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ABC MADRID 02-07-2018 página 15
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ABC MADRID 02-07-2018 página 15

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC LUNES, 2 DE JULIO DE 2018 abc. es opinion OPINIÓN 15 CAMBIO DE GUARDIA TRIBUNA ABIERTA PEDRO, ¿POR QUÉ NOS PERSIGUES? POR INOCENCIO F. ARIAS los puntos sobre las ies en las invenciones que había fabricado Torra. No lo insultó, no lo llamó racista o payaso, algo que muchos catalanes habrían hecho, simplemente desmontó las invenciones se El embajador Morenés actuó paratistas de que en España no hay libertad, que de libro. Y esto no sé si no lo ha el gobierno de Madrid tiene presos políticos etc... Pulverizó con serenidad la conocida y falaciosa reentendido Sánchez, y si lo ha tahila victimista. Torra y su increíble por lo copioentendido ha preferido hacer el avestruz para que no se le encrespen so séquito abandonaron la sala cantando Els segadors. Inaudito. Rebates las mentiras y se marlos separatistas catalanes chan muy ofendidos. cuyos votos necesita Morenés actuó de libro. Y esto no sé si no lo ha entendido nuestro presidente o mejor dicho, sí lo IDEL Castro llevaba un año en el po- ha entendido pero ha preferido hacer el avestruz der cuando una noche en la televisión para que no se le encrespen los separatistas catacubana (noviembre, 1960) lanzó una lanes cuyos votos necesita. Es penoso que en mosoflama contra España. Soltó que mentos en que Borrell da a entender que una parnuestra Embajada y varios sacerdo- te esencial de su actividad sea destejer las infates españoles conspiraban contra su mias vertidas por la Generalitat en el extranjero, régimen. El embajador español, el vasco Lojendio, en época en que nuestros embajadores reciben veía el programa en su residencia y no daba cré- instrucciones claras para sofocar la campaña indito. Indignado salió corriendo hacia el estudio toxicadora separatista atajando que España nos de televisión y, bien porque el tráfico en La Haba- roba que hay una crisis humanitaria catalana na era escaso o porque las peroratas de Castro causada por Madrid, que no hay garantías jurídieran muy largas el cantancas, etc... un embajador, en un te Antonio Molina confesó escaparate mediático privileque una vez, sin poder margiado, sale eficazmente al paso charse, se orinó en los pande esas memeces difundidas talones oyendo a Fidel prepor Torra y la respuesta de dicar durante horas nuesnuestro presidente al ser intetro representante tuvo rrogado sea sólo que no quietiempo de irrumpir en el esre la confrontación con los catudio e increpar al político talanes. Don Pedro, ¿no podía cubano repitiendo que esusted añadir que su representaba soltando una sarta de tante en Washington, aunque mentiras. La imagen dio la sea un pepero, manifestó lo que vuelta al mundo. Fue decladebía para detener la proparado persona nongrata y ganda separatista que a lo meabandonó el país en 24 hojor estamos pagando? ras. ¿Tanto valen los votos de los Aunque tardamos quinseparatistas que no se deba ence años en enviar un embafadar a Torra lo más mínimo? jador, Franco nunca quiso Detecto una obsesión malsaromper relaciones con Cuba, na con hacer todo lo contrario ABC siguió comerciando y man- Morenés, embajador en Washington que el PP en cualquier tema y tuvo la línea de Iberia con circunstancia incluso en aqueLa Habana, prácticamente llos que no cabe actuar distinla única occidental, resistiendo las presiones im- tamente. Resulta raro no amparar más al Rey, ahoperialistas yanquis como declararía ostentó- ra que los golpistas dicen que rompen relacioreamente un agradecido Fidel cuando Suárez lo nes extraño que digan que ellos vienen a negociar visitó en 1978. El general, sin embargo, no pare- un referéndum y no se responda fulminantemenció entusiasmado con el arranque de Lojendio que te que se negocia todo menos eso, curioso que se sería recibido aquí en loor de multitud. Lo conge- prefiera evitar un sucinto comentario, bastaba ló unos meses y luego lo envió a Suiza lo que, para uno tópico, sobre nuestro embajador. nosotros, no es un premio si lo comparas con Cuba. No me irrita lo del dedazo en televisión, ni el Alguien del Pardo filtró que el Generalísimo ha- chalaneo, ni el cambio milagroso de chaqueta con bía comentado: un buen español, un mal diplo- los