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ABC MADRID 17-05-2018 página 50
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  • EdiciónABC, MADRID
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50 CULTURA Premio Mariano de Cavia JUEVES, 17 DE MAYO DE 2018 abc. es cultura ABC Artículo galardonado La desmemoria que no cesa Reproducimos el artículo de Gregorio Marañón y Bertrán de Lis publicado en El País el 28 de diciembre de 2017, una reflexión sobre la Ley de Memoria Histórica y los consensos de la Transición En España la memoria histórica bri- defendible que la memoria democrálla por su ausencia. No es ya el olvi- tica se reduzca a la búsqueda de los do sino, como diría Sor Juana Inés de asesinados de un solo bando. la Cruz, algo peor, la negación de la Pertenezco a la generación que memoria. Y la memoria histórica que hizo la Transición, y milité siempre reivindico no es la memoria de nin- en la oposición democrática a la dicguna de esas dos Españas que hela- tadura desde posiciones progresisban los corazones, sino una memo- tas. ¿Por qué despierta hostilidad la ria que integre la de todos y alumbre memoria histórica en un sector de la nuestro pasado para que nuestro hoy derecha española? y nuestro mañana sean diferentes. La república democrática de 1931 La Ley de Memoria Histórica es se quebró en 1934, cuando una parte uno de los textos menos leídos y más de la izquierda española no aceptó el citados de nuestra legislación. En su resultado de las elecciones generales exposición de motivos invoca el es- y propició un golpe de Estado revopíritu de reconciliación y concordia lucionario. En 1936, tras el asesinato que guió la Transición ese espíritu de Calvo Sotelo, estalló la rebelión mique da sentido al modelo constitu- litar, y el Gobierno renunció al monocional de convivencia más fecundo polio de la fuerza armando a los sinque hayamos disfrutado nunca Tam- dicatos y partidos políticos. Esta debién manifiesta que ha llegado la hora cisión, que atentó contra la esencia de que la democrade un Estado de Decia española y las gerecho, tuvo trágicas neraciones vivas reconsecuencias. A Recuerdo justo cuperen para siempartir de ese momen No es defendible pre a todos los que to, tanto fascistas y que la memoria directamente padesus compañeros de democrática se cieron las injusticias filas, como socialisreduzca a los y agravios producitas, comunistas y dos por unos u otros anarquistas, comeasesinados de motivos políticos o tieron miles de aseun solo bando ideológicos o de cresinatos, tantos que encias religiosas Y, es difícil encontrar Asumir el pasado finalmente, establehoy un español que Hay una urgencia ce que esta Ley debe no tenga en su famicívica para que los inspirar las políticas lia asesinados, incluespañoles de hoy públicas dirigidas al so de ambos lados, y asumamos por fin conocimiento de también, aunque el nuestra historia. olvido aquí resulta los horrores de Leí, hace años, un comprensible, asesila Guerra Civil artículo sobre la menos o cómplices de moria histórica del esos crímenes. Estas excelente escritor masacres generaliManuel Rivas, en el que se pregunta- zadas se complican si recordamos ba por qué despierta tanta hostilidad que los anarquistas no sólo fueron la memoria histórica en la derecha es- asesinados por los fascistas sino tampañola, y reivindicaba una memoria bién por los comunistas. democrática identificada con la búsPor mi lado, mi abuelo materno tequeda de los restos de los asesinados nía 70 años en 1936 cuando fue viopor los franquistas. Me lo ha hecho lentamente sacado de su casa por recordar un reciente artículo suyo en unos milicianos, ante la despavorida el que casi reproduce el anterior. mirada de sus hijos menores de edad, El autor contrapone la mirada del para ser fusilado ante la tapia del cerelato histórico a la memoria litera- menterio de Aravaca. Pertenecía a ria, inclinándose por ésta, porque fo- una familia liberal que, en el siglo XIX, menta lo vivido y lo imaginado había conocido el exilio, la persecuEsta subordinación del esfuerzo por ción y también el fusilamiento con averiguar la verdad, que conforma la gobiernos absolutistas. Tengo que ciencia social de la historia, en favor agradecer a mi madre que no me conde lo que califica como presente re- tara con detalle este suceso, y que cordado es peligrosa. En palabras apartara de mí cualquier resentimiende otra gran escritora, Rosa Monte- to. Al morir, ya muy anciana, descuro, recordar es mentir pues la me- brí entre sus papeles la lista oficial moria es un prestidigitador, un mago con los nombres de los asesinos, y deexperto en escamoteos Tampoco es cidí romperla. JOSE MARIA NIETO Mi abuelo Marañón, uno de los tres fundadores de la Agrupación al Servicio de la República, cuando murió Calvo Sotelo le escribió a su amigo y ministro de Instrucción Pública, Marcelino Domingo: El vil, el infame asesinato de Calvo Sotelo por los guardias de la República, a los que todavía no se ha condenado, por lo que el Gobierno da la sensación de una lenidad increíble, nos sonroja y nos indigna a los que luchamos contra la Monarquía... España está avergonzada e indignada... Esto no puede ser. Todos los que estuvimos frente a aquello tenemos que estar frente a lo de hoy... No somos los enemigos del Régimen, sino los que luchamos por traerlo, ni los fascistas, sino los liberales de siempre, y por eso hablamos así ahora Meses más tarde, después de haber sido conducido a una checa de la que salió trémulo y sin articular palabra, el gobierno de la República le facilitó, junto a Ramón Menéndez Pidal y a sus respectivas familias, la salida de España porque no estaba en situación de defender sus vidas. Permaneció seis años en el exilio y sus bienes fueron incautados por el Gobierno franquista, que también le despojó de su cátedra universitaria y de su puesto en el Hospital Provincial. Al terrible período de la Guerra le siguieron casi cuatro décadas de dictadura. Como escribió el poeta el tiempo engendra décadas... aunque aquella admirable unidad de medida, que Tito Livio usó para narrar la historia de Roma, parece algo desproporcionada para distribuir la vida de cualquiera de nosotros En efecto, aquel periodo de tiempo, que cada vez nos parecerá, en términos históricos, más corto, truncó la vida de muchos españoles. Pese al tiempo transcurrido, parece que aún no se puede hablar de nuestros asesinados y de nuestros asesinos sin una emoción que conlleve la tentación de olvidar a los asesinados y a los asesinos de los otros. Seamos quienes seamos, los unos y los otros. Sin embargo, hay una verdadera urgencia cívica para que los españoles de hoy asumamos por fin los horrores de la guerra civil y de los cuarenta años de dictadura sin separar a unas víctimas de otras, comprendiendo lo que sucede cuando el odio se apodera de nuestra convivencia. Ese odio que ha vuelto a aparecer en Cataluña dividiendo a los catalanes con los mismos sentimientos cainitas que la Transición quiso superar. La memoria histórica, cuando se aborda fragmentada por los herederos de una de las dos Españas, constituye el mayor obstáculo para que se imponga definitivamente la consigna final de Azaña, Paz, piedad, perdón un olvido que no es desmemoria sino reconciliación.

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