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ABC MADRID 10-06-2018 página 62
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ABC MADRID 10-06-2018 página 62

  • EdiciónABC, MADRID
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62 CULTURA DOMINGO, 10 DE JUNIO DE 2018 abc. es cultura ABC Música clásica JORGE EDWARDS De cal y arena AGUAS DE ABRIL Si los libros y los papeles impresos sirven para recordar estas cosas innecesarias, creo que no estamos tan mal, a pesar de nuestras lamentaciones Un editor retirado, que trata de resucitar sus credenciales de editor, me informa de que un importante grupo de académicos y plumíferos le ha prometido trabajar ad honorem para su empresa. Le he tenido que pedir disculpas por la no respuesta a sus requiebros y no he logrado convencerlo amino sin rumbo, sin exceso de de que no pertenezco ni peteneceré japrogramación, por los senderos más a ninguna institución de trabajadel parque madrileño del Reti- dores literarios ad honorem El ediro, mirando de reojo, sin atención ex- tor en cuestión comienza mal y lo siencesiva, los libros ofrecidos en los me- to por la situación de la edición en el sones de la Feria del libro de este mes remoto y tan castigado Chile, lugar de mayo de Madrid. Me digo que Ma- donde escribir y editar libros no es, drid, sin ánimo de generalizar, con en- para desgracia nuestra, demasiado foque más bien analítico, es ciudad de bien visto. encuentros, de conversaciones desLos chistes del Madrid de mi parienmadejadas, de historias menores, de te Joaquín, que anduvo por acá en los intrahistoria, para emplear un térmi- primeros años del siglo XX, y que fue no acuñado en otros tiempos por don amigo de Ramón Gómez de la Serna, Miguel de Unamuno. Un mozo de res- y y del pintor Zuloaga, así como de un taurante, que tiene la vaga impresión chileno conocido en Chile como Cuede que soy persona relacionada con vitas y que consiguió hacerse recoese asunto de los libros y de los pape- nocer en toda Europa como Marqués les impresos, me pregunta si soy el au- de Piedra Blanca de Huana, nombre tor de La hoguera de las vanidades. Es derivado de las islas guaneras de las decir, si soy ese percostas del sur del sonaje de la faránocéano Pacífico. dula neoyorquina, Otro chileno que que siempre se dianduvo por esos visaba en los rincoaños por tierras nes centrales, vesfrancesas y españotido de riguroso las fue Hernán Díaz blanco, con somArrieta, que firmabrero de alas anba la crítica domichas, de la isla de nical de la prensa Manhattan. de su tiempo como No pertenezco a Alone y que tenía ninguna secta, le un mérito extraorEFE contesto al mozo Hoy se espera mucho público dinario, porque le comedido, pregunprestó 500 pesos al tón, y me digo que Paseo por la Feria del Libro joven Neftalí Ricarel blanco solía ser do Reyes Basualto Madrid es ciudad de el color obligatorio para que publicara encuentros, de de antiguas ceresu primer libro de conversaciones monias budistas. Mi poemas, Crepuscudesmadejadas... relación con el bulario, que era una dismo es más bien colección de creremota, por lo menos hasta ahora, y púsculos, y ese joven recién llegado se entre asistir a un cóctel de alguna ga- revelaría a lo largo de los años, con el lería del corazón místico de la Isla de nombre inventado por el mismo, de Manhattan, prefiero de lejos leer un Pablo Neruda, como coleccionista de buen libro cerca del fuego de alguna insectos de los bosques de su país y de chimenea. Lo que predominaba en los tiradas líricas insuperables. mesones de esta Feria madrileña eran Creo que en los mesones heterogéhistorias de una Madrid que ya dejó nos de esta Feria del Libro, como en de existir, y crónicas de ciudades que las crónicas inglesas y medioorientaya existieron y que luchan a su mane- les de Julio Camba, podría tener un esra para seguir existiendo. Diviso, por pacio merecido gente como Joaquín, ejemplo una Constantinopla de Julio como Alone, reinventor de los lunes Camba, y una Londres del mismo Cam- de Sainte- Beuve, y financista desinteba, y recuerdo otra, que me parece del resado de los crepúsculos y las mariolvidado e inolvidable Eça de Queirós, posas otoñales del joven Neftalí Ricary me asalta la idea, ya descartada en do Reyes. Si los libros y los papeles imépocas anteriores, de hacer una selec- presos sirven para recordar estas cosas ción de páginas lusitanas y madrile- innecesarias, creo que no estamos tan ñas de mi extravagante pariente Joa- mal, a pesar de nuestras lamentacioquín Edwards Bello, a quien se cono- nes, y al mozo de restaurant que