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ABC MADRID 08-07-2017 página 39
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC SÁBADO, 8 DE JULIO DE 2017 abc. es conocer SOCIEDAD 39 informática en España En un panel luminoso, el Incibe muestra el seguimiento y evolución de los últimos ciberataques Alberto Hernández DIRECTOR GENERAL DE INCIBE Antes de WannaCry los ciudadanos y empresas veían lejano que un ataque semejante pudiera ocurrir tima, de carácter un poco más técnico, que fue una verdadera preocupación es que WannaCry tenía la capacidad de replicarse de forma automática y eso no se había visto antes en un maleware de este estilo. Siendo uno de los primeros países afectados, España no estuvo entre los diez en los que tuvo mayor impacto, algo que se explica, según Hernández en que quizá nosotros trabajamos más rápido y compartimos mejor la información El director añade que esto es solo una suposición, pero sí valora la gestión de la comunicación que desde esta entidad se hizo, tanto con WannaCry como con Petya, más reciente y con repercusión a nivel mundial. La profesionalidad del Instituto quedó constatada porque supo cómo funcionaba el virus y compartió cómo protegerse. Hernández añade que la labor de Incibe va mucho más allá. La ciberseguridad y la lucha contra el ciberdelito, comenta, obligan a disponer de tecnologías avanzadas y, desde Incibe, tienen la capacidad de desarrollarlas junto con la industria para que en pocas horas podamos saber qué es lo que pasa y luchar contra ello Vea el videoanálisis sobre la lucha contra los ciberataques FOTOS: MAURICIO PEÑA Más de 80 personas Un equipo profesional joven y muy formado, las claves del éxito Se fundó en 2006 como Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación, S. A. (Inteco) y pasó a llamarse Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (Incibe) en 2014. Un simple vistazo a sus salas de trabajo sirve para trazar un primer perfil sobre el equipo, compuesto por 80 empleados. Es evidente la juventud de todos ellos, que las caras masculinas siguen superando en número a las femeninas, pero sobre todo, se aprecia su profesionalidad. En la labor de cada trabajador con elementos y objetivos comunes, pero también dispar reside una de las claves del éxito de Incibe. Tatiana Gutiérrez tiene 37 años y ha dedicado al Instituto los últimos nueve de su vida laboral. Desarrolla su actividad en el área de Industria, Talento y Promoción de la I+ D +i y entre sus funciones destaca la organización del Cybercamp, el gran evento de ciberseguridad de Incibe. En ciberseguridad llevo trabajando desde el año 2014, antes en el ámbito de accesibilidad de estándares web, temas de administración electrónica y con infraestructuras críticas comenta. En 2010, Ruth García, de 33 años, pasó a formar parte de la familia de Incibe. En su caso, son dos proyectos los que la tienen ocupada, por un lado la Oficina de Seguridad del Internauta, que es un servicio dirigido a los ciudadanos, con el objetivo de ayudarles a navegar de forma segura y, por otro, el IS 4 K (Internet Segura for Kids) Este nuevo servicio se lanzó el pasado 7 de febrero y está enfocado a menores, familias y educadores. Ellas son solo dos ejemplos de los 80 que personifican la labor de este instituto y su proyección. te a este tipo de conflictos. El último, atribuido de manera oficiosa a Rusia, tuvo como epicentro a Ucrania. El ataque de ransomware o secuestro de datos, perseguía a diferencia de otros casos similares, perpetrar más daño que lucrarse. Un nuevo escenario Aunque determinadas potencias mundiales se centran más en diseñar ofensivas digitales, la postura adoptada por países como España es más bien preventiva. El objetivo es mantener a salvo las infraestructuras críticas y pú- blicas, como las centrales nucleares y los aeropuertos. Una voluntad que responde a una serie de problemas derivados de este tipo de ataques, que en nada se parecen a la guerra tradicional, donde el enemigo queda más o menos confirmado y el espacio invadido queda delimitado. Pero en una guerra virtual, esas doctrinas no sirven. En 2016, la OTAN y los jefes de Estado acordaron que el ciberespacio se reconoce como un nuevo dominio de las operaciones, al igual que el terrestre, naval, aéreo y espacial Fuentes del Mando Conjunto de Ciberdefensa han confirmado a ABC que la opacidad del ciberespacio y su anonimato son los mayores retos a los que se enfrentan los Estados, ante un ataque cibernético En este sentido, -relatan desde el organismo- -las diferencias entre un conflicto en el ciberespacio y una guerra tradicional son muchas entre las que destacan la dificultad para determinar la autoría, el lugar donde se inicia, el armamento utilizado o la falta de fronteras nacionales. En esa línea se sitúa César Lorenzana, del Grupo de Delitos Informáti- cos de la Guardia Civil, quien asegura a este periódico que para llevar a cabo una contramedida de tales dimensiones existen cuatro problemas a resolver: a saber, el escenario concreto de la respuesta, la atribución del delito, la proporcionalidad de la respuesta y la inmediatez en la que resolver todo lo anterior. Uno de los motivos por los que los países, entre ellos España, se están volcando más en la parte defensiva, es que la parte ofensiva plantea una serie de retos e interrogantes que no son fáciles de solucionar asegura Lorenzana.

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