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ABC MADRID 21-10-2017 página 12
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  • EdiciónABC, MADRID
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12 OPINIÓN LLUVIA ÁCIDA PUEBLA SÁBADO, 21 DE OCTUBRE DE 2017 abc. es opinion ABC DAVID GISTAU LANGOSTAS La inercia radical del separatismo obligó a Rajoy a activar el largo trámite del 155 que aún suplica poder interrumpir E L gobierno podría cargar unos aviones de langostas de las de hacer plaga, no mariscada y soltarlas en el cielo sobre Barcelona. Sin llegar a la muerte de los primogénitos, que sería cosa difícil de argumentar ante la tecnocracia vigilante de la UE, esta fase admonitoria del prusés adquiriría una pinta de superproducción a lo Cecil B. DeMille en Los Diez Mandamientos mucho más amena de seguir que si los únicos desastres anunciados son deslocalizaciones de empresas y expulsiones de la Liga de fútbol. Qué menos que pedir que por el cauce del Llobregat fluya sangre y que se abata sobre Cataluña una espesa tiniebla en la que sólo se escuche un croar de ranas, todo mientras el jinete apocalíptico de Johnny Cash toma los nombres de los que han de ser castigados: Llamadme 155 Las plagas y las profecías enviadas a Puigdemont tenían por objeto ablandar el alma burguesa del independentismo para que se asustara de su propio atrevimiento. Con tal de no pulsar el botón al que al final se ha visto abocado, Rajoy habría recurrido incluso a la hipnosis de Junqueras para que los aventureros que antaño permanecieron amansados por las dádivas y los mercadeos del Estado sufrieran de repente un arrebato de lucidez y se arrepintieran de todo este último lustro montaraz. Habría sido la gran hazaña del marianismo, si este término define un modo de abordar los problemas que consiste en aguardar sin hacer absolutamente nada hasta que éstos se extinguen por combustión espontánea. No ha sido así. Cada vez que el Gobierno y su entorno propagandístico creyeron que el siguiente paso hacia el desastre era el que la banda de Puigdemont no se atrevería a dar, el paso fue dado sin que se ejecutara siquiera, como reacción, cualquiera de esos sofisticados planes que la vicepresidenta preparó encerrada, junto a un estado mayor de abogados del Estado, en nuestra Situation Room, suponiendo que la tengamos. No había planes. Había sólo la ingenua convicción de que los independentistas terminarían regresando de su largo fin de semana en Port Aventura y Puigdemont haría a Rajoy una llamada parecida a la de Manquiña en Airbag Mariano, lo dejo. Esto es muy estresante. Interesante no, estresante Llamada después de la cual todos seguiríamos con nuestras vidas como si nada hubiera ocurrido, sin castigos ni rencores, y los separatistas podrían pasar por caja a cobrar sus premios de consolación en forma de reforma constitucional, por más que ello hiciera sospecharse una tremenda cara de tonto a todos los ciudadanos que procedieran entonces a descolgar de los balcones las banderas nacionales por las que llevamos días metidos en un Mundial sin partidos. No fue así. La inercia radical del separatismo, su sentido de la oportunidad histórica ante el más agarrotado y reticente de los presidentes que podían tocarle, impidieron el arrebato de lucidez y obligaron a Rajoy a activar el largo trámite del 155 que aún suplica poder interrumpir. HORIZONTE RAMÓN PÉREZ- MAURA OBJETIVIDAD DE LA BBC Con estos mimbres es muy fácil comprender cómo Jaume Roures evolucionó del trotskismo al independentismo QUEL 24 de marzo de 1994 era un día soleado en Santander. Aproveché para pasear con lord Rees- Mogg, a quien había invitado a intervenir en un seminario que yo dirigía en la Fundación Marcelino Botín. William Rees- Mogg había sido el primer católico que dirigió The Times entre 1967 y 1981, y fue vicepresidente y miembro del Board of Governors de la BBC. Al joven periodista que yo era entonces le dejó sin palabras el que el veterano maestro me asegurara que la BBC era uno de los medios más tendenciosos y políticamente parciales del panorama de medios internacionales de ese tiempo. Sospecho que desde entonces la cosa no ha hecho más que empeorar. En la crisis catalana hemos visto la tendenciosidad que muchos medios han demostrado. La falta de rigor profesional y el gatillo fácil a la hora de disparar titulares contra el Gobierno español. Algunos después han hecho autocrítica Le Monde The Guardian pero son muchos los que siguen en la parcialidad más contaminante. En estas horas se está gestando uno de esos ejemplos de toxicidad en la BBC. Stephen Sackur es un periodista de conocida querencia izquierdista que presenta en la BBC un programa llamado HARDtalk Sackur está estos días en Barcelona preparando un debate sobre la independencia de Cataluña. Para asistir al programa la BBC dice estar buscando una audiencia de A habla inglesa que asista a la grabación el próximo miércoles 25 a las 17.30 horas. El programa se emitirá cuatro veces en el World Service de la BBC el fin de semana del 28 y 29 de octubre. Hasta ahí nada extraño. Pero la BBC busca personas que quieran asistir y ha encargado que el filtrado de quién entra y quién no al estudio lo haga... ¡Mediapro! Esa es la imparcialidad de la BBC. El grupo mediático alineado con la independencia sin matices es el que hace la producción del debate que va a emitir la BBC sobre la independencia de Cataluña. El plazo para solicitar asistir a la grabación en el Edifici Imagina del 177 de la Avenida Diagonal se cerró ayer a mediodía. ¿De verdad puede alguien creerse que la objetividad esa corporación pública merece algún respeto? Y sin necesidad de que intervenga Mediapro los medios ya se ven desbordados por unos secesionistas que vomitan mentiras a grito pelado. El pasado jueves a las 19.00 la cadena internacional France 24, en su canal en inglés, emitía un debate moderado por François Picard sobre este asunto en el que intervenían por la independencia el activista de la ANC Adrià Alsina y la escritora Liz Castro y contra ella el brillante consultor político asentado en la City Roberto Robles y el miembro del Partido Socialista Víctor Gómez Frías cuyo inglés dejaba bastante que desear. Cualquier argumento por parte de los constitucionalistas era perfectamente inútil porque ni el moderador podía acallar los gritos de los secesionistas que impedían hablar a los defensores de la ley. Y si eso ocurre en un programa en el que una vez visto queda claro que se buscaba guardar la objetividad, qué no ocurrirá en otra cadena internacional en la que se contrata a Mediapro como productor del debate en el que se va a transmitir al mundo entero lo que Jaume Roures lleva defendiendo desde hace años. En estos días en que tantas empresas salen huyendo de Cataluña unas 1.200 a última hora de ayer está claro que hay algunas pocas que se están forrando gracias a la independencia. Con estos mimbres es muy fácil comprender cómo Jaume Roures evolucionó del trotskismo al independentismo.

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