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ABC MADRID 02-08-2017 página 66
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  • EdiciónABC, MADRID
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66 ABCdelVERANO DE ORILLA A ORILLA GAJES DEL VERANEANTE MIÉRCOLES, 2 DE AGOSTO DE 2017 abc. es estilo ABC El triunfo del tomate Su boom gastrónomico se produce en el siglo XVIII, cuando nace su habitual modo de empleo: la salsa de tomate CRISTINO ÁLVAREZ ¿Qué puedo hacer si pierdo el pasaporte? Una de las mayores incomodidades que le pueden suceder a un viajero durante su descanso estival es la pérdida del pasaporte en un país extranjero. Antes que nada, hagamos un poco de pedagogía preventiva. Se aconseja apuntarse, antes de realizar el viaje, en el registro de viajeros del ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación por si ocurre un incidente de cualquier índole. En el desdichado caso de que perdiéramos nuestra documentación estas son algunas recomendaciones sobre cómo proceder: l tomate, como tantos otros productos americanos, llegó a España a mediados del siglo XVI, y siguió la misma ruta que todos ellos: de España pasó a Italia, y de ésta a Francia, de manera muy especial a la Provenza, cuya cocina también sería inimaginable sin tomate... como ocurre con todas las cocinas mediterráneas. El tomate no se impuso inmediatamente en Europa. En primer lugar, los tomates que conocieron los españoles en México eran muy pequeños, apenas mayores que una cereza; similares a los que ahora llamamos, precisamente, tomates cereza Consta que se plantaron tomates en Andalucía ya en el siglo XVI, aunque en un principio se valoraron más como planta ornamental que como alimento. Por si fuera poco, los tomates, como otros nuevos frutos americanos, fue- E Evolución del producto La primera mención de la salsa de tomate en un libro de cocina fue en el Nuevo arte de cocina escrito por el fraile Juan de Altimiras ron considerados afrodisíacos. Normal. La idea erótica ha estado ligada siempre al exotismo, la rareza, el alto precio... al lujo, en una palabra. Piensen en los productos que todavía hoy gozan de una cierta fama de erotizantes y verán que ninguno de ellos es barato ni abundante. Finalmente, el tomate acabó por imponerse. En primer lugar, como parece lógico, como ingrediente de ensaladas. Nadie es capaz, en España o Italia, de concebir la ensalada cotidiana del verano sin el rojo y fresco toque del tomate; y la cosa no es precisamente de ahora. Tirso de Molina, en El amor médico escribió: ¡Oh, ensaladas de tomate de coloradas mejillas dulces y a un tiempo picantes! Ya tenemos, pues, en el Siglo de Oro a los tomates en nuestras ensaladas. Pero el verdadero boom gastronómico del tomate llega en el siglo XVIII, tanto en España como en Italia, cuando nace su más universal modo de empleo: la salsa de tomate. La primera mención de la salsa de tomate en un libro estrictamente de cocina la hace, ya entrado el siglo, el fraile español Juan de Altimiras en su Nuevo arte de cocina En Italia, concretamente en Nápoles, triunfa en la misma época la combinación de la pasta con la salsa de tomate. Y no tardaría el tomate en dar su color al gazpacho; pero ésa es otra historia. UN NUEVO PROTOCOLO DEL VESTIDO Si se encuentra en un país donde haya embajada o consulado español, deberá acudir al mismo para tramitar un nuevo pasaporte si desea permanecer en el país o continuar el viaje a otro diferente. Igualmente, tendrá que acudir a su embajada o consulado si quiere conseguir un salvoconducto que le permita regresar a España si esa es su intención. Si no hay embajada o consulado español, podrá dirigirse a la embajada de cualquier Estado miembro de la Unión Europea, que le facilitará un documento provisional de viaje para regresar a España. Si se queda sin blanca, se debe poner en contacto con familiares o conocidos que le pueden enviar dinero. Cuando este recurso es imposible, la embajada o consulado le pueden proporcionar una ayuda extraordinaria. MARÍA LUISA FUNES La vuelta del Milrayas Se trata del material pobre que pusieron de moda los universitarios norteamericanos H asta los años 70, la tela milrayas se utilizaba principalmente para pantalones masculinos de sport chic con un corte clásico y bolsillos laterales invisibles. Pero el material que nació como una alternativa a los pesados uniformes británicos bajo los rigores del clima de las Colonias, es hoy un básico del guardarropa de ellas y ellos. El tejido milrayas llamado inicialmente seersucker es una delgada tela de algodón con un ligero relieve, que causa suaves arrugas permanentes. Sus dibujos suelen ser de finas rayas azules, verdes o rojas, e incluso de pequeños cuadros. El relieve del tejido fue la clave de su éxito: permanecía separado de la piel y no necesitaba planchado. En el siglo XIX fue utilizado en los Estados Unidos para los operarios de trenes, los carniceros, los colchones o los pijamas de verano. Pero este material que comenzó a ser utilizado por los menos acaudalados, acabó siendo una alternativa elegante cuando los estudiantes norteameri- Para vestir de sport A partir del siglo XX el seersucker se convirtió en un básico, sobre todo en los armarios masculinos canos de las mejores universidades de la Costa Este comenzaron a llevarlo por rebeldía a principios del siglo XX, causando el efecto contrario al deseado: las prendas en telas milrayas se convirtieron en un básico del preppie chic y pasaron a utilizarse en los trajes de sastrería de los señores más elegantes del Sur. Más tarde, fue todo el país el que adoptó el seersucker como un básico, principalmente masculino, para vestir de sport. Desde hace casi dos años, el milrayas ha vuelto con fuerza a pasarelas y escaparates, esta vez no solo para quedarse en el guardarropa masculino, sino para convertirse en vestidos, blusas de volantes, abrigos, camisas, pantalones e incluso sábanas y cortinas. Lo que comenzaron a utilizar Silvia Tcherassi, Johanna Ortiz o Ralph Lauren, se ha convertido ahora en una tendencia masiva que esperamos vuelva a ser un clásico habitual, pues nada hay más apetecible en verano que el tejido de algodón ligero en refrescantes rayas azules.

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