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ABC MADRID 22-07-2018 página 76
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  • EdiciónABC, MADRID
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76 ABCdelVERANO CULTURA DOMINGO, 22 DE JULIO DE 2018 abc. es estilo ABC El autor... Juan Eslava Galán CRONOLOGÍA 1481. El sultán Muley Hacen conquista la fortaleza de Zahara. 1482. Los cristianos responden tomando Alhama. En la batalla de la Axarquía el Zagal derrota a los cristianos 1483. Boabdil fracasa al asaltar Lucena. Los cristianos lo capturan. Los Reyes Católicos lo liberan. Zahara vuelve a manos cristianas 1484. Los Reyes Católicos se instalan en Córdoba para preparar la conquista del reino nazarí 1485. Los cristianos conquistan Ronda. Muere el sultán Muley Hacen y nombra heredero a su hermano el Zagal Almogávares, hombres de frontera En su novela El mercenario de Granada el escritor aborda la conquista del reino nazarí Los Reyes Católicos lograron recuperar la península ibérica invadida en el 711 por el islam JUAN ESLAVA GALÁN i novela El mercenario de Granada está ambientada durante la conquista del reino nazarí de Granada por los Reyes Católicos que remató la lucha de ocho siglos por recuperar la península ibérica invadida en el 711 por el islam. En este trabajo examinaremos la guerra fronteriza que constituye el trasfondo de la narración. Moros y cristianos contaban con guerreros profesionales, los almogávares (sin relación alguna con los homónimos aragoneses) que habían hecho un modo de vida de ese conflicto latente. Esta guerra de baja intensidad o guerra a hurto no comportaba ruptura de treguas. El cronista Alfonso de Palencia, en su Guerra de Granada cuenta: A moros y cristianos de esta región, por inveteradas leyes de guerra, les es permitido tomar represalias de cualquier violencia cometida por el contrario, siempre que los adalides no ostenten insignias bélicas (estandartes y banderas) que no se convoque a la hueste a son de trompeta y que no se armen tiendas, sino que todo se haga tumultuaria y repentinamente M Escena de la Guerra de Granada en el coro de la catedral de Toledo Algaradas La guerra a hurto se manifestaba en la algarada o cabalgada, una expedición de saqueo y castigo que solía practicarse en primavera u otoño, con unas docenas de almogávares que penetraban en territorio enemigo, saqueaban un lugar determinado y regresaban a su lado de la frontera antes de que el adversario intentara cortarles el paso (a esa acción se llamaba atajar El recuerdo de las algaradas dejó su impronta en el romancero: Caballeros de Moclín peones de Colomera entrado habían en acuerdo en su consejada negra a los campos de Alcalá donde irían a hacer presa, allá la van a hacer a esos molinos de Huelma... Los cristianos también algareaban, como atestigua otro romance: Día era de San Antón ese santo señalado cuando salen de Jaén cuatrocientos hijosdalgo y de Úbeda y Baeza se salían otros tantos mozos deseosos de honra y los más enamorados en brazos de sus amigas van todos juramentados de no volver a Jaén sin dar moro en aguinaldo Aquella guerra intermitente, con sus menudos lances, trabajos y cuidados, se describe en una carta de la frontera de Granada fechada en 1409: Los moros son astutos en la guerra y diligentes en ella. Conocen en qué momento y lugar se debe poner la guarda, dónde conviene el escucha, a dónde es necesario el atalaya, por dónde se hará el atajo más seguro. Descubre al espía; sabe espiar. Sabe interpretar si una polvareda es de infantería o de caballería o de ganado y la distingue del simBuenos vecinos ple torbellino levantado por el viento. Sabe diferenciar el Junto con esa imagen nehumo de carboneros de gativa también surge a la ahumada de señales veces la del moro como y el fuego de la almenabuen vecino. En la Navira con que dan alarma dad de 1462, en tiempo los atalayas, de la simde treguas, el condestaple candela de los pasble Iranzo recibe en Jaén, tores. Sabe distinguir el con gran cortesía y cereataque de distracción monia, a su nominal enedel verdadero. Sabe semigo, el alcaide moro de El mercenario guir un rastro y deducir Cambil, y organiza en su de Granada qué gente lo deja y, cuanhonor fiestas y juegos. Juan Eslava Galán do se confunde, cuál hay Eso no impide que unos Editorial Planeta que seguir. Sabe enconmeses después intente 288 páginas trar los vados y arreglararrebatarle la fortaleza. 20 euros los o estropearlos según La difícil coexistencia convenga. Y guía a la fronteriza alumbró eshueste y le busca pastos y aguas y lu- pontáneamente una serie de interesangares convenientes para montar el cam- tes instituciones. El alcalde de moros y pamento cristianos era un hombre de reconociLos reyes cristianos concedían ven- do prestigio en su comunidad, musul- tajas fiscales a la gente que repoblaba las tierras arrebatadas al moro, aunque la contrapartida era defenderlas y defenderse de las incursiones enemigas. Algunos pobladores de humilde condición podían ascender a caballeros de cuantía si eran capaces de costear el caballo y las armas del caballero. Incluso existía la categoría de caballero encabalgado, cuando un simple peón descabalgaba a un jinete moro, le arrebataba la montura y aceptaba la vida y las obligaciones de un caballero (incluida la más gravosa que era mantener al caballo) La frontera era así de brutal, en un lado o en otro, y sin embargo esa crueldad era compatible, a veces, con sentimientos de admiración recíproca y con conductas caballerescas. Esta cortesía ocasional nacía en medio de la natural desconfianza porque el moro se presenta siempre como alevoso y traidor. Uno de los cristianos sitiados en Priego en 1409 escribe: Los moros son de tal condición que no cumplen nada de lo que prometen

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