ABC MADRID 20-01-2018 página 18
- EdiciónABC, MADRID
- Página18
- Fecha de publicación20/01/2018
- ID0006738238
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18 ESPAÑA SÁBADO, 20 DE ENERO DE 2018 abc. es espana ABC El PP ve en Cs un socio frívolo y mantiene que el PNV no le fallará Rajoy mejora su relación con Sánchez por Cataluña y ve deslealtad en Rivera ITZIAR REYERO MADRID El Gobierno condiciona el Debate de la Nación a los Presupuestos El Gobierno admitió ayer que la celebración del Debate sobre el estado de la Nación puede retrasarse a la espera de que puedan aprobarse los Presupuestos Generales del Estado de 2018, aunque garantizó que su intención es que en cualquier caso se celebre en primavera. Tras la exigencia del líder de Podemos, Pablo Iglesias, para que el Gobierno convoque de inmediato este debate, Méndez de Vigo replicó que el Ejecutivo espera que pueda tener lugar antes de la primavera aunque vinculó la fecha de su celebración con la negociación parlamentaria para sacar adelante los Presupuestos de 2018, que Hacienda espera aprobar en Consejo de Ministros, como muy tarde, en abril. El portavoz explicó que el Ejecutivo prefiere ordenar los debates parlamentarios en función de los intereses del país. Rajoy hablará con otros partidos para buscar el momento más idóneo. Oportunista ventajista desleal y frívolo El PP lleva semanas aireando su desquiciante relación con Ciudadanos, el partido que le aupó al Gobierno pero que al mismo tiempo amenaza su poder entre el centro- derecha español. La alianza política entre Mariano Rajoy y Albert Rivera se ha basado siempre en la desconfianza mutua pero los roces, lejos de limarse según avanza la legislatura, se han convertido en encontronazos directos casi a diario. Las elecciones en Cataluña desataron las hostilidades entre los dos socios y el Gobierno no se fía: cree que Ciudadanos les hará sufrir para ganarse su apoyo a los Presupuestos. Por el contrario, mantiene plena confianza en que el PNV no le fallará. Ayer, el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, deseó que puedan aprobar las cuentas de 2018 con la misma suma que el año pasado, aunque acusó a Rivera de frivolizar con su posición cambiante. Génova habla de deslealtad porque añadió nuevas condiciones como los 500 millones para la equiparación salarial de los policías. Una partida, denuncian, que Cs no exigió para su preacuerdo en septiembre, pero que sí incluyó tras el despliegue de fuerzas en Cataluña y para disputarle al PP ese votante tradicional. Los populares también critican que Rivera condicione ahora su apoyo presupuestario a la dimisión de la senadora murciana Pilar Barreiro, investiga- El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ayer en La Moncloa da por corrupción aunque aún no esté formalmente imputada. JAIME GARCIA Mejor con Sánchez Rajoy está a disgusto con su relación con Rivera, con el que no ha logrado tejer ningún tipo de complicidad, ni política ni personal. El presidente, apuntan sus colaboradores, aborrece el estilo de hacer política de Ciudadanos, más pendiente de su imagen y de los titulares de los medios y girando como una veleta según le dé el viento En cambio, Rajoy mantiene plena confianza en que podrá contar con el PNV para aprobar los Presupuestos. Con Andoni Ortuzar se entiende, comparte el mismo código de vieja política. Los vascos son serios, son de fiar repiten en el PP, que insiste en que ya hay contactos. Por más que los nacionalistas siguen diciendo que no negociarán si no escampa el temporal en Cataluña, en el fondo los dos tienen la esperanza de que la política catalana les permita seguir estrechando su relación, recuperada dos décadas después de los pactos entre Aznar y Arzalluz. En resumen, Rajoy está satisfecho con el PNV e incluso ha mejorado su relación personal con Pedro Sánchez ante el desafío catalán. Pero sabe que no podrá contar con el PSOE para su política económica. ANÁLISIS MANUEL MARÍN CIUDADANOS Y LA FALSA EUFORIA S olo Albert Rivera conoce la razón de por qué Ciudadanos ha vetado que el Partido Popular en Cataluña disponga de un grupo parlamentario propio, lo que a la vez otorga a los grupos independentistas el control de todas las comisiones del Parlament. Sin duda, debe haber una motivación táctica consistente en aprovechar al máximo, y sin ningún tipo de prevención ni escrúpulos, los errores cometidos por el PP y la debilidad de su candidatura. Xavier García Albiol sería infinitamente más aceptado entre el electorado conservador de Andalucía o de Castilla- La Mancha de lo que lo ha sido en Cataluña, pese a su pasado como marca y referente en Badalona. Pero lo cortés no quita lo valiente, y Rivera ha decidido no hacer prisioneros. Ciudadanos y el PP tienen una alianza de facto que permite a Mariano Rajoy seguir gobernando. Pero los dos partidos se aborrecen mutuamente ofreciendo una engañosa imagen de fervor constitucionalista común por la responsabilidad institucional y las cuestiones de Estado, cuando realmente subyace un proverbial odio político rayano en el desprecio sistemático. La pa- radoja es que se necesitan frente a una izquierda en estado de catalepsia. Ciudadanos es el partido de los mil discursos, el de la ambivalencia deliberada y el del oportunismo flagrante. Lo propio de las bisagras de toda la vida... y es legítimo. Allá donde convenga ayudar al sostenimiento del PSOE, Ciudadanos reivindica su origen socialdemócrata, y allá donde el PP requiera de su apoyo para impedir gobiernos podemitas Rivera se muestra conservador a conveniencia. Su estudio de la sociología electoral, de la mercadotecnia como arte, y de la imagen como valor superior a la eficacia en la gestión enlaza con la ausencia de principios definidos porque todo en Ciudadanos es voluble, compatible, adaptable, reversible... El PP en Cataluña pudo lograr mejores resultados, y si no lo hizo fue por una campaña pésima. De eso no procede culpar a Rivera. Sin embargo, Rivera deberá aprender de algunos errores porque privar al PP de grupo propio terminará por convertirlo más en víctima de Ciudadanos que del separatismo. Pablo Iglesias creyó fulminar los 140 años de historia del PSOE en unos meses, e infravaloró al contrario con una simple sobredimensión de su ego, creyéndose inmune a los errores y fracasos. La política no es solo una sucesión de golpes efectistas para generar empatía y construir liderazgos. En Andalucía o la Comunidad Valenciana Ciudadanos adquiere vida propia al margen de Rivera, y en Galicia, Castilla- La Mancha o el País Vasco casi no existe. Ser el Macron barcelonés es una opción, pero vivir en una falsa euforia sin calibrar bien la textura de la cachaza de Rajoy ni el efecto pendular de nuestra política le hará calcular mal sus alternativas. Como ahora.