presupuestos. Son gajes rutinarios de nuesmático tra política. La cuestión catalana me subleva más. Hace tres días nuestro embajador en Washing- Que cuando usted publicó su programa de gobierton fue un buen español y un excelente diplomá- no hace años le dedicara, en un documento, con tico. No conozco verdaderamente a Morenés, no ideas interesantes, de 18.000 palabras, sólo cinhe estado con él en ningún Ministerio, ni en nin- co, repito sólocinco, a la cuestión catalana me dio gún partido ni siquiera de fútbol. Ahora bien, reac- un escalofrío. Varios amigos socialistas me repicionó impecablemente y dijo lo que tenía que de- tieron que en ese tema usted era totalmente de cir para refutar unas afirmaciones torticeras y ca- fiar. No lo cuestiono, pero sus primeros pasos calumniosas contra España. Aunque Lojendio estaba talanes y el calculado desdén hacia la actuación lleno de amor patrio interrumpió un programa al de Morenés me han traído de nuevo los escaloque no estaba invitado y soliviantó al dirigente cu- fríos. No como diplomático, sino como español. bano. Morenés asistía como invitado destacado a un acto en una institución estadounidense, no inINOCENCIO F. ARIAS FUE EMBAJADOR terrumpió a nadie, y, cuando llegó su turno, puso DE ESPAÑA ANTE LA ONU GABRIEL ALBIAC LITURGIAS DEL EXCESO ¿Qué queda de un ceremonial religioso después de que los dioses hayan huido? Alcohol, brutalidad, estruendo... L éxtasis, llama Galeno una locura pasajera como a la locura llama un éxtasis permanente Ciudadano romano y escritor griego, Galeno tiene en mente los ritos de Eleusis: el éxtasis, secreto y desmedido, de la fiesta litúrgica. En la cual, todo límite, toda mesura se transgreden. La fiesta es la liturgia del exceso. Y su virtud es, como la de la tragedia, depurativa. Sobre la escena en donde, tras la máscara, son narradas las desventuras de Edipo, Áyax o Antígona, como sobre la noche en la que danzan, frenéticas, las ménades, un igual exorcismo es puesto en juego: el del desequilibrio que lo humano impone al mundo; y el consuelo de, al hacer de él ritual sagrado, darle un sentido. Eso fueron las fiestas populares siempre: liturgia que regula y pone coto a esa fatídica desmesura humana, la hybris, fuente de toda desdicha para un griego. En las fiestas es escenificado aquello que el normal decurso de la sociedad prohíbe. Atenuada en el marco de un tiempo limitado y de una ritualización inalterable, la fiesta es válvula de escape de todo lo reprimido que fermenta en el alma humana; también drenaje de sus heridas. Se tolera lo que fuera de él es intolerable. Por eso, su transgresión de las normas blinda la eficacia de las normas: lo que sucede en la fiesta queda en la fiesta. Y cualquier traslación a lo real es sacrilegio. Así funcionaba entre los griegos. Exactamente igual, entre nosotros. Los Sanfermines son hoy la pervivencia más pura de esa dimensión ritual de los festejos que describía Heródoto cuando hablaba de aquel frenesí báquico de los griegos en el cual los escitas hallaban muy poco razonable ver sumergirse al dios Diónisos para inducir a los hombres a la locura Cada siete de julio, en Pamplona, como en la Eleusis de las grandes ceremonias dionisíacas, una semana dedicada al culto de alcohol y virilidad primaria parece plantear cierta funcionalidad enigmática, inmune a la erosión del tiempo. La misma que Erwin Rohde planteara acerca de los misterios eleusinos: ¿Cómo podía conciliarse en el mismo pueblo este grado de excitabilidad con el equilibrio de los sentimientos mantenidos por la autocensura dentro de límites muy rígidos que define al ciudadano griego? Como compensación, sin duda. Y como contrapeso de equilibrio. Porque, contra lo que pudiera parecer al espectador, los excesos de los ceremoniales báquicos estaban herméticamente codificados. Empezando por el hecho de que sus oficiantes eran, en el inicio, sólo mujeres: bacantes y ménades. Y que la ebriedad, que en sus ritos prima, es la de un arrebato místico que alcohol y drogas potencian. Un espectáculo religioso concluye Rohde... O sea, mucho más que un espectáculo ¿Qué queda de un ceremonial religioso después de que los dioses hayan huido? Alcohol, brutalidad, estruendo... Tras esa ceniza de lo que fue sagrado, lo peor siempre acecha. Ya sin límites. Venimos viéndolo. F A

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