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ABC MADRID 24-05-2018 página 11
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC JUEVES, 24 DE MAYO DE 2018 abc. es opinion OPINIÓN 11 EL CONTRAPUNTO UNA RAYA EN EL AGUA ISABEL SAN SEBASTIÁN LLANTO POR CATALUÑA Las cruces amarillas plantadas en esas playas rubrican la defunción del orden constitucional en un pedazo de España C ADA día que pasa da lugar a una nueva provocación a la democracia en la que se escudan; a un renovado desprecio al marco legal del que se aprovechan; a un salivazo escupido al honor de los españoles; a una bofetada en la cara de quienes son y se sienten hijos de una Cataluña huérfana, abandonada a su suerte por el resto de la Nación. No me resulta complejo comprender su frustración. Debe de ser muy parecida a la que se adueñó de nosotros, vascos constitucionalistas, al ver cómo el gobierno de España, presidido a la sazón por José Luis Rodríguez Zapatero (hoy convertido en lacayo mayor de Nicolás Maduro) traicionaba nuestra lucha pactando con los asesinos una paz vergonzante y vergonzosa. Aquel miserable enjuague fue engrasado, apadrinado, avalado y jaleado por los mismos peneuvistas que ayer votaron en el Congreso los presupuestos de Mariano Rajoy, a cambio de un trato privilegiado para los ciudadanos de Euskadi y quién sabe qué otras promesas acordadas bajo la mesa. Esos socios leales a decir del PP, cuyo portavoz luce últimamente un lazo amarillo en la solapa, en solidaridad con los golpistas catalanes presos. ¿Por qué no habría de exhibirlo, si al fin y al cabo son cuñas de la misma madera independentista, podrida de supremacismo? No es que le salga gratis insultarnos con ese adorno; es que el lazo tiene premio. Lo que está sucediendo en Cataluña desde hace ya varios años, y en particular desde el 1 de octubre de 2017, se estudiará algún día en las aulas como paradigma de la cobardía que puede llegar a mostrar un Estado soberano incapaz de hacerse respetar. ¿Cuánto más abusarán de nuestra paciencia los responsables de restablecer la plena vigencia del marco legal común en el que se ciscan diariamente el presidente Torra y sus secuaces? ¿Hasta cuándo se esconderán detrás de las togas a fin de eludir su obligación de actuar políticamente? ¿A quién deben dirigirse los catalanes privados de derechos elementales como el de emplear la lengua española, si el Gobierno llamado a defenderlos les da la espalda? Pienso en el juez del Supremo, Pablo Llarena, humillado por tres colegas alemanes de una oscura instancia regional, aparentemente desconocedores de lo que significa una euroorden, y me hierve la sangre imaginando su sensación de impotencia. ¿A qué espera el Ejecutivo para ampararle ante las correspondientes instancias europeas? ¿Cómo es posible que el separatismo haya tejido, con nuestro dinero, una formidable red clientelar en Europa que abarca desde periodistas hasta magistrados, pasando por políticos y poderosos grupos de comunicación, sin que el Ejecutivo español haya sido capaz de cortar en seco esa ofensiva o bien contrarrestarla con otra de mayor calado? No solo es incomprensible, sino intolerable hasta la náusea. Las cruces amarillas sembradas impunemente en varias playas de la comunidad rubrican la defunción del orden constitucional en un pedazo de España. Señalan el lugar en el que descansan los restos de nuestra dignidad nacional, pisoteada por un nacionalismo (con zeta) envalentonado hasta el punto de alardear de su odio, exhibir un racismo obsceno y desafiar constantemente al Estado, sin dejar de poner la mano para recibir los cuantiosos recursos procedentes del Fondo de Liquidez Autonómica que pagamos los ofendidos a escote. Más de setenta mil millones de euros que al parecer, según la última propuesta del ministro Cristóbal Montoro, la Generalitat deudora devolverá en cómodos plazos, cuándo y cómo le dé la gana. Lo dicho: el amarillo golpista no tiene coste; es un auténtico chollo. IGNACIO CAMACHO PRIMING Con el Presupuesto aprobado se acabaron los pretextos. Cataluña ha de ser ahora la única prioridad del Gobierno U JM NIETO Fe de ratas N éxito: eso es lo que el Gobierno necesitaba para tomar oxígeno y ganarle uno o dos años a esta legislatura bloqueada. Y ya lo tiene, aunque sufrido, arrastrado y ensombrecido por el caso Zaplana. Aitor Esteban terminó quitando el tractor para dar vía libre a la ley presupuestaria, aunque al mismo tiempo el PNV, en su eterno doble juego, firmaba con Bildu la hoja de ruta hacia la autodeterminación vasca. Ahí se perfila otro conflicto en ciernes, y no pequeño aunque a Rajoy, acostumbrado a sobrevivir por horas, por minutos casi, ya le parezca remoto cualquier horizonte que no exija atención inmediata. El presidente lleva años aferrado a la consigna de no preocuparse hoy de todo lo que pueda esperar a mañana, y la asfixiante minoría de este mandato le otorga para ello una irreprochable coartada. Sin embargo, hay una cuestión esencial que no puede demorar por más tiempo sin que le abandonen los votantes que todavía no hayan decidido hacerlo. Se trata del problema catalán, claro, en el que el Gobierno, libre al fin de la incertidumbre del Presupuesto, está ya obligado a volcar todo su esfuerzo. Se han acabado los pretextos: el desafío separatista exige dedicación completa hasta el último aliento. No hay otro asunto en un panorama político exánime por la generalizada falta de acuerdo. Lo ha entendido hasta Sánchez, que no es un dirigente de luces demasiado largas pero ha sabido reorientar su discurso para no quedarse sin hueco. Cataluña es la clave no sólo de las próximas elecciones sino de lo que quiera que signifique España como proyecto, como espacio de convivencia, incluso como anhelo. Hacer política implica en este momento levantar una estrategia contra el independentismo que no pase sólo por las togas del Tribunal Supremo. Los americanos lo llaman priming: la técnica de establecer prioridades. El talento para determinar cuáles son las ideas decisivas en cada instante, los conceptos que prevalecen en la opinión pública, las preocupaciones que imperan en la calle. La capacidad de las élites dirigentes para captar o para imponer los estados de ánimo dominantes, eso que en la jerga de los politólogos se conoce como marcos mentales. El compromiso contra el abuso nacionalista es ahora el único marco mental relevante porque afecta a la estructura misma de la nación, a su condición de modelo viable. Y el liderazgo del país a medio plazo será de quien mejor sepa interpretar la situación, adaptarse a ella y tomar la iniciativa en el debate. Esa intuición perceptiva es el factor que ha dado ventaja a Ciudadanos, que sin responsabilidades de gobierno ha podido desentenderse de cualquier tema secundario. Si el PP no recupera la atención hacia el objetivo preferente, si permite que le arrebaten la bandera de la defensa del Estado, el margen que acaba de ganar apenas le servirá de bálsamo. El privilegio del poder sólo se justifica usándolo.

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