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ABC MADRID 05-11-2017 página 61
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ABC MADRID 05-11-2017 página 61

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO, 5 DE NOVIEMBRE DE 2017 abc. es cultura CULTURA 61 Valor testimonial Este tomo recoge las primeras reflexiones de la novelista y ayuda a comprender los personajes que conforman el gran elenco desplegado en su ficción Elegante y distinguida Su editora, Anne Oliver Bell, dice que su letra es elegante y distinguida y su inglés puro y gramatical Té y libros La escritora londinense pasaba sus horas entre tazas de té y libros, siempre junto a su querido Leonard ces, habría excluido, pero que son los diamantes en el montón de la basura Así lo dejó patente en sus diarios; así nos llega ahora. La editora del bruto de estos diarios es la mujer de su sobrino, Anne Oliver Bell. Antes de dar paso a la voz de Woolf, señala que todas las peculiaridades con las que ésta escribió cada cuadernillo han sido mantenidas en el paso al formato mecanografiado. Es así como el lector se encontrará constantemente con el que utilizaba la londinense, empleado con el objetivo de reservarse el y convencional para los momentos en que quisiera aplicar una fuerza especial a lo descrito. También sus notas accesorias o las letras capitales con las que abreviaba el nombre de sus allegados. Bell, que ha sido testigo en primera persona del tacto y el olor de los manuscritos, dice de su letra que es elegante y distinguida se refiere a su inglés como puro y gramatical y se rinde a su particular criba de palabras calificándola como milagrosa nada importante se lee el 23 de enero de 1918 El primer parón que se ve obligada a tomar llega en 1915, después de sufrir un intenso brote de su enfermedad que la induce a la demencia. Virginia deja de escribir hasta la primera de 1917. Sus médicos consideran que es una actividad que la excita y se la prohíben, sin tener en cuenta que en ella reside el primer eslabón hacia la rutina y, con ella, hacia la cordura, al que su paciente se asía con desesperación. Poco a poco se le fue levantando el veto, limitado en los inicios a una hora diaria, como si permitir levar anclas por completo a su mente supusiese un peligro mayor que dejarla al desamparo de lo mundano. Adelanto editorial Las palabras como herramienta de vida INÉS MARTÍN RODRIGO Flores e insectos Sus palabras se vuelven parcas y su estilo esquemático, tan escueto que únicamente referencia el clima, las flores con las que se cruza o los insectos que revolotean por los jardines del extrarradio londinense. De manera paulatina, casi temblorosa, sus frases van cogiendo color, al amparo de su imprescindible Círculo de Bloomsbury, del trabajo de la imprenta Hogarth Press que Leonard y ella regentaban y de las reseñas literarias que escribía para The Times Hasta volver a fluir, firmes, en la tablilla que cada noche reposaba sobre su regazo para dejar correr la tinta en el papel e, impregnada de ella, su vida. Bipolar Su bipolaridad, como su querido Leonard, el té de cada tarde o los ecos de los bombardeos que ponían de relieve lo candente de la Gran Guerra, se refugia entre las anotaciones. Y es la única culpable de que en su particular calendario hubiese días que la escritora no pudo tachar con la palabra escrito más allá de algún olvido puntual Veo que ayer se me pasó escribir, pero es que no pasó su elección parece fruto Las palabras eran la hede un extraño milagro. El rramienta de vida de Virmilagro de la literatura, ginia Woolf. A ellas se afehecha carne. rraba con la fuerza de un Sus disparos son certetalento desorbitado, como ros, pese a escribir depritemiendo que la vida se sa y de forma casi metóle escapara si no se asía a dica. Su precisión es herellas, si a través de ellas mosa. Sus descripciones no lograba vivir. Y este resultan poéticas. Y no sodiario es la prueba irrefubra nada. Absolutamente table de que quiso vivir. Diarios. nada. Ni charlas, ni penPero no pudo. No estaVolumen I samientos, ni encuentros, mos ante ejercicios lite (1915- 1919) ni cenas, ni fiestas, ni críVirginia Woolf. rarios o experimentos ticas incluso a quienes Traducción de con la ficción. Es la vida, se decían amigos ni viaOlivia de Miguel. en sí misma. La que se jes, ni lecturas... No falta desarrolló a lo largo de Ed. Tres Hermanas nada. Porque la nada es 460 páginas. 26 cuatro años, con intervala muerte. Y esa tardaría los de ausencias provoaños en llegar. Son palacadas por la frágil salud mental de bras que parecen escritas conforme su autora. Y de ahí su valor, incalcu- van siendo leídas. Ella es su propio lable. estilo. Necesita que las palabras den Estamos ante una obra maestra. sentido a todo, y que todo se convierLos cuatro volúmenes que aún nos ta en palabras. Y, para ello, el diario esperan, igualmente editados por resulta tremendamente útil. A traAnne Olivier Bell, esposa de su so- vés de él descubrimos que la única brino, Quentin Bell, y que Tres Her- fuente de Virginia Woolf fue ella mismanas publicará tam- ma y que detrás de la escritura está bién en España, darán el vacío absoluto. buena cuenta de ello. Cuando escribió la primera entraObra maestra por su ca- da de este volumen, el viernes 1 de lidad literaria, sí. Pero enero de 1915, tenía 33 años. Cuando también porque es la pri- escribió la última, el domingo 28 de mera vez que se nos ofre- diciembre de 1919, contaba con 37. ce una versión fidedigna Aquel día terminó así: Pensamos e inequívoca de Virginia que ahora nos merecemos tener bueWoolf. No tamizada por na suerte. Aún así, me atrevo a decir la quietud de sus perso- que somos la pareja más feliz de Innajes, anclados a la esté- glaterra Se refiere a ella y a Leonard. tica de la página. Ni vis- Por eso estremece recordar aquella ta a través de las voces última carta que le escribió, y que él de otros; unos ajenos a encontró después de hallar su cadásu realidad, otros indife- ver, sumergido en el río. En esa carrentes a su sufrimiento, ta, como en este diario, Virginia Woolf la mayoría meros espec- es ella misma. Muestra esa cara protadores de su propia vida. pia que le costó años construir, y que Aquí es la escritora quien vemos moldearse en cada entrada, habla. Y lo hace usando sin reparos, con aciertos y equivocapalabras tan precisas que ciones. Hasta el último día de su vida. La autora, fotografiada en Monk House en agosto de 1913

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