mujeres. Pero hay otro argumento que desmontar. No sólo nos van a explicar cómo emplear mejor nuestra libertad, sino que además lo van a hacer, dicen, con el dinero de los ricos, los bancos, las tecnológicas americanas y las empresas que contaminan. Y eso desde luego tampoco es así. Como no para de repetir el profesor Rodríguez Braun en cuanto tiene ocasión: ¡lo va a pagar usted, señora! No tienen mejor ni mayor discernimiento del que pueda tener usted o un servidor. Y tratar de pagar menos impuestos no le convierte en peor persona. Qué gasten menos oiga, como hace la gente. Un cambio de rumbo como el que se está planteando en asuntos económicos merecería pasar por las urnas. Elecciones ya.

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