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ABC MADRID 17-10-2017 página 13
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ABC MADRID 17-10-2017 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MARTES, 17 DE OCTUBRE DE 2017 abc. es opinion OPINIÓN 13 MONTECASSINO UNA RAYA EN EL AGUA HERMANN LA PISTOLA DE TRAPERO Se dispara el precio que pagaremos todos por tanta complicidad y ceguera S E constata que alguien es un cabecilla de un golpe de Estado y jefe de un grupo armado de cerca de 17.000 hombres a los que dirige con el objetivo de destruir la España constitucional y crear una República Catalana independiente. Acto seguido se le deja libre para que continúe sus actividades coordinadas con el resto de la dirección golpista de la Generalidat para destruir el orden legal, intimidar a los catalanes leales a España y acabar con el bien común de todos los españoles. Eso sí, se le impone la obligación de pasar por Madrid cada quince días y se le quita el pasaporte. Nadie sabe para qué ni lo uno ni lo otro. Puede que de momento hasta venga por Madrid a pasear la pistola al cinto. A pavonearse de la impunidad que tanto ayuda a sus planes. Esa impunidad que revela el miedo del gobierno a tomar medidas reales y eficaces contra ellos. Esa impunidad que tanto disfrutan y tan útil ha sido a José Luís Trapero como a sus jefes Carlos Puigdemont y Oriol Junqueras y hasta a su peor soldadesca de rufianes. Vendrá por Madrid si le viene bien. O se disculpará si la rebelión le hace inconveniente volver a la capital del enemigo. Imaginen que el mayor de los Mozos de Escuadra se ve envuelto en alguna refriega, como delincuente en armas contra el Estado que es, con algún agente de la ley de los que sí creen en su juramento de defensa de la Constitución y de España. Imaginen que hiciera uso del arma reglamentaria que la autoridad judicial no le ha quitado e hiriera o matara a un policía o guardia civil que intentara frenarle en esa actividad criminal contra el Estado, contra la Nación y contra España que hoy ya nadie discute. Esperemos que no pase. Que no tenga que utilizar nunca Trapero su arma contra otro español. Pero dadas sus actividades actuales que se centran en hacer la guerra a los españoles, lo lógico habría sido no dejar a su criterio la posibilidad de hacer uso o no del arma. Al fin y al cabo, tampoco se les devuelven las armas a los etarras. Y nadie lo toma como una ofensa insoportable. Si no, ese Otegi mismo, celebrado como un héroe por las autoridades, andaría hoy por Barcelona con su pistola bamboleante al cinto como el propio Trapero. Con aquella con la que disparó a matar a Gabriel Cisneros que se escondía entre los coches. No excluya nadie que los Mozos de Trapero le entreguen muy solemnemente una pistola al etarra y a otros muchos de sus correligionarios que están ya permanentemente en Barcelona como parte de ese voluntariado decidido a defender a la República en caso del que el Gobierno de España pretenda en algún momento restablecer la legalidad española en aquella región. ¿Lo pretenderá algún día? Muchos lo dudan. Piensan que Mariano Rajoy y Soraya Saénz de Santamaría están más dispuestos a negociar cualquier cosa con la banda criminal que ya es la Generalidad de Cataluña que a tratarlos como los enemigos de España que son. Nadie entiende por qué estos cinco años de conspiración pública, anunciada y televisada, no se ha hecho nada para poner fin al golpe. Mientras subía el precio sin cesar. Aplicarán el 155 cuando no sirva para nada, avisaban. Así es ya. Y comenzarán el mismo juego con el estado de excepción, alarma y sitio. Para hacerlos imposible. Mientras, se dispara el precio que pagaremos todos los españoles por tanta complicidad, por tanta ceguera y tantas dilaciones en la defensa del bien de todos. IGNACIO CAMACHO EL FUEGO INVISIBLE Mecha y tea. Nacionalistas y populistas son pirómanos de la política dispuestos a reducir a cenizas el sistema HAY incendiarios de la política, menos letales pero tan socialmente nocivos como los que queman el monte en Galicia. El aventurerismo de Puigdemont y sus compañeros no ha costado aún ninguna vida pero el estrago que están provocando en la convivencia española quizá sea mayor que el de esos bosques abrasados donde siempre se podrán plantar nuevos árboles, que tardarán en crecer bastante menos de lo que duran las heridas sociales. Se da sin embargo el caso de que casi todos los dirigentes separatistas catalanes, que han organizado y perpetrado un golpe contra la legalidad constitucional, siguen en libertad mientras que al menos los pirómanos forestales que caigan en poder de la justicia irán sin género de dudas a parar a la cárcel. La ofensiva soberanista trata de calcinar la estructura misma del Estado, como ese fuego invisible del que habla la novela que ha ganado, exaequo con Montoro, el premio Planeta. Por eso ha encontrado la complicidad del populismo, siempre dispuesto a verter gasolina en los rescoldos de cualquier hoguera. Los aspirantes totalitarios a la refundación del régimen necesitan primero convertirlo en un páramo de cenizas desiertas y carecen de empacho moral para resistirse a utilizar en el empeño el combustible de la independencia. No es la mitología identitaria del secesionismo lo que les interesa; sucede que han atisbado en el conflicto territorial un acelerador químico de la ruptura y pretenden avivar las llamas hasta la destrucción completa del sistema. Esa confluencia de nacionalistas y populistas es lo que hace del procès la primera revolución posmoderna europea. Una rebelión sostenida en supercherías emocionales que invaden la opinión pública al difundirse en red con enorme eficacia técnica. El nacionalismo fija los objetivos, traza la hoja de ruta y la asienta sobre un conjunto compacto y bien armado de patrañas, bulos y leyendas; el populismo, en sus diferentes modalidades y plataformas, aporta las herramientas, los mecanismos de propaganda que agitan a las masas y las organizan en la calle con precisión estratégica. Juntos han constituido una fuerza de desestabilización devastadora como el fuego furtivo; son la mecha y la tea. Y España, la España aún renqueante de la postcrisis, es la leña envejecida, agostada, seca. Como en el carbonizado monte galaico, esa piromanía política va a dejar profundas huellas. No será nada fácil, pase lo que pase, repoblar el baldío de la coexistencia. Los daños en el tejido civil en el catalán y en el de toda la nación española son ya cuantiosos y para repararlos no va a bastar con replantar la tierra. Acabe como acabe el incendio declarado, costará mucho tacto y mucho tiempo de dinero ni hablamos solventar esta emergencia. Y lo peor, lo más doloroso, lo más irritante, es ver cómo continúan ofreciéndose como bomberos, todavía con el mechero en una mano y en la otra la yesca, los mismos que han provocado la tragedia. H JM NIETO Fe de ratas

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