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ABC MADRID 10-06-2018 página 3
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ABC DOMINGO, 10 DE JUNIO DE 2018 abc. es opinion LA TERCERA 3 F U N DA D O E N 1 9 0 3 P O R D O N T O R C UAT O LU C A D E T E NA ODISEA Y COHERENCIA: EL HOMBRE DE ESTADO POR ANA PASTOR JULIÁN Rajoy tiene la gratitud de todos los que hacemos nuestro ese mensaje suyo, tan cargado de dignidad como las palabras del Ulises de Tennyson: Lo que somos, somos: un espíritu ecuánime de corazones heroicos, debilitados momentáneamente por el tiempo y el destino, mas fuertes en voluntad para esforzarse, buscar, encontrar y no rendirse Muchas gracias presidente N sus palabras ante el Comité Ejecutivo de nuestro partido, el presidente Rajoy ha evocado la imagen de Ulises atado al mástil para referirse a una cuestión medular del trabajo en política: la necesidad de tomar decisiones y la enorme responsabilidad que ello implica. Los grandes adelantos de nuestro tiempo no han producido aún la utopía tecnocrática capaz de independizar de criterios humanos la determinación de lo que parece más conveniente al interés general; antes bien, los nuevos instrumentos de comunicación nos muestran una opinión pública que, aunque muy activa, resulta cada vez más fragmentaria y difícil de identificar. Si conducir la nave del Estado ha reclamado siempre el estar prevenidos contra los cantos de sirena, hoy la política se ejerce en medio de un estruendo en el que cuesta mucho saber cuántas son y de dónde proceden esas voces perturbadoras que amenazan con distraer a los líderes en el cumplimiento de su deber. Cuando Mariano Rajoy asumió el gobierno de España, además, el objetivo era nada menos que impedir un inminente naufragio. No viene al caso incidir nuevamente sobre aquellas evidencias que como también él señaló ante el partido sólo podrían ser negadas por una ofuscada parcialidad. Las cifras y los datos dan constancia del alarmante temporal que se abatía sobre nuestro país a finales de 2011, y asimismo revelan los claros por los que progresivamente volvió a asomar el sol a partir de 2014, cuando España creció un 1,4 y el empleo aumentó en 433.900 personas. Superar la crisis suponía no sólo salvar la calidad de vida de los españoles, sino ser el sostén de una fe democrática que suele perderse cuando la economía se interpone entre los ciudadanos y sus planes de futuro. Semejante riesgo se hizo patente en buena parte de Europa, hasta llegar a percibirse como una seria amenaza para el proyecto comunitario. Criticado y apremiado el Gobierno desde múltiples flancos, era necesario un auténtico derroche de estoicismo para seguir constantes en la obediencia a esa brújula que se llama sentido de Estado. Pero si alguien ha logrado desarrollar ese sentido es Mariano Rajoy, porque el Estado democrático no es para él una entelequia, sino una realidad operativa que ha conocido en toda la extensión y profundidad de su cursus honorum, difícilmente igualable: como concejal, como presidente de diputación, como diputado autonómico, como vicepresidente de la Xunta de Galicia, como ministro, como diputado en el Congreso, como vicepresidente y como presidente del Gobierno. Una carrera política tan larga y fructífera sólo puede ser prueba de unas condiciones que mucho me precio de atestiguar: consalimentar una cultura del respeto y de la convivencia que hace de la democracia algo más que un simple mecanismo político. Siempre he creído que el gran proyecto de derechos y libertades concebido en los Estados Unidos no se materializó únicamente bajo la forma de instrumentos como la Convención de Filadelfia o la Constitución, sino también con el gallardo ejemplo del presidente Washington al dejar el gobierno, que inauguró una concepción cívica, completamente nueva, de la relación entre los gobernantes y el poder. Las palabras que Rajoy dedicó a los españoles me trajeron a la memoria las que el fundador de la América libre dirigió a sus