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ABC MADRID 11-11-2017 página 48
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  • EdiciónABC, MADRID
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48 CULTURA SÁBADO, 11 DE NOVIEMBRE DE 2017 abc. es cultura ABC Crítica de danza La unidad (y la diversidad) de España SOROLL A Dirección musical: Manuel Coves. Idea original: Antonio Najarro. Dirección de escena: Franco Dragone. Intérpretes: Orquesta Titular del Teatro Real. Ballet Nacional de España. Teatro Real. JULIO BRAVO La defensa de la tradición, del repertorio, es uno de los objetivos que se marcó Antonio Najarro cuando llegó, hace seis años, a la dirección del Ballet Nacional de España. Y Sorolla el espectáculo que acaba de presentar la compañía en el Teatro Real, es un ballet de nueva creación que, sin embargo, abre el baúl de la danza española para ponerla en escena con todo su peso. Escribí con motivo del estreno en el Matadero, hace cuatro años, de Sorolla que éste era un ballet ejemplar. Lo es decía por la recuperación de la danza folclórica, agonizante en muchas escuelas y conservatorios, e inerte en los escenarios. Lo es, también, por sus intenciones renovadoras, por aunar los distintos estilos de nuestra danza y por anudar a ella a creadores ajenos Han pasado cuatro años, y el espectáculo se muestra brillantemente bruñido, con los bailarines calados ya por las coreografías, que han hecho suyas. Es incluso un espectáculo oportuno, dada la situación política y social de España. Pero es, sobre todo, un magnífico espectáculo, ejemplo de lo que debe ser el trabajo del Ballet Nacional de España. Parte Sorolla de Visión de España una serie de cuadros que creó el pintor por encargo de la Hispanic Society. En ellos realizó un mosaico que Antonio Najarro ha querido convertir en danzas. Y especialmente acertado ha sido rescatar el abandonado folclore para mostrar los diferentes maticesde nuestros bailes. Para poner en evidencia que son un tesoro que no puede dejarse morir, porque son nuestra raíz cultural. Haber recurrido para ello a tres coreógrafos como Arantxa Carmona, Miguel Fuente o Manuel Liñán no puede considerarse más que un acierto. El envoltorio no puede ser más atractivo, con la música inteligente y sensible de Juan José Colomer, el deslumbrante vestuario de Nicolás Vaudelet y la sabiduría escénica de Franco Dragone. El gran esfuerzo que supone para los bailarines la exigente coreografía es visible, pero la compañía sale muy bien parada del reto; lo mismo que la orquesta que lleva con ritmo vivo Manuel Coves. Entre los solistas, destaca Sergio Bernal, impecable en Los bolos y Esther Jurado, la bailaora oficial de la compañía. Morten Traavik, durante la gira de Laibach en Corea del Norte ABC Laibach, la aventura subversiva de actuar en Corea del Norte El cineasta Morten Traavik llevó por primera vez a un grupo de rock a Pyongyang ISRAEL VIANA MADRID Cuando Morten Traavik propuso a los miembros de Laibach realizar dos conciertos en Pyongyang, en la que sería la primera gira de una banda occidental en la historia de Corea del Norte, reaccionaron con miedo: Al principio rehusaron, pero no por cuestiones éticas o morales, sino porque pensaban que sería peligroso para ellos. Sabían que varios turistas extranjeros habían sido detenidos por pequeños incidentes que las autoridades consideraron criminales cuenta el director y artista noruego sobre esta aventura políticamente subversiva que, por supuesto, acarreaba riesgos El pequeño tour de Laibach tuvo lugar en agosto de 2015. Ni siquiera se había producido aún la muerte de Otto Warmbier, el joven condenado a trabajos forzados por robar un cartel de Kim Jong- un de su hotel, que pasó más de un año en coma sin que nadie del régimen avisara a su familia. La cantante, Eva Breznikar, dijo que si iban a dejar de tocar en los países con los que no estaban de acuerdo, lo mejor sería que se quedaran en casa siempre recuerda Traavik sobre esta banda eslovena que nació, en 1980, para convertirse en la cara más visible del colectivo artístico N. S. K. (Neue Slowenische Kunst) del cual se realiza ahora la primera retrospectiva en Espa- ña, en el Museo Reina Sofía (hasta el 8 de enero) Antes de llevar a Laibach, el director noruego había estado 15 veces en Corea del Norte. Mi primera impresión fue muy fuerte y no ha cambiado desde entonces. Fue algo surrealista, sin comercios, ni vallas publicitarias, ni músicos callejeros, ni prostitutas... Un país del Tercer Mundo con un poder muy fuerte asegura. La razón de esos viajes fueron los proyectos de colaboración que realizó con Pyongyang, en los que se produjeron intercambios culturales entre artistas norcoreanos y extranjeros, controlados por las autoridades comunistas. Sin esa confianza hubiera sido imposible. Todavía estoy sorprendido de que hayamos sido capaces de conseguirlo reconoce Traavik sobre el documental que salió de esa experiencia, Liberation Day recientemente estrenado en el Festival In- Edit de Barcelona. Aceptaron bajo la excusa de mostrar al mundo que, quizá, el país era un poco más abierto de lo que la gente cree No hay que olvidar que Laibach y N. S. K. nacieron en los 80 con la idea de criticar a los diferentes sistemas de opresión que operaron sobre el pueblo esloveno: la Alemania nazi y la URSS. Su estética militar cercana a esas mismas dictaduras a las que atacaban, y ese rock industrial influenciado por grupos como Rammstein, hizo que se les asociara erróneamente con el nacionalsocialis- mo. Cuando se hicieron eco de los conciertos, los medios de comunicación cayeron en esos viejos artículos y todo el mundo se centró en ese enfoque: un grupo fascista va a tocar en el país comunista más cerrado del mundo. Las autoridades norcoreanas se alarmaron y tuve que convencerles de que era el mismo error que sufrió Corea del Norte cuando, en el pasado, su país había sido tachado de fascista por las potencias occidentales En el caso de Laibach era cierto, puesto que detestaban al nazismo tanto como al comunismo. 2.000 espectadores Una vez en Pyongyang, sus integrantes tuvieron que realizar todas las concesiones que no han permitido en sus 37 años de carrera: olvidarse de su estética, no usar gafas de sol frente a los monumentos y aceptar que la burocracia norcoreana decidiera sobre cómo conectar los micrófonos, los encuadres de la cámara de Traavik y las imágenes a proyectar durante los conciertos. Acudieron unas 2.000 personas. Nunca esperé que el público se pusiera de pie, aplaudiera, saltara o cantara. Fue una reacción muy controlada. Igual que cuando el rock and roll llegó a España o Noruega. Nadie me dijo amo esta música Por las reacciones, a la mayoría de la gente no le gustó nada, pensó que era algo feo Sin embargo, varios jóvenes universitarios que trabajaron en la organización le dijeron al artista noruego que había sido algo nuevo para ellos. Otro hombre le respondió: Hay muchos tipos de música en el mundo y ahora ya conocemos esta Más importante que si les pareció buena o mala en un régimen como ese, era que la conocieran y supieran que existe concluye. Conciertos Fue una reacción muy controlada. A la mayoría de la gente no le gustó nada, pensó que era algo feo

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