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ABC MADRID 29-06-2018 página 65
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ABC VIERNES, 29 DE JUNIO DE 2018 abc. es ABCdelOCIO 65 En la playa de Chesil La habitación (con vistas al mar) del pánico El director británico Dominic Cooke adapta y amplía la popular novela de Ian McEwan F. MUÑOZ S aoirse Ronan, la adolescente tan llena de autoestima como de inseguridades de Lady Bird (por la que estuvo nominada al Oscar) se convierte en En la playa de Chesil en una joven recién casada de principios de los sesenta, donde vuelve a mostrarse tan saturada de dudas como de ganas por descubrir el mundo. La neoyorquina pone piel y voz llamativo su profundo acento británico a la protagonista de la novela homónima de Ian McEwan, que debe descubrir el amor y la pasión una vez celebrado el matrimonio. El espectador conoce a la pareja en caba el director del filme en su recienla habitación del hotel, con todo para te visita a Madrid. consumar el rito. Pero pronto descuLo que termina por suceder en esa bre que las excusas empiezan a ser habitación (y sin destripar nada) demás fuertes que la pasión. Y las du- semboca en un clímax plagado de sudas de los personajes se trasladan a tilezas y explosiones verbales en la plala sala. ¿Son miedos a lo que está por ya que marcaba el horizonte desde la conocerse o la respuesta inconsventana. Para el lector de la noveciente de un trauma? A base la, ese es el final de toda la hisLos de flashbacks, el director, el toria. Pero en la adaptación recién británico Dominic Cooke, cinematográfica, el propio casados desliza cómo se fraguó Ian McEwan amplía su protitubean en su pia libro con un epílogo que aquel amor con aires uniprimera versitarios. Y sin salir de abunda en las palabras del noche de la habitación, entre pequedirector sobre el viaje de amor ñas aproximaciones y prencada uno de ellos. das que se caen a cámara lenta, Nuestros abuelos vivieron el se cuelan los padres de uno y otro, las cambio social y cultural más rápido luchas de clases de una sociedad que de la historia. En los últimos cincuenestaba a punto de explotar, los traba- ta años hemos vivido ese cambio en la jos precarios... Y todavía no han lle- forma en la que nos vemos como sogado a la cama. ciedad reflexiona el cineasta. Entre Esta pareja está en 1962, antes del 1964 y 1968, la sociedad reflexionó soéxito de The Beatles y de esa explo- bre cómo era y cómo debía ser Un sión cultural que fue el rock para los cambio que evidencia a partir de tres jóvenes, y cada uno de la pareja se saltos al futuro donde los protagonisqueda a uno y otro lado de la fronte- tas han envejecido en una elipsis que ra que marca ese hito social expli- recuerda a la lágrima de La la land La seda del amor y su exabrupto EN LA PLAYA DE CHESIL Dirección: Dominic Cooke. Intérpretes: Saoirse Ronan, Billy Howle, Emily Watson, Anne- Marie Duff, Samuel West OTI RODRÍGUEZ MARCHANTE L a lastimosa novela de Ian McEwan, que trata, como buena parte de su obra, de los diversos modos que tiene el amor para convertirse en exabrupto, en cuchillada, la trasplanta con pericia y elegancia a la pantalla Dominic Cooke, y con guion y producción del propio McEwan, con lo que hay que dar por buena la novedad de su epílogo casi medio siglo después del día, la tarde, en la que ocurre esa historia de recién casados en un hotel junto a la playa de Chesil (el epílogo, cargado de maquillaje en lugar de tiempo, es pura agua residual) Se trenza esa tardenoche de bodas en la que todo parece crujir, dislocarse, ronronear, hacer crack, con algunos de los momentos claves de su feliz y enamoradísima travesía hasta llegar allí: los momentos de fascinación, de intensidad, de música, de emociones compartidas... caen sobre el lecho nupcial como bolitas de naftalina, y el buen gusto del director en el trato sutil y emocional de esos dos tiempos (el antes y el ya) le producen al espectador una corrosiva intriga y una inquietante sospecha de que el amor ya ha elegido su exabrupto. Aunque la sutileza y el buen gusto de Dominic Cook son notables, se le colorea en fucsia algún hilo de la trama como la impericia sexual, las inseguridades, el trato algo tosco de la complejidad que surge ante ellos y el modo apresurado de resolver lo que había sido pausado. Pero, Saoirse Ronan está maravillosa (y sube más aún en las escenas familiares) y Billy Howle a la altura de ese faro de emociones que tiene enfrente.

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