compatriotas durante su discurso de despedida en septiembre de 1796: Cuando al conjuro de circunstancias adversas se agitaban las pasiones y parecían prontas a descaminarse, cuando en momentos dudosos cundió el desaliento y las vicisitudes de la fortuna o la parquedad de los éxitos favorecía el espíritu de crítica, la constancia mía en sosteneros y la vuestra en sostenerme ha sido la garantía y el apoyo esencial para que no se malograsen los esfuerzos encaminados a preservar del fracaso nuestros comunes planes E ariano Rajoy ha hecho además otra indudable aportación a la democracia española que le ha sido reconocido de JAVIER CARBAJO forma prácticamente unánime, y me refiero al visible lustre que ha conseguido dar en nuestro tiempo a la oratoria parlamentaria. Teótante disposición al diálogo, valoración del trabajo ricos de la política como Bryan Garsten han insisen equipo, respeto por la expresión de las opinio- tido en años recientes sobre el valor de la palabra nes, capacidad de sacar lo mejor de los que le ro- en el funcionamiento de la democracia representadean. Personalidad discreta y de hábitos sencillos, tiva, y han señalado la necesidad de remitirse a ejemcon un gran apego a su familia y a la tierra que le vio plos clásicos como Cicerón, de cuyos preceptos renacer, su tierra gallega, por la que ha hecho muchí- tóricos destaca Garsten la firme convicción mosimo, y de la que ha recibido inequívocas manifes- ral y el interés por preservar los espacios taciones de respaldo especialmente en forma de vo- institucionales para la controversia Creo que Ratos. Rajoy ha asumido la vida pública sin hacer di- joy, con su brillante uso de la argumentación y del ferencias entre los fines de la política y la razón de discurso, ha sido en efecto un modelo de esa capaser de las instituciones, que no viene escrita en tra- cidad que los antiguos llamaban decorum, y que se tados maquiavélicos ni en manuales de estrategia, ocupaba del orden y medida en cuanto se hace y sino que emana de la Constitución y del sistema se dice pues como explicaba el gran tribuno roplasmado en ella, al que tanto progreso debemos mano en su Brutus: Nadie puede decir bien sino los españoles. quien comprende las cosas con prudencia; por lo La política para Rajoy es, fundamentalmente, tra- cual, quien se esfuerza en la verdadera elocuencia bajo dedicado al buen funcionamiento institucio- trabaja también la prudencia, que da la tranquilinal, y eso es lo que he tenido el honor de compartir dad aun en las mayores batallas con él a lo largo de muchos años, de 22 años. A ello No le han faltado batallas a Rajoy ni han sido pose entregó desde la presidencia del Gobierno sin do- cas las peripecias de esa Odisea que, más pronto bleces y sin ruido, y ese sentido del compromiso no que tarde, será contada por un Homero que le haga pasó desapercibido a o los ojos de los españoles, que justicia. Mientras tanto, el presidente tiene la grasiguieron apoyándolo en las urnas. Respaldo del titud de todos los que hacemos nuestro ese mensaelectorado y defensa de la Constitución frente a los je suyo, tan cargado de dignidad como las palabras que han pretendido desconocerla: a la luz de estos del Ulises de Tennyson: Lo que somos, somos: un dos mandatos como el líder del PP interpretó siem- espíritu ecuánime de corazones heroicos, debilitapre la responsabilidad a la que se debía. Y aunque dos momentáneamente por el tiempo y el despensase, naturalmente, que era desde el Gobierno tino, mas fuertes en voluntad para esforzarse, buscomo mejor podía defender los valores constitucio- car, encontrar y no rendirse nales, su actitud al separarse del cargo ha confirMuchas gracias presidente mado que Rajoy ve la democracia allá donde actúan las instituciones. A su vez, esa demostración de coheANA PASTOR JULIÁN ES PRESIDENTA rencia y de corrección contribuye notablemente a DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS M

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