Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 21-11-2017 página 13
ABC MADRID 21-11-2017 página 13
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 21-11-2017 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página13
Más información

Descripción

ABC MARTES, 21 DE NOVIEMBRE DE 2017 abc. es opinion OPINIÓN 13 UNA RAYA EN EL AGUA MONTECASSINO HERMANN EL LENTO ADIÓS DE ANGELA MERKEL Los liberales dinamitan la coalición de subsistencia de la canciller NGELA Merkel ha fracasado en su intento de volver a formar gobierno. Pase ahora lo que pase, es el fin de la era que lleva su nombre. Aunque vuelva a presentarse en las primeras elecciones repetidas en la Alemania de posguerra, aunque ganara y aunque formara después quién sabe qué tipo de gobierno, la suerte está echada. Los intentos de crear una nueva coalición tricolor con dos partidos tan antagónicos como los liberales del FDP y Verdes voló por los aires en la noche del domingo. La política de continuidad cueste lo que cueste y de apañar consensos como sea ha sufrido una espectacular derrota. Artífice del logro para la democracia que es este naufragio del cambalache ha sido el líder de los liberales, Christian Lindner. Ha sido leal a sus votantes y roto unas negociaciones para un acuerdo que servía para formar gobierno y repartir cargos y prebendas y no para gobernar. Porque los Verdes, en total regresión a la profunda ideologización, al intervencionismo y a la intolerancia más grotesca, pretendían imponer condiciones indignas de una sociedad moderna. E inaplicables con respeto a las libertades individuales y económicas. Merkel aceptaba las condiciones de todos, no solo en inmigración y en economía son contradictorias. Ella ha pescado mucho en aguas socialdemócrata y del ecologismo radical. Al tiempo que A es implacable con cualquiera que se atreva a retar a la CDU desde el espacio de la derecha que ella ha abandonado. El gran triunfo de la Alternativa para Alemania (AfD) en las elecciones de septiembre, con 94 escaños del Bundestag, fue la señal de que la era de Merkel tocaba a su fin. Su lucha contra la derecha (Kampf gegen rechts) que es un lema izquierdista, había fracasado. Ahora, son los liberales los que no acatan su autoridad y se niegan a aceptar componendas con el intervencionismo y fanatismo regulatorio de los Verdes. Lindner corre riesgos. Porque rompe el consenso socialdemócrata de todos los partidos que Merkel ha comprometido en el cambalache relativista. Y se alinea así con los únicos que han osado hacerlo, los derechistas del AfD, que dejan así de ser excepción marginada del sistema. Es el sistema socialdemócrata el que se resquebraja aun más. Esto supone un regalo añadido para la democracia. Alemania necesita como el respirar el debate público, el conflicto de ideas y la confrontación de intereses. Alemania necesita sobre todo muchas verdades tras tanta mentira consensuada para ocultar las devastadoras consecuencias de la política de inmigración. Ha de salir la verdad asfixiada bajo mantos de consenso, grandes coaliciones, medios domesticados y acuerdos interesados. Merkel ya no tiene fuerza ni autoridad para asumir ese liderazgo alemán para las reformas en la UE. Europa espera a un gobierno nuevo de Merkel para intentar reactivar el eje franco- alemán y buscar remedio a una profunda crisis europea que se mantiene larvada. Europa está cogida con pinzas. Y nadie puede intentar acometer su reforma y refuerzo sin un gobierno en Berlín. Pero el pilar de la estabilidad europea de los pasados tres lustros ya no existe. La canciller no tiene relevo. Pero ante todo no tiene ya planes, objetivos ni ideas para esta Alemania tan rica, asustada, crispada y potencialmente inestable. Su único objetivo era justificarse y seguir. Muchos se preguntaban para qué. Como sucede en España, un gobierno sin más prioridad que su permanencia se convierte en un obstáculo a la solución de los problemas. Merkel también insiste en volver a presentarse. Es posible que gane. Es imposible que sea la solución. Las interrogantes para el futuro de Europa no dejan de crecer. IGNACIO CAMACHO PEDAGOGÍA DE LA FRUSTRACIÓN Qué más tiene que pasar para que la mitad de los catalanes entiendan hasta qué punto les perjudica el nacionalismo E JM NIETO Fe de ratas N la primera ronda. Como el que se quita de encima un chicharro antes de que le queme las manos o le tizne la ropa; así ha tratado la Agencia del Medicamento la candidatura de Barcelona, una de las ciudades europeas con mejor calidad de vida y una industria farmacéutica prestigiosa. Esto es lo que han conseguido a pachas los separatistas y su aliada populista Ada Colau, alcaldesa populista y lacrimógena. Que nadie tome en serio como sede de un organismo de la UE a la capital de un territorio cuya clase dirigente se quiere ir de Europa. A tenor de las encuestas, sin embargo, cabe preguntarse qué más tiene que pasar para que la mitad de los catalanes entienda hasta qué punto les perjudica el nacionalismo. Que el proyecto de independencia los arruina en vez de convertirlos en felices habitantes de ese pregonado país idílico. Que las empresas se fugan, que están bajando las tasas de productividad y de empleo, que el dichoso proceso perjudica al comercio y ahuyenta al turismo. Todo parece darles igual a esos dos millones de ciudadanos anclados en el voto secesionista, impermeables a la evidencia, subyugados por el mito. Emocionalmente convencidos, porque no se trata de una idea sino de una creencia, de formar parte de un sujeto político e histórico reprimido por la malvada España a lo largo de los siglos. Encerrados en un bucle letal de autocomplacencia y narcisismo. El independentismo ha trabajado bien en la forja de esa conciencia mitológica de un destino. Adoctrinamiento escolar, propaganda asfixiante y presión inclemente contra el pensamiento crítico; con esa tríada instrumental los nacionalistas han construido un régimen de férreo blindaje doctrinario, inmune a cualquier embate político. Un modelo a contra viento de la Historia que cosecha fracaso tras fracaso sin aflojar en la tenaz persecución de su objetivo. Un sistema de poder hegemónico que, aunque sus beneficiarios admiten que carece de mayoría social, pretende arrastrar a toda la sociedad catalana a pagar el precio de su ofuscado designio. Mientras esa abducción colectiva persista, mientras no sean los ciudadanos de Cataluña los que se rescaten a sí mismos, poco podrá hacer el Estado para reconducir el desvarío. Puede poner diques de realidad alrededor de la fantasía secesionista, condenar a la frustración, como en octubre, cualquier tentación de aventurerismo. Pero en democracia todo pueblo acaba por tener el Gobierno que se merece; son pues los propios catalanes quienes han de resistirse a vivir bajo la imposición de un delirio. Son ellos quienes han de desencantarse de la quimera adolescente con que sus élites han hipnotizado parte de su inconsciente colectivo. Sólo mediante una rebelión de madurez y de pragmatismo es posible frenar el creciente deterioro que ha provocado el disparate identitario. Aunque sea duro el despertar como siempre lo son los desengaños.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.