ABC MADRID 23-08-2017 página 10

10 OPINIÓN LLUVIA ÁCIDA PUEBLA MIÉRCOLES, 23 DE AGOSTO DE 2017 abc. es opinion ABC DAVID GISTAU PANGLOSS EN LAS RAMBLAS Si en Barcelona un bolardo agrede la libertad, imaginen un paraca Por eso interponemos letras de John Lennon E N ciudades europeas atacadas recientemente, como París, así como en otras que no lo han sido, como Roma, los militares están desplegados. Ello no es un elemento añadido de inquietud sino de tranquilidad. Por eso es frecuente ver, sobre todo entre los turistas, personas que les agradecen el servicio al pasar junto a ellos, por más que la presencia de soldados perturbe el ideal de la tarjeta postal que sólo admitía pintores con boina existencialista y candaditos del amor en los puentes. Los primeros despliegues en Francia parecían más un alarde, un bálsamo psicológico, ya que pensábamos que esta guerra era para que la libraran oscuros servicios de inteligencia. Sin embargo, los soldados terminaron interviniendo, evitaron atentados, e incluso atrajeron sobre sí los ataques que en su caso son un gaje del oficio, como lo vienen siendo en Israel desde los tiempos en que Europa ni sospechaba siquiera que los coches utilitarios y los cuchillos de cocina podían convertirse en armas terroristas artesanales. No pretendo diagnosticar en términos técnicos si la seguridad en España estaría mejor garantizada con los soldados desplegados. No tengo conocimientos para ello, es algo que me corresponde preguntar, no responder. Pero sí me parece interesante plantear que la superstición antimilitarista española impediría hacerlo aunque fuera necesario. Y de hecho se lo ha impedido a un gobierno medroso, acomplejado, que se ha resistido a aumentar el grado de alerta por temor a que la propaganda independentista fabricara con los soldados patrullando Barcelona, no una estampa protectora, sino una propia del Ulster. Este componente político con resultados debilitantes es otra de las características excéntricas de España. En ningún otro país bajo ataque existe una fobia tal al ejército como para preferir asumir más riesgos personales antes que rescatarlo de su perímetro de exclusión social. Si en Barcelona un bolardo agrede la libertad, imaginen un paraca Por eso interponemos letras de John Lennon. Más allá de la particularidad política en un contexto de fuerte militancia independentista, parece que ciertas reticencias, lo mismo a los bolardos que a los paracas tienen un origen panglossiano El optimismo no los estimaba necesarios y por ello no quería arruinar la tarjeta postal de la ciudad abierta, libre, intocable de tan hermosa. Estos días, los cronistas de Barcelona, lo mismo los nostálgicos que los que se alquilan bicicletas municipales ahora, nos recuerdan, estupefactos, a Cándido contemplando el terremoto de Lisboa y descubriendo que fue estafado en su ideal del mejor de los mundos posibles, que cosas así no pueden suceder en la jurisdicción de un Dios benevolente. Los bolardos y los paracas son un modo, al contrario, de conocer la condición humana y la inexistencia de dioses benevolentes antes del terremoto, y no después. VIVIMOS COMO SUIZOS ROSA BELMONTE SONRISAS Y PALOS Al negar una calle a María Von Trapp, volvemos a juzgar conductas del pasado con puntos de vista de hoy S I Dios hubiera tenido una madre como la mía, jamás habría promulgado su segundo mandamiento. Lo escribe Claire Goll en sus memorias A la caza del viento Pretextos) De mi madre no había aprendido más que el odio, el disimulo, el deseo de venganza y el vergonzoso placer de disfrutar bajo el látigo Goll detestaba a su madre como Bobby Fischer o Hemingway a las suyas. Por suerte, ni a la madre de Hemingway ni a la de Fischer ni a la de la escritora alemana Claire Goll querían ponerles una calle. A María Von Trapp, sí. En Salzburgo. Pero como en realidad no se parecía a Julie Andrews (y mucho menos a Eleanor Parker) han preferido no hacerlo, como Bartleby el correcto. María Von Trapp no ha resultado ser guardiana en un campo nazi con perraco asustando a los pobres judíos como Juana Bormann, sino una fiera educadora castrante cuyos métodos contó ella misma en alguno de sus libros. La llevé a la casa, la puse sobre las rodillas y le di una buena paliza relata una vez que castigó a su hijastra Martina. Hombre, ponerte sobre las rodillas implica azotes en el culo, no colgarte de un gancho como en La matanza de Texas Todas esas confesiones fueron reinterpretadas por Renate Langer en Harmonie und Horror un capítulo sobre los Trapp en el volumen Studien zur Kinderpsychoanalyse Y con todo eso, una historiadora ha elabora- do el informe recomendando no dar una calle a Maria Von Trapp en Salzburgo. También recuerda que hoy en Austria está prohibido el uso de la violencia como método educativo. Razones a las que se ha unido la concejal que propuso homenajear a la cantarina. Y ya estamos otra vez juzgando conductas del pasado con puntos de vista de hoy. Puntos de vista de peluche. No hay que recordar que uno de los muchos reclamos turísticos de Salzburgo consiste en recorrer los escenarios de Sonrisas y lágrimas (igual que uno de los de Cracovia es hacer la excursión a Auschwitz) Ir a la abadía de Nonnberg, al palacio de Frohnburg, a la fortaleza de Höhensalzburg... Como cuando viajas a San Francisco y miras el lugar de la bahía donde se supone que Kim Novak saltó al agua en Vértigo O cuando vas a Filadelfia y, después de admirar la Campana de la Libertad, vas al Museo de Arte y subes las escaleras como Rocky pero sin los niños detrás. En Salzburgo, si uno es una de esas personas partidarias de las bicicletas también puede hacer el Fräulein Maria s Bicycle Tour. Hay gente que ha tenido pesadillas después de verse metido en el recorrido Sonrisas y lágrimas Pero también hay gente que odia tanto Sonrisas y lágrimas como las lavativas. Por ejemplo, el que tradujo Hannah y sus hermanas al español. Woody Allen reflexionaba sobre Nieztsche y el eterno retorno: O sea, que volveremos a vivir lo mismo. Genial, tendré que ver otra vez Sonrisas y lágrimas (en el original dice Ice Capades, una especie de Holiday on Ice) La concejal quiere también que en el museo de Sonrisas y lágrimas que se inaugurará en 2019 se ponga una explicación sobre la verdad de Maria Von Trapp. Una especie de trigger warning, esa melonada estadounidense que avisa antes de leer un texto o ver un vídeo del contenido de temas conflictivos (conflictivos para zopencos que se ofenden por todo) En fin, que Maria Von Trapp era muy mala. Descubrimiento. No sabía Azaña que en Austria la mejor manera de guardar un secreto también es escribir un libro. Al menos tengo claro que Julie Andrews es muy buena. Christopher Plummer dice que trabajar con ella era como ser golpeado en la cabeza con una carta de amor.