ABC MADRID 24-11-2017 página 66

66 SOCIEDAD VIERNES, 24 DE NOVIEMBRE DE 2017 abc. es conocer ABC La piel de Éric salva a Frank Un joven con el 95 de su cuerpo quemado sobrevive con un trasplante de su gemelo JUAN PEDRO QUIÑONERO CORRESPONSAL EN PARÍS Franck Dufourmantelle, de 33 años, sufrió hace un año quemaduras en el 95 de su cuerpo. Un equipo médico ha conseguido salvarle la vida gracias al injerto de la piel de su hermano. Un auténtico hito médico, que se realizó en el hospital Saint Louis de París. Nunca hasta ahora se había podido trasplantar tanta superficie corporal. Maurice Mimoun, profesor de Cirugía plástica y reconstructiva, uno de los médicos que realizó las intervenciones, explicó ayer que es la primera vez en el mundo que se injerta el 95 de la piel quemada de un paciente, un trasplante casi total Tuvimos mucha suerte, al poder contar con la piel del hermano gemelo de la víctima: al salir del mismo cigoto, comparten el ADN con lo cual se consiguió evitar el rechazo. Hay algo de milagroso en esta operación afirmó Mimoun. Los hechos se remontan a hace algo más de un año, cuando en septiembre de 2016 Franck sufrió quemaduras que afectaron a la casi totalidad de su cuerpo- incluida la cara- con la sola excepción de una parte de los pies y de la cadera. El accidente ocurrió en su trabajo mientras vaciaba el contenido inflamable de un bidón en otro depósito, que estalló. Franck Dufourmantelle, el principal protagonista AFP AFP ABC Sobre estas líneas, Frank con su gemelo, que le cedió la piel. Arriba, el torso tras los injertos y a la izquierda, el tatuaje que sobrevivió al fuego de la historia, afirma que tuvo suerte. El heroísmo de mi hermano salvó mi piel y mi vida, con mucho sufrimiento, también para él aseguró. El proceso médico comenzó hace poco más de un año. A su hermano Éric se le extirparon en varias ocasiones piel del cuero cabelludo porque en esa parte del cuerpo no queda marca y cicatriza rápidamente, pero como no bastaba, también de la espalda y de las piernas, hasta totalizar un 5 de su cuerpo. Durante semanas y meses, el equipo dirigido por el profesor en Cirugía plástica y reconstructiva Maurice Mimoun, y por el especialista en anestesia y reanimación Alexandre Meba- Piel de cádaver o de laboratorio, así se trata a los grandes quemados N. RAMÍREZ DE CASTRO Franck tuvo la suerte de tener un hermano gemelo monocigótico, una suerte de clon en la naturaleza con el que comparte el mismo ADN. Le cedió su piel, pero cualquier órgano que le hubieran trasplantado, ya fuera el riñón o el hígado, se hubiera injertado sin riesgo de rechazo. Pero la ciencia brinda ya una solución para la gran mayoría de la población que no tiene un hermano clónico. La opción pasa por trasplantar piel fabricada en el laboratorio, a la medida del paciente. Solo se necesita una pequeña muestra de piel sana del quemado para poder fabricarla sin riesgo a generar rechazo. Con una biopsia de 6 centímetros podemos conseguir hasta dos metros de nueva piel explica Marcela del Río, investigadora del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) un centro español líder en este campo. Del Río cuenta cómo en España se ha llegado a reponer hasta el 80 por ciento de la superficie quemada de un paciente con esta estrategia. La piel de laboratorio prende tan bien como los autoinjertos, los trasplantes que se hacen quitando piel de una zona del cuerpo y estirándola mecánicamente para conseguir más cantidad. Los autoinjeros se dejan para quemados con menos superficie de piel afectada y la piel se cultiva en el laboratorio cuando hay más del 60 de la superficie corporal quemada. La calidad de la piel que generamos en nuestro laboratorio es buena, el problema es el lecho donde se asienta. Los quemados son pacientes caóticos, con un riesgo muy elevado de sufrir una infección, tener graves daños por inhalación de humo, están inmunodeprimidos... No se trata solo de tener buena piel para reponérsela apunta Del Río. Uno de los retos pendientes es acelerar el proceso de fabricación. Ahora se tardan tres semanas y el paciente está expuesto durante ese tiempo a un mayor riesgo de infección. Para protegerle se suele recurrir a injertos de piel cadáver, con ella se envuelve al quemado y se consigue una solución puente hasta la llegada de la generada en el laboratorio.