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ABC MADRID 02-10-2017 página 34
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34 ESPAÑA El desafío soberanista LUNES, 2 DE OCTUBRE DE 2017 abc. es espana ABC Las irregularidades Juan Ignacio Zoido Ministro del Interior Ya han conseguido la foto, ahora que recuperen la razón Esto no es un referéndum, es un auténtico paripé Cualquier cosa, menos un referéndum Dobles votaciones, ninguna garantía y un censo global anotado por voluntarios L. P. A. E. D. S. E. A. BARCELONA A las 9.45 en un colegio, y a las 14,45 en otro, con mismo pasaporte Diversos ciudadanos catalanes votaron en varias ocasiones, demostrando la falta de garantías del referéndum independentista. M. A. en la imagen, fue capaz de votar en dos ocasiones a lo largo de la jornada, con su mismo y único pasaporte. Según relato a ABC por teléfono, así lo hizo a las 09.45 horas en el Colegio La Pau y cinco horas después, a las 14.45 horas, en la Escuela Industrial de la Barcelona. No fue el único: otro ciudadano narró a ABC cómo un grupo de personas, que prefieren ocultar su nombre, depositaron una papeleta en el centro habilitado en la calle Eduardo Conde de Barcelona a las seis menos diez de la tarde, a pesar de que todos habían votado ya por la mañana en otro de los puntos de votación de la Generalitat. La asociación Sociedad Civil Catalana también denunció esta irregularidad y exhibió en su cuenta de la red social Twitter otros ejemplos, como un hombre con una chaqueta de color oscuro. Votando varias veces sin problema era el tuit. El referéndum independentista ilegal que se celebró ayer en los diferentes municipios de Cataluña careció de todas las garantías necesarias y de cualquier credibilidad, como pusieron de manifiesto los diversos ciudadanos que votaron en más de una ocasión en diferentes centros electorales y que así se lo relataron a ABC. Un sinfín de irregularidades convirtieron este simulacro en una votación sin ninguna garantía de transparencia y legalidad. Las principales anomalías en comparación con cualquier proceso electoral ordinario vinieron propiciadas por la improvisación de la Generalitat que, entre otras cosas, anunció solo 45 minutos antes de la apertura de los locales que el proceso se iba a regir por un censo universal para todos los centros. De igual manera, afectó la intervención del sistema electrónico por parte de la Guardia Civil, que obligó a los miembros de las supuestas mesas electorales a anotar las identidades de los votantes a mano. Algunos de ellos incluso admitieron a este diario conocer con anterioridad al anuncio que el referéndum iba a tener un censo único, una situación preocupante más aún cuando la plataforma universal que controlaba las votaciones carecía de controles y medidas de seguridad y buscaba facilitar el voto telemático a través de un blog controlado por la Generalitat. Aún así, ni siquiera antes de que el sistema electrónico fuera inhabilitado por las fuerzas del orden, el supuesto censo estuvo operativo: los cruces de nombres imprescindibles para evitar duplicidades nunca funcionaron. Hubo más trampas. Las vocalías y presidencias de las pretendidas mesas electorales fueron copadas por voluntarios de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) que llegó a pedir a gritos que se encargasen voluntarios ante la ausencia de los convocados de forma oficial. Esos voluntarios fueron precisamente quienes apuntaron a mano los nombres de los votantes y su supuesta identidad. Eso sí, contaban con una conexión a internet capaz de cubrir las exigencias. Tampoco ejerció una junta electoral que garantizase la independencia del proceso: ni siquiera la denomina- da Sindicatura Catalana, cuya creación fue suspendida por el Tribunal Constitucional. Todos sus miembros, expertos juristas designados por Junts pel Sí, dimitieron en masa cuando el tribunal garante les multó por continuar con sus actividades y desobedecerle. La labor de estos síndicos fue sustituida por un grupo de observadores internacionales no autorizados, que no contaron con el respaldo de la Organización de Naciones Unidas. No fue la única práctica inusual del día. Algunos militantes independentistas, por ejemplo, imprimieron sus papeletas en casa. Otros decidieron demostrar la debilidad del proceso al votar en varios lugares y, los que se encontraron con colegios más permisivos, pudieron depositar su papeleta en las urnas sin mostrar su DNI. Además, varios colegios cerraron sus puertas antes de las 20 horas, algo impensable en unas elecciones cons- Vocalías nada plurales Los cargos dirigentes de las mesas de votación fueron monopolizados por partidarios de la independencia Sin una junta electoral fiable Los miembros de la judicatura designada por Junts pel Sí dimitieron en masa antes de desarrollar su labor titucionales. Lo hicieron por miedo a que la Policía acudiera allí a requisar urnas. A partir de llamamientos en redes y entre sedes electorales, los ciudadanos se movilizaron en plena calle y flanquearon el transporte de las cajas hasta otros centros donde se reunieron para tenerlas todas en un único espacio y así concentrar los esfuerzos. También en otros puntos de votación se optó por cerrar mesas y dejar para última hora una única urna para empezar el recuento de votos en las ya retiradas y avanzar en los resultados. Tal fue el descontrol que incluso en la localidad de Santa Margarita de Montbui, una persona irrumpió con un cuchillo en la sede electoral amenazando a los presentes. La Policía autonómica le detuvo por amenazas y altercados. Fuentes de los Mossos precisaron a ABC que dos personas resultaron heridas.

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