me cía en la casa de mi abuelo paterno, tío confundió con Tom Wolf le reservo de carnal suyo, como el inútil de Joa- propina un tomo de relatos míos olviquín dados. la responsabilidad musical del director británico y de la afinidad con este repertorio. Es fácil colocar su interpretación de la sinfonía de Lutoslawski en una posición referencial, tal es la sutileza del acabado, la faciliALBERTO GONZÁLEZ LAPUENTE dad para engrasar el sentido híbrido En un clima de inusual expectación, de las secciones y la autoridad para demanda de localidades y triunfalis- dotar de coherencia la mezcolanza mo, la Filarmónica de Berlín también del discurso, la variedad de las ideas consolida en Madrid la gira de des- melódicas y su creciente intensidad. pedida del director sir Simon Rattle, Cabe deducirlo del concierto madrisu titular durante dieciséis años. leño, en un día que vinieron a Porque solo bajo el abrigo del la memoria otras muchas acfetichismo cabe entender el tuaciones de Rattle con la insólito entusiasmo del púorquesta berlinesa. Una reblico aplaudiendo la tercelación no siempre dulce y ra sinfonía de Lutoslawski o una colección de aconteci Tanz auf dem Vulkan remientos no siempre redonSIMON RATTLE cientemente compuesta por da. el prolífico y solicitado Jörg Lo ejemplificó la primeWidmann para el adiós del director. ra sinfonía de Brahms, ofrecida en El espectáculo ha de sobrevivir y una versión particularmente histrióa él contribuye esta partitura en la nica. Parece impropio de los 63 años que, bajo la apariencia jazzística, la semejante ardor, embestida y arreorquesta acompaña la entrada y la batamiento, pues aquí estuvo el versalida de Rattle al escenario. En me- dadero volcán del concierto y no en dio queda una verdadera erupción de la obra de Widmann. En el fondo fue citas musicales, sugerencias y talen- toda una lección porque frente a este to orquestal. No es ya la brillantez de Brahms engrosado, de sonoridad pasla obra (que la tiene) ni la rutilante tosa y, difícil atractivo, la sutil músicoloración del collage que ensam- ca de Lutoslawski se reveló en su verbla, se trata de afianzar el fascinante dadera y maestra condición. virtuosismo de una orquesta partiA intérpretes como Rattle se debe cularmente afamada y mitómana. esta paradójica enseñanza: en verQue Rattle haga esta gira con am- dad, fue un concierto del que cupo bas obras dice mucho del sentido de deducir importantes conclusiones. Dirección: Sir Simon Rattle. Intérpretes: Filarmónica de Berlín. Auditorio Nacional, 7- VI IBERMÚSICA C Ante el fin de temporada SCHUBERT Tres últimas sonatas. Int. Elisabeth Leonskaja. Fundación Juan March A. G. L. Concluye el curso musical de la Fundación Juan March convocando a un concierto extraordinario en el que la pianista Elisabeth Leonskaja interpreta las tres últimas sonatas de Franz Schubert. Es el colofón a una programación musical que llama la atención desde hace varios años. A veces por la originalidad de las propuestas, en ocasiones por la novedad, siempre por su voluntad reflexiva, puntualmente por la singularidad. Había expectación (el silencio, la concentración del público fueron evidentes) más allá de los espectadores habituales en la sala, tan acostumbrados al horario y a la familiaridad que no dudan en marcharse cuando lo estiman oportuno. El espacio casi doméstico cumple así con sus obligaciones, por mucho que el piano de Leonskaja sea grandioso y se muestre dispuesto a luchar contra una acústica compleja e inmediata. La primeElisabeth Leonskaja ra parte (sonatas 958 y 959) dejaron el regusto de la impotencia y también un punto de contrariedad al observar cómo Leonskaja afrontaba las obras con evidentes gazapos. El descanso era necesario ante la monumental 960. Tomar aire, reflexionar para sopesar la interpretación desde otro punto de vista. El toque más amable, la ejecución un punto más legato la dinámica de mayor amplitud con pianísimos bien apoyados y fuertes rotundos, la sensatez del arco melódico: el sonido, en definitiva, y el gesto de la propia intérprete, ahora más cómodo y concentrado. Todo ello tomó forma de manera extraordinaria en el Andante sostenuto y aún en el Scherzo a través de una interpretación que vino a explicar la complejidad de la partitura y una música que se respira poderosamente trascendente. Los tiempos lentos de estas obras son cruciales, se dice que por el íntimo ensimismamiento. Leonskaja también propone la congruencia de una arquitectura de una madurez formidablemente depurada.

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