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ABC MADRID 17-12-2017 página 17
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO, 17 DE DICIEMBRE DE 2017 abc. es opinion OPINIÓN 17 VIDAS EJEMPLARES ALGO TRAE EL POTOMAC ÁLVARO VARGAS LLOSA EL BREXIT Y CATALUÑA Ojalá los votantes catalanes vean la comedia en que ha terminado el Brexit y le cierren el paso a una nueva astracanada nacionalpopulista A HORA que hay una posibilidad de que el (deseable) bloque constitucionalista gane las elecciones catalanas, los votantes de esa comunidad deberían atender las lecciones del Brexit. Me refiero al principio de acuerdo al que han llegado Londres y la Unión Europea. Lo sucedido era previsible: la realidad le ha hecho una reverenda higa a la utopía y la demagogia nacionalistas. Por eso eurófilos conservadores como Kenneth Clarke (lástima que no te dejaran nunca ser primer ministro) ululaban de alegría esta semana con lo anunciado y en cambio los euroescépticos tosían, miraban el techo y, para colmo, sin poder chistar. El Reino Unido pagará por lo menos 40.000 millones de libras, permitirá a los tres millones de europeos que están en su territorio permanecer allí con plenos derechos y la clave de todo renuncia a lo que ha dado en llamarse una frontera dura entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, es decir entre británicos y europeos, comprometiéndose a un alineamiento normativo que en la práctica supone mantener un altísimo grado de integración. En resumen: un gatopardísimo que todo cambie para que todo siga igual... o casi. Falta, por supuesto, la segunda parte del acuerdo definitivo, la de los intercambios entre el Reino Unido y la Unión Europea. Hay dos opciones. Una es la vía noruega, es decir que Londres acepte, a cambio de seguir con acTheresa May ceso el mercado único (al que no sé por qué llamamos así si su nombre oficial es interno hacer una contribución económica, aceptar las normas europeas y mantener las cuatro libertades, que incluyen la libre circulación de personas. La otra es la vía canadiense, es decir que Londres y Bruselas suscriban un acuerdo de libre comercio. Con las dos vías Londres pierde de acuerdo con sus propios criterios; de allí que pretenda un Noruega menos o un Canadá más Lo primero sería acceder al mercado único sin pagar mucho, sin aceptar todas las normas europeas y excluyendo la libre circulación de personas o acatando una versión limitada. Lo segundo sería un tratado comercial que, a diferencia del que tiene Europa con los canadienses, incluya no sólo bienes sino también servicios, pues el 80 por ciento de la economía británica tiene que ver con ellos y Europa se beneficia de eso tanto como los británicos. Europa no consentirá tanto y acabarán pactando un Noruega un poco menos o un Canadá un poco más Por tanto, aunque ignoramos el arreglo comercial definitivo, sabemos, por el principio de acuerdo anunciado al finalizar la primera fase negociadora, que la pérfida Albión no podrá erigir a su alrededor la fortaleza que pretendía ni gozar de una soberanía remotamente parecida a la que proclamaban los brexiteers y leavers La integración que seguirá habiendo dejará a Londres en situación políticamente disminuida pues no podrá influir en las normas europeas y muchas de sus propias regulaciones tendrán que ser un acrítico y dócil remedo de ellas para no convertir la frontera entre las dos Irlandas, que es también la divisoria entre británicos y europeos, en un muro (tampoco el Canal de La Mancha, donde seguirá teniendo que haber un intenso flujo de cosas y seres) ¿Para esto fueron los euroescépticos responsables de la caída de tres primeros ministros conservadores en las últimas décadas, malgastaron toneladas de dinero y envenenaron el clima político de esa perínclita democracia? Ojalá que el pequeño número de votantes catalanes que aún faltan para dar al bloque constitucionalista la posibilidad de gobernar vean la comedia en que ha terminado el Brexit y le cierren el paso a una nueva astracanada nacionalpopulista. LUIS VENTOSO CHOQUE DE TRENES A veces el odio enlaza para siempre a dos personas O de Cospe y Sorayita es casi una cálida amistad si se compara con lo de Bette Davis y Joan Crawford. Las dos espléndidas actrices americanas, soberanas en el Hollywood de los cuarenta, se pasaron media vida detestándose con tal saña que todavía hoy, cuando llevan tres décadas bajo tierra, colea su enemistad. La trifulca entre