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ABC MADRID 08-07-2018 página 51
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ABC MADRID 08-07-2018 página 51

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO, 8 DE JULIO DE 2018 abc. es cultura CULTURA 51 La documentación del juicio de 1635, que revela la identidad del corrector de la segunda parte del Quijote Jerónimo de Salazar El hombre que corrigió a Miguel de Cervantes B. PARDO MADRID Una imprenta en el Siglo de Oro En la parte superior, una imagen de cómo trabajaban los impresores en el XVI; en la inferior, una reproducción de la prensa en la que teóricamente se imprimió el Quijote En las portadas de las dos partes del Quijote aparece el nombre de Juan de la Cuesta. Hasta no hace mucho, se creía que había sido el responsable de la impresión. Pero en 2008 se descubrió que este hombre solo estuvo al frente de la imprenta hasta 1607, siempre como gerente y nunca como propietario. Por tanto, él solo pudo tocar con sus manos la primera parte de la novela, que se imprimió en 1604. La segunda, de 1615, tuvo otro corrector, y su nombre acaba de ser conocido gracias a una discusión de vecinos, ese arte tan español como Cervantes. En 1635, María de Quiñones, propietaria de la imprenta en cuestión, denunció al Hospital de los Desamparados, que colindaba con su edificio, por abrir varias ventanas en una pared medianera. Aunque parezca una anécdota baladí, la documentación de aquel juicio nos revela la existencia de Jerónimo de Salazar, que declaró entonces que llevaba treinta años como corrector de imprenta en el lugar. Inmediatamente llegué a la conclusión de que la segunda parte del Quijote la tuvo que corregir él. Es bastante improbable que en esa imprenta hubiese más de un solo corrector explica Laura Puerto Moro, la investigadora responsable del hallazgo. Entonces, el corrector era el responsable de contrastar la lectura del original con las pruebas de imprenta. Era una persona que, en principio, tenía que tener una formación mayor que el resto de los operarios de la imprenta de la época, que debía saber gramática, ortografía, etimología... Pero todo esto siempre en teoría, porque la realidad nunca era perfecta añade. De hecho, según sabemos, los correctores podían añadir capítulos al libro por motivos prácticos o para agilizar la lectura. Y por eso hay diálogos del Quijote cortados por un nuevo epígrafe. También eran los responsables de unificar las normas ortotipográficas, de colocar las mayúsculas que, por lo general, en los manuscritos nunca se ponían. En su año de publicación aparecieron dos ediciones, con una tirada similar a la de la obra original. La gente estaba esperando una segunda parte del Quijote, no le importaba si era de Cervantes o de otro asevera el experto. Cervantes no dudó en responder a aquella provocación y terminó la segunda parte a toda velocidad. Se la volvió a publicar Robles, con el que tenía buena relación (se especula incluso con la posibilidad de que Cervantes pudiera trabajar para él como ayudante de Un best seller La primera parte del Quijote se vendió muy rápido y se llegó a editar cinco veces en 1605 Las erratas La segunda parte de la novela de Cervantes se vendió incluso con más erratas que la primera librero) y se volvió a imprimir en aquella imprenta de Atocha. Y salió con muchas más erratas que la primera. ¿El motivo? La velocidad. Tenían que correr para hacerle la competencia a Avellaneda asevera el biógrafo. Hoy sabemos que aquella obra, casi con total probabilidad, la corrigió Jerónimo de Salazar, un nombre recién descubierto y desconocido para la historia que tuvo en sus manos el manuscrito de la gran obra de la literatura española. Aunque el pobre no tuvo tiempo de mi- marla mucho y su trabajo ha destacado por la anécdota de las erratas. Así, en 1615, salió a la venta esa obra maestra e inmortal. No se vendió mucho. Los lectores de entonces se habían conformado con la versión apócrifa. Cervantes no tenía tiempo para lamentarse. Estaba exhausto, tocado de salud, y tenía que terminar el que creía que iba a ser su gran libro: el Persiles. Murió en 1616, antes de verlo publicado. Fue un genio de la literatura, pero nunca tuvo visión comercial.

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