Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 18-11-2017 página 50
ABC MADRID 18-11-2017 página 50
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 18-11-2017 página 50

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página50
Más información

Descripción

50 CULTURA SÁBADO, 18 DE NOVIEMBRE DE 2017 abc. es cultura ABC La exigencia de un cantante de ópera es casi la de un atleta Entrevista Javier Camarena Tenor El cantante mexicano uno de los dos que ha ofrecido un bis en la historia reciente del Teatro Real canta por vez primera en la Zarzuela JULIO BRAVO MADRID El tenor mexicano Javier Camarena (Veracruz, 1976) es un repetidor empedernido, algo que en el mundo de la ópera actual es toda una hazaña. Ha repetido es decir, ha ofrecido bises en coliseos como el Teatro Real, donde solo él y Leo Nucci lo han hecho desde su reapertura en 1997; en el Liceo barcelonés o en el Metropolitan de Nueva York, donde comparte ese honor con Luciano Pavarotti y Juan Diego Flórez (los tres son los únicos tenores que han bisado desde 1942) en este último escenario lo hizo en tres funciones seguidas de La Cenerentola Sonríe con cierto aire travieso cuando se le recuerda, y recupera la emoción de aquel momento. Mañana cantará por vez primera en el Teatro de la Zarzuela, donde ofrecerá, también por primera vez, un programa dedicado íntegramente a este género. No soy un gran conocedor de la zarzuela reconoce pero siempre he intentado incluirla en mis recitales. He cantado romanzas de El trust de los tenorios La bruja La tabernera del puerto El último romántico Me gustan mucho su temperamento y su construcción melódica, y tiene además el color y el sabor de la música tradicional española. Me gusta mucho -Llama la atención la cantidad de buenos tenores líricos y ligeros que hay en Latinoamérica, y concretamente en México. ¿A qué cree que es debido: al clima, al idioma... -Creo que se debe sobre todo a nuestra fisonomía. No somos muy altos, y eso influye; los tenores, en general, no somos los más altos del mundo. Las características físicas son la primera razón. En México tiene que ver también con nuestra música vernácula. El mariachi se ha cantado siempre con voces muy importantes; el último gran cantante es Vicente Fernández. Él y los que mencioné antes tenían una impostación propia, un gran poder vocal... Esa herencia nos ha marcado, lo mismo que, de alguna manera, esa implícita necesidad de cantarle al amor que duele, algo que en la ópera ocurre mucho. Tenemos una tendencia a esa visión dolorosa del amor que nos hace interpretar y expresar de una manera particular. -Usted tiene 41 años; los tenores bel- Cuidados Los cantantes de ópera debemos escuchar a nuestro propio cuerpo. Es la misma voz la que nos va dictando lo que necesita Competencia En la ópera formas parte de un engranaje y, si dejas de funcionar, hay ya tres o cuatro cantantes que están listos para ocupar tu lugar y formar parte de esa maquinaria Bises La atmósfera es distinta, el momento es mágico: ese público explotando en aplausos, en gritos... Es uno de los momentos más bellos que me ha tocado vivir cantistas de su edad suelen evolucionar hacia un repertorio más pesado ¿En qué momento se encuentra? -Mi base sigue siendo el bel canto, aunque ha habido un desarrollo. Yo empecé cantando Rossini porque fue lo que tuve oportunidad de cantar. Con los años fui conociendo el repertorio y aprendí a hacer y deshacer el nudo de las coloraturas. Rossini me gusta, pero nunca ha sido mi mejor carta de presentación, salvo el papel de Don Ramiro en La Cenerentola que es un papel que exige un poco más de cuerpo, una parte temperamental que se expresa en la música. Yo siempre he estado más cómodo con Bellini, Donizetti, incluso con Mozart, aunque Rossini me ha servido para mantener la flexibilidad en la voz, la agilidad y la frescura. Hoy estoy en un momento de transición, porque estoy abordando un repertorio más lírico, pero aún muy enfocado en el estilo belcantista: I puritani La favorita Lucia di Lammermoor Sigo en ese estilo que ya conozco, pero permitiendo que la voz se expanda un poco más. ¿Es en este período de evolución cuando la voz necesita más cuidado? -Los cantantes de ópera debemos escuchar a nuestro propio cuerpo. Es la misma voz la que nos va dictando lo que necesita. Yo, por ejemplo, canté muchísimo al inicio de mi carrera La italiana en Argel pero llegó un momento en el que empezaba a ser más cansado que satisfactorio, y hace cuatro años dejé de cantarla. ¿Para qué sufrir? La voz es la que va diciendo que no a algunos papeles y se va acoplando a otros nuevos. Lo importante es no ambicionar ir más allá de nuestras posibilidades reales, que es algo que aqueja a la juventud. Pero hay que saber escuchar a la gente que tenemos como guía... Hay que saber escuchar, jalarle las riendas al caballo para que no se vaya desbocado. ¿El cantante hoy en día tiene más o menos control sobre su carrera que Javier Camarena, a las puertas del Teatro de la Zarzuela El rey del bis Es muy emocionante. Mucho dice Javier Camarena al hablar de los bises Los que ofrecí el año pasado en el MET fueron experiencias increíbles. Es un teatro muy grande, con casi cuatro mil personas. Percibir ese aplauso espontáneo, explosivo, que era porque así lo sentí y lo viví no solo un aplauso para el cantante, sino algo mucho más trascendente, es muy especial. Para mí fue poder hacer con la música eso que todos los artistas queremos hacer: tocar el alma, esas fibras del corazón que solamente con la música se pueden tocar. Que toda esa masa de gente haya comulgado contigo en ese momento y haya recibido con el corazón, y no solo con los oídos, el mensaje que les has querido transmitir como personaje, convierte el aplauso en un acto más de gratitud que de reconocimiento, y así se percibe. La atmósfera es distinta, el momento es mágico: ese público explotando en aplausos, en gritos... Parecía un estadio más que un teatro de ópera. Es uno de los momentos más bellos que me ha tocado vivir antes? ¿Le exigen las circunstancias del mundo de la ópera más o menos? -No podemos decir en este caso que todo tiempo pasado fue mejor. Antes un tenor cantaba todos los papeles del repertorio de tenor; de Mozart pasaba a Rossini, y de ahí a Verdi. Lo cantaba todo. Claro que las carreras no eran tan longevas como ahora, aunque había excepciones. Con el tiempo llegó la especialización y la adecuación de las voces a un repertorio concreto. Un ejemplo fue el maestro Alfredo Kraus, que enfocó su carrera hacia un repertorio que era el más cómodo para su voz y lo pudo hacer toda su vida. Por otra parte, el ritmo hoy en día es mucho más acelerado: yo canté en Los Ángeles el 28 de octubre, viajé el 29, llegué a Madrid el 30 a las ocho de la mañana y a las cuatro tuve un ensayo musical; al otro día ensayo con orquesta y, tras un día de pausa, la primera función. Antes eso era impensable; la imposibilidad de viajar rápido te limitaba, y un cantante no tenía la misma presión que ahora. Las exigencias físicas que impone la carrera van a la par; son casi las de un atleta. Uno debe de ser muy consciente de que nuestra voz es nuestro sustento, nuestra materia prima, y que somos sus responsables. Debemos ser administradores, protectores y defensores de este patrimonio. En la ópera, hoy en día, formas parte de un engranaje y, si dejas de funcionar, hay ya tres o cuatro cantantes que están listos para ocupar tu lugar y formar parte de esa maquinaria. Uno debe de ser lo suficientemente inteligente y, hasta cierto punto frío, para ser un buen administrador de su voz, que

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.