Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 20-02-2018 página 13
ABC MADRID 20-02-2018 página 13
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 20-02-2018 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página13
Más información

Descripción

ABC MARTES, 20 DE FEBRERO DE 2018 abc. es opinion OPINIÓN 13 MONTECASSINO UNA RAYA EN EL AGUA HERMANN HISTORIA ALEMANA DE DOS MUSULMANES Razones para que el AfD sea ya el segundo partido en Alemania L A manifestación del sábado en Berlín estaba anunciada y era legal. Convocada por mujeres contra la violencia sexual y por una mayor seguridad. Pocos pueden estar en desacuerdo con estos lemas porque la seguridad en las ciudades de Alemania ha colapsado. Sobre todo para las mujeres. Ya no se ven mujeres solas por la noche en el metro o en trenes. Hasta en pueblos en los que no se cerraban las casas ya no están cómodas las mujeres si han de salir después de anochecer. Los medios apenas hablan de ello. Salvo si no hay más remedio en algún suceso concreto, no dicen que los agresores son extranjeros. Y lo son en su inmensa mayoría. Mucho menos informan si son, como muchas veces son, refugiados llegados después de que Angela Merkel abriera las fronteras en septiembre de 2015. La manifestación sumaba algo más de mil mujeres cuando le salieron al paso decenas de jóvenes con atuendos negros de la antifa de extrema izquierda. Acompañados por unos políticos, dirigentes de Los Verdes y de Die Linke, para sabotear la manifestación de mujeres fascistas Según ellos, la protesta contra las agresiones sexuales aludía a sus autores inmigrantes. Luego era una manifestación xenófoba e islamófoba. La ultraizquierda ganó. La Policía no protegió a la manifestación autorizada de mujeres frente al sabotaje de la violenta contramanifestación porque en esta había parlamentarios. Hay más razones. Convocaba la manifestación Leila Bilge, una inmigrante kurda y musulmana combativa. Si fuera de izquierdas o islamista estaría a diario en todas las televisiones y galas oficiales. Pero Leila Bilge es miembro de Alternativa por Alemania (AfD) un partido derechista que ha pasado a ocupar todo el espacio político que ha abandonado la CDU de Angela Merkel, en su deriva a la izquierda. Merkel, la izquierda y casi todos los medios tachan de nazis ultraderechistas y xenófobos a los militantes del AfD. Incluso a la kurda y musulmana Leila Bilge u otros inmigrantes de este partido. Que es legal. Que es de derechas. Que es democrático en funcionamiento, estatutos y objetivos. Que tiene 93 escaños en el Bundestag. Y que es desde ayer, según los sondeos, el segundo partido de Alemania, ya por encima del histórico SPD. La Policía y los medios ayudan a la ultraizquierda y atacan a la ultraderecha Pero la terca realidad es que las alemanas temen por su seguridad. No van a manifestaciones con la AfD. Muchas por miedo a ser tachadas de nazis. Pero ejercen su voto secreto. Como en septiembre. Como en los sondeos que ya han hecho del AfD el segundo partido de Alemania. Mientras la musulmana Bilge que exige legalidad y seguridad es agredida impunemente por izquierdistas en presencia de la Policía, otro musulmán, el sirio Ahmad A. ante las cámaras de SpiegelTV se declara feliz de estar en Alemania. Con sus dos mujeres y sus siete hijos está cómodo en la casa que le han dado. Pero advierte de que tendrán que ampliarla si trae otras dos mujeres hasta las cuatro que le permite su ley. ¿Bigamia, poligamia? Dice que a él no le afectan las leyes alemanas, solo la sharía. Tendrá los hijos que diga Alá, veinte o más dice con desenfado. Es refugiado pese a no cumplir las condiciones. Llegado por muchos países sin guerra. Estuvo en Grecia, Francia y Dinamarca. Pero quería Alemania. No buscaba seguridad. Esa la habría tenido en esos países. Quería las subvenciones. Ah, y dice que no piensa aprender alemán ni trabajar, que prefiere quedarse con los niños. Que con el dinero que recibe por ellos no lo necesita. Mientras, los trabajadores alemanes sufren dramáticos recortes en prestaciones y los servicios municipales se deterioran sin parar. Pregunten los sesudos analistas que cómo es posible el cada vez mayor éxito del AfD. IGNACIO CAMACHO LO DE MARTA Como letra resulta opinable pero como gesto es soberbio. Ha despenalizado el himno como símbolo de autorreconocimiento L gran error del independentismo fue su incapacidad de prever que su ofensiva podía provocar en España un efecto reactivo de orgullo desafiado. Sorprende que gente tan experta en la rentabilidad del agravio cometiese semejante fallo de cálculo. Así ocurrió, sin embargo: la matraca supremacista desempolvó una autoestima enterrada en complejos y estimuló un rearme emotivo sin cuyo inesperado empuje acaso habría sido imposible movilizar la dormida energía del Estado. Ese rescate sentimental de la españolidad, que tomó cuerpo en la exhibición de las banderas, ha cuajado en una sensibilidad colectiva, en un estado de ánimo. Un moderno patriotismo renacido como respuesta al desdén y el escarnio, una sacudida de pundonor herido que busca en los símbolos nacionales la expresión de su recobrado arraigo. Es en ese marco donde hay que encuadrar la acogida a la versión del himno que Marta Sánchez ideó como homenaje espontáneo. Una estrella del pop se ha convertido de improviso en icono de esta corriente de españolismo desinhibido que reclama cauces para su entusiasmo. Lo que en otros países es una manifestación de normalidad casi folklórica, interpretada en auditorios, plazas y estadios, ha cobrado entre nosotros, por falta de costumbre, dimensión de acontecimiento extraordinario. La cutre pachanga fachosa Pablo Iglesias dixit interpretada al ritmo lento de un piano, ha trascendido la propia intención de la cantante para desembocar en un pasional arrebato que testimonia el anhelo del país por rencontrarse con su amor propio sin prejuicios sectarios. Como letra puede resultar opinable: le falta vuelo porque está escrita desde la intimidad personal de un sentimiento y trata como una balada la vieja Marcha de Granaderos. Pero como gesto es soberbio. Acaso sin pretenderlo, Marta ha despenalizado el himno, aherrojado por cierta izquierda en el sótano de sus propios remordimientos. Lo ha sacado de la mazmorra ideológica para exponerlo a la luz natural del afecto y le ha devuelto el carácter integrador de símbolo de acogida, de amparo moral, de espacio de encuentro. Pero eso ha sucedido porque existe un estado de opinión previo, una ansiedad grupal de autorreconocimiento generada por el impacto del conflicto separatista en una sociedad harta de ultrajes y menosprecios. El problema es que esa conciencia de identidad rehabilitada no encuentra en la política signos de aliento. Que corre el riesgo de caer en el vacío de una dirigencia que no acaba de entender la importancia del momento. Esa España rebelde contra el estigma de la frustración y del derrotismo necesita ubicarse en un relato de esperanza y de éxito. Necesita devolverse a sí misma el honor, la dignidad, el respeto. Está reclamando a voces una señal de aprecio, un proyecto común que la libere del abatimiento. Y es ahora o nunca: si pasa esta oportunidad ya no habrá remedio. E JM NIETO Fe de ratas

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.