ambas es objeto de una excelente serie, Riña donde Susan Sarandon encarna a Davis, la bruja de los imponentes ojos saltones, y Jessica Lange interpreta a Crawford, la intimidante hechicera del rostro anguloso y la mirada- taladro. Las dos estrellonas se hicieron tales faenas que su odio roza lo cómico (Davis llegó a servirle una rata en bandeja de plata a su antagonista cuando rodaban una ceremonia del té) A vuelapluma semejan almas gemelas: infancias de padre ausente, cuatro matrimonios por cabeza y unas hijas que las pusieron a parir por sus maternidades catastróficas Ambas fumaban como locomotoras, le arreaban al morapio y eran sublimes en su arte. Pero rascando un poco emergen las diferencias. Crawford, dos años mayor, era de clase baja y ya reinaba cuando llegó Davis y la desbancó del trono con su mirada clara e inocente ¡eso decían! y su rostro ovalado. Bette Davis era de clase media- alta y arrancó en el teatro fino, con un Ibsen. Crawford se fogueó de chica del coro. Cuando la excorista triunfó y se construyó un teatro a su mayor gloria, su rival lanzó uno de sus pullazos sardónicos: Me alegro de que Joan haya aprendido a leer En los años treinta, Davis se enamoró sin éxito del actor que se casó con Crawford. Luego ambas fracasaron en su intento de ser la Scarlett de Lo que el viento se llevó (aunque Joan se consoló con un lío con Clark Gable) El destino las emparejó en la Warner, con camerinos vecinos. Joan intentó una aproximación a Bette mandándole flores y bombones. La otra se los devolvía y rajaba con sus asistentes sobre el pelotilleo lesbiano de Joan. Llegados los años sesenta, ambas parecían glorias marchitas. Paradójicamente su odio las salvó, pues fue el combustible de ¿Qué fue de Baby Jane? (1962) casi una cinta de terror gótico por las perrerías que se hacen. Bette llegó tan lejos que en la escena en que tenía que agredir a Crawford le abrió en la cabeza una brecha que necesitó puntos. Aquello sí que era realismo sucio. Para chinchar a su rival, casada entonces con un alto ejecutivo de la Pepsi, Davis exigió una máquina de Coca Cola en el plató. La venganza de Joan llegó pronto. Bette logró por la película su tercera nominación al Oscar. Parecía cantado... pero Crawford hizo campaña en su contra, pidiendo bajo cuerda que no la votasen. Le salió bien. La estatuilla fue para Anne Bancroft. Con villanía maquiavélica, Joan lo organizó todo para que Anne estuviese ausente y recoger la estatuilla en su nombre, restregándosela por la cara a una demudada Davis. Crawford se murió de un infartazo en 1977, a los 73. La leyenda dice que Davis lo valoró así: Joan Crawford ha muerto. ¡Bien! Falso. La noticia la sumió en un espeso silencio, pues no dejaba de suponer la amputación de su peor yo. Tener buenos enemigos puede ser una forma de vida. Deplorable, pero entretenida. L información sobre los datos de la curva demográfica española publicados el pasado miércoles 13. Para MARCOS FERERIRO TORRES es un titular que chirría. Horrible. Lo lógico hubiera sido poner Por tercer año consecutivo mueren más españoles de los que nacen Supone nuestro lector, con acierto, que el error gramatical cometido se produce por intentar comprimir una idea en tan pequeño espacio. Así que finaliza su escrito: Ajustando un poco más las letras, hubiera cabido sin problemas. Eso antes los tipógrafos lo bordaban. No entiendo que con muchos más recursos técnicos hoy no se cuadren mejor los titulares nos reprocha. Flamencos Finalizamos la sección con la felicitación de RAFAEL CEPAS PALANCA a Jaime González por el artículo Theo se pone flamenco Como funcionario jubilado de la Comisión Europea he vivido más de veinte años en Bélgica. Conozco la despreciable mentalidad de muchos de los afiliados a la independentista Nueva Alianza Flamenca y de sus dirigentes. Por ello estoy de acuerdo con lo que manifiesta en su artículo. Es una lástima que en un país democrático como Bélgica tengan sitio en su gobierno personajes tan impresentables y equivocados como ese Theo Francken. Aplaudo a González por decir verdades como puños Theo Francken Pueden dirigir sus cartas y preguntas al Director por correo: C Juan Ignacio Luca de Tena 7. 28027 Madrid, por fax: 91 320 33 56 o por correo electrónico: cartas abc. es. ABC se reserva el derecho de extractar o reducir los textos de las cartas cuyas dimensiones sobrepasen el espacio destinado a ellas.

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