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ABC MADRID 07-09-2017 página 86
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ABC MADRID 07-09-2017 página 86

  • EdiciónABC, MADRID
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JUEVES 7.9.2017 Editado por Diario ABC, S. L. Juan Ignacio Luca de Tena, 7, 28027 Madrid. Diario ABC, S. L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 37.142 D. L. I: M- 13- 58 Apartado de Correos 43, Madrid. Teléfono de atención 901 334 554. EL PULSO DEL PLANETA VISTO Y NO VISTO El maratón de los borrachines Esta carrera acaba de cumplir tres décadas; las primeras generaciones de corredores rondan los 50 o 60 años y ahora se suman jóvenes de entre 25 y 35 J. P. QUIÑONERO CORRESPONSAL EN PARÍS IGNACIO RUIZ- QUINTANO ESPAÑOL Defensa del segundo (en el peor de los casos) idioma del mundo, hoy perseguido con saña española por periódicos, escritores y políticos E Q uizá sea la fiesta más popular de un barrio legendario, Saint- Germain- desPrés: el Maratón de los Leveurs de Coude el maratón de los borrachines en una traducción personal, libre pero fiel. El maratón de los que empinan el codo creo que traduce bien el espíritu de una fiesta ya clásica en la rentrée de Saint- Germain, entre la iglesia que da nombre al barrio y la iglesia de Saint- Sulpice, donde fueron bautizados Baudelaire y el Marqués de Sade, inmortalizada, en español y catalán por Baroja, Azorín y Josep Pla. El maratón cumplió el martes treinta años, más joven que nunca. La idea original de dos periodistas deportivos, Jean Cormier y Denis Lalanne, se ha convertido en la carrera más clásica de París. Pandas, bandas, cuadrillas de amigos de todas las edades, se disfrazan y compiten bebiendo, bailando y cantando, mientras recorren el maratón de los cuarenta grandes bares y tabernas del barrio. La carrera comienza a primeras horas de la tarde y termina hacia el alba del día siguiente. Entre las pandillas hay de todo, jugadores de rugby, artesanos del barrio, estudiantes, periodistas. Todos los disfraces son admitidos. Y el maratón culmina con la entrega de un diploma de maratoniano de honor en una ceremonia celebrada en la plaza de SaintSulpice, a los pies de la iglesia. En su origen último, se trata de un homenaje popular a la gran historia festiva del barrio de Saint- Germain. Los padres del maratón de los Algunos jóvenes, esta semana, en el maratón en Saint- Germain- des- Prés J. P. Q borrachines decidieron rendir home- y edades. La charcutería y los producnaje a un viejo y legendario colega, tos vascos, siempre presentes, han alAntoine Blondin, bebedor y fumador ternado con vinos y alcoholes de toda de gran clase. Y tras esa invocación Francia. Las primeras generaciones patriarcal, el maratón evoca y rinde de corredores de este maratón, único homenaje a un pasado que se desea en su género, ya rondan los 50 o 60 salvar: las noches de vino y gloria en años, pero están más jóvenes que nunviejos tugurios donde se tocaba y bai- ca, animados por la irrupción de nuelaba jazz, el Bebop de vas generaciones de coLos viejos Charlie Parker, inmorlegas, en torno a los 25 y talizado por Julio Cortá- rockeros siguen 35, dispuestos a celebrar zar en su cuento El perla gran fiesta popular de siendo seguidor un barrio unido en la colos primeros El recuerdo y los homunión con su historia en subir al menajes a las viejas gloy sus leyendas. podio de los rias del pasado serían Los viejos rockeros siganadores pura ceremonia hueca si guen siendo los primela fiesta no continuase, ros en subir al podio de hoy como ayer. En su última edición, los ganadores, alternando con las jóel maratón de los borrachines ha con- venes generaciones que aspiran a gatinuado creciendo. Más de quinientos nar su propio puesto entre las estreparticipantes, una veintena de cuadri- llas de las jubilosas noches de Saintllas. Mestizaje de bebidas, culturas Germain- des- Prés. Verbolario POR RODRIGO CORTÉS Desacuerdo, m. Disensión rubricada con un apretón de manos. ste verano, en Santo Domingo de la Calzada, su cuna (la del español) el argentino Alberto Buela ¡otra vez Buela! hizo la defensa más entusiasta que se recuerda del español, segundo (en el peor de los casos) idioma del mundo, hoy perseguido con saña española en España, con la colaboración del periódico global, sus escritores orgánicos y los políticos del Cervantes. Contra la opinión de Lassalle, su Bannon, Rajoy no es Jefferson, autor de un ensayo en defensa del anglosajón (nuestro enemigo político) que todavía quita el hipo, aunque niega el sexo, y por tanto el género, a las palabras, detalle que hoy le costaría, si le leyeran en Berkeley, la decapitación por los tontons macoutes de la momia de Marcuse, cuando sólo se proponía sembrar de verdor y flores los desiertos baldíos de la filología Al amor al español de un joven filólogo, Juan Romeu Lo que el español esconde. Todo lo que no sabes que estás diciendo cuando hablas pasión vedada a dos cáncamos académicos como Cebrián y Ansón, debo un agosto entretenido en la playa, contrastando con el oído el habla local (bable) de los lugareños, y con la vista, la vivisección del español por Romeu, que pasa las palabras por el chino de Octavio Paz: Dales la vuelta, cógelas del rabo (chillen, putas) azótalas, dales azúcar en la boca a las rejegas, ínflalas, globos, pínchalas, sórbeles sangre y tuétanos, sécalas, cápalas, písalas, gallo galante, tuérceles el gaznate, cocinero, desplúmalas, destrípalas, toro, buey, arrástralas, hazlas, poeta, haz que se traguen todas sus palabras Por el erre que erre del libro de Romeu descubro que erre que erre viene del árabe (interjección de arriero: ¡la vulva de tu madre! como albóndiga nada que ver con la populista almóndiga con sillón en la Academia desde 1726, aunque sin tilde, o sin techo, invento de la Ortografía de 1741, que establece la tilde para las esdrújulas, dicho sea en descargo del Joven Marías, que siempre dijo albóndiga

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