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ABC MADRID 27-12-2017 página 5
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ABC MADRID 27-12-2017 página 5

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MIÉRCOLES, 27 DE DICIEMBRE DE 2017 abc. es ENFOQUE 5 El polémico menú navideño de los policías desplegados en Barcelona, que han recibido la orden de retirarse antes del sábado ABC Más allá de un plato de pasta apelmazada Triste menú de despedida JAIME GONZÁLEZ Absortos ante lo anecdótico, nuestros ojos se han quedado mirando el chusco menú navideño de la Policía Nacional desplegada en Cataluña. Ya se sabe que cuando el sabio señala la Luna, el necio se queda contemplando el dedo, que es lo que nos ha ocurrido con los platos de fritanga y pasta apelmazada que les sirvieron por Nochebuena. Se ha desatado una de esas tormentas en las que el ruido nos impide abrir las ventanas para observar el fondo del paisaje. Y es que el verdadero problema no nos engañemos nada tiene que ver con que los hojaldres mixtos napolitanos y el asado de ternera con salsa de setas y puré de papas fueran más propios de Pesadilla en la cocina que de una cena de Navidad en condiciones. Sería injusto elevar la triste experiencia culinaria a categoría, porque si la cena hubiera sido opípara la valoración objetiva del despliegue de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en Cataluña seguiría siendo igualmente negativa. La gravedad de lo ocurrido va más allá de un plato apelmazado de pasta. Se sustenta en el hecho de que una nación como España no puede alojar a sus policías cuyos sueldos y dietas suponen un agravio inaceptable en comparación con los de los Mossos o la Ertzaintza en un barco que, más allá de la coña de hacerse famoso por las imágenes del gato Silvestre, el pájaro Piolín o el pato Lucas, carecía de los elementos necesarios, a todos los niveles, para que la estancia de quienes tenían como misión garantizar el cumplimiento de la ley fuera mínimamente digna. Cataluña no es Vietnam, ni Afganistán, sino territorio de España, una nación entre las más desarrolladas del mundo que cuenta con un Estado democrático en el que sus fuerzas policiales no pueden ser confinadas por la puerta de atrás en una embarcación festivamente adornada de muñecotes para convertirse en objeto permanente de chanza. Y como Cataluña no es Vietnam ni Afganistán, resulta sencillamente bochornoso que nuestros agentes tuvieran, incluso, que abandonar los hoteles donde se alojaban ante la presión separatista. El despliegue policial tenía como objeto impedir la celebración de una consulta ilegal, pero sin soliviantar los ánimos de los golpistas y sus partidarios, de modo que al final ha terminado como tenía que terminar: de mala manera y con una terrible sensación de que nuestra Policía ha sido denigrada y humillada, que es tanto como decir que los españoles hemos sido humillados y denigrados al comprobar cómo los encargados de velar por el cumplimiento de la ley abandonarán Cataluña en pocos días en medio de un clima de derrota moral. Convertidos en el pim- pam- pum de las iras secesionistas, acusados vilmente de represores por su actuación el 1 de octubre, los miembros del operativo abandonarán el barco de Piolín manda narices sin poder siquiera apelar al orgullo de haber cumplido el trabajo que les había sido encomendado. Por eso, los platos de fritanga y pasta apelmazada que les sirvieron en la cena de Nochebuena vienen a ser como el dedo del necio. La realidad es que en Cataluña la Luna sigue en cuarto menguante. ESPAÑA

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