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ABC MADRID 05-07-2017 página 45
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC MIÉRCOLES, 5 DE JULIO DE 2017 abc. es cultura CULTURA 45 Han dicho de él... MARIO VARGAS LLOSA ESCRITOR, PREMIO NOBEL El suyo es uno de los contados casos en que no hay más remedio que utilizar el temerario adjetivo: genial CARLOS FUENTES ESCRITOR Cuevas derrumbó, en las artes plásticas, lo que él mismo llamó La Cortina del Nepal que separaba a México del mundo OCTAVIO PAZ ESCRITOR, PREMIO NOBEL José Luis dibuja en cada hoja de cada hora una risa como un aullido desde el fondo del tiempo desde el fondo del niño cada día José Luis dibuja nuestra herida Laocoonte y sus hijos copia en yeso de J. Trilles, junto al Sacrificio de Isaac de Alonso Berruguete F. J. DE LAS HERAS El Museo de Escultura saca de los retablos al Berruguete más pagano A través de 67 obras, muestra en Valladolid cómo reinventó el universo clásico H. DÍAZ VALLADOLID vimiento que defendía la vuelta a la figuración en la pintura en las décadas de 1950 y 1960 para dejar a un lado la abstracción. En los años 80 se marchó a vivir durante algo más de un lustro a España, lo que facilita que su nombre se divulgue por Europa. Más tarde, en 1992, regresó a México y fundó su propio museo, un espacio que el próximo sábado celebrará su XXV aniversario. En 1998 el Museo Reina Sofía le dedicó una gran antológica, comisariada por José Miguel Ullán, que reunía 124 obras (no faltaban sus personajes deformes, mutilados, agonizantes, prostitutas y cadáveres) Se sumaba a las consagradas por la pinacoteca española a Vicente Rojo y Juan Soriano, saldando así una deuda pendiente con la pintura mexicana. Cuevas donó al Reina Sofía cuatro acuarelas pintadas en diciembre de 1997 en el Palacio de Velázquez del Retiro. Todas ellas con un único tema: la Residencia de Estudiantes, de la que le hablaba en México Luis Buñuel. A lo largo de su dilatada carrera, Cuevas obtuvo diversos galardones, como el primer premio internacional de Dibujo de la Bienal de Sao Paulo (1959) y el premio Nacional de Bellas Artes (1981) además de ser nombrado doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Sinaloa (1984) y de recibir la Orden de Caballero de las Artes y de las Letras de la República Francesa (1991) Ayer tuvo lugar un homenaje al pintor en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, situado en el centro histórico de la capital y templo de la cultura mexicana. La muerte temprana de su padre, el pintor Pedro Berruguete, animó a Alonso a embarcarse a Italia siendo todavía adolescente para seguir formándose en su carrera artística. Allí, la primavera de 1510 se instaló en Roma para participar junto a otros cuatro artistas en el concurso más célebre del Renacimiento, presidido por Rafael. Los jóvenes creadores tenían que hacer una copia del Laocoonte, una obra cuyo descubrimiento reciente en una villa romana había conmocionado a la Ciudad Eterna. A partir de ese momento en que Alonso Berruguete entró en contacto con la escultura clásica y durante toda su vida el Laocoonte martilleó permanentemente su cerebro: El artista hizo suyo ese grito sofocado del Laocoonte e insufló su arte de morir a sus apasionadas y febriles escenas bíblicas explicaba ayer la directora del Museo Nacional de Escultura, María Bolaños, para quien, a través del mencionado certamen, el escultor nacido en Paredes de Nava (Palencia) entró por la puerta grande del Renacimiento, de la modernidad artística Ahondar en sus fuentes de inspiración y ver cómo reinventó el universo clásico es lo que pretende la expo- sición Hijo del Laocoonte cuyo título es tomado del creador e historiador de arte Moreno Villa. Fue tal el impacto que causó en su bagaje el descubrimiento y reinterpretación de su escultura que lo trasladó cuando regresó a España en 1518 destacó el comisario de la muestra, Manuel Arias. A través de 67 piezas distribuidas en cinco capítulos, el Palacio de Villena (sede de las exposiciones temporales del museo con sede en Valladolid) muestra a un Berruguete más pagano, que, sacado del marco de sus retablos, da rienda suelta a su temperamento más sensual, más pegado a la encarnadura de sus personajes, cercano a sus sufrimientos El primer moderno Ese artista muy personal, poco ortodoxo y quizá también algo excesivo se plasma, entre otras muchas obras suyas exhibidas, en la madera policroamada Sacrificio de Isaac Situada junto a una copia en yeso del famoso Laocoonte del propio museo se puede ver en la talla cómo trasladó el dramatismo de la obra clásica a una tragedia bíblica, lo que prueba que este artista no se limitaba a copiar de manera mimética el mundo de la Antigüedad, explicó Bolaños, para quien Berruguete fue el primer moderno de la escultura española tal y como se recoge en las primeras salas, donde se habla del Prometeo de la escultura. En los sucesivos espacios llaman la atención varias piezas, entre ellas un sarcófago romano con el tema de la Orestíada que fue hallado en Husillos (Palencia) y que ha sido cedido por el Museo Arqueólogico Nacional. De él dicen, recordaba Arias, que Berruguete, atónito había reconocido que pocas cosas mejores había visto en Italia Otro de los tesoros expuestos es la venera con la que el artista coronó el retablo de San Benito en Valladolid. Con más de cinco metros de diámetro, ha sido restaurada para la ocasión desde que en el XIX fuese desmontada con motivo de la desamortización. Aunque en la muestra predomina la escultura, Berruguete fue un creador completo y así se traslada en otro de los capítulos que incluye un dibujo procedente de la galería de los Uffizi y una curiosa carta autógrafa en la que el artista se queja amargamente del trato que recibía de los frailes y lo escribe sobre el esbozo de un tema, la Circuncisión que luego repite en una escultura y otra pintura. La exhibición concluye con más ejemplos del traslado de ese mundo antiguo con piezas como la tabla San Marcos Evangelista en cuya parte superior se percibe también una insinuación de un mosaico romano que nunca terminó. Hijo de Laocoonte. Alonso Berruguete y la Antigüedad pagana Museo Nacional de Escultura. C Cadenas de San Gregorio. Valladolid. Horario: de martes a viernes, de 11 a 14 h y de 16.30 a 19.30 h. Sábados: de 11 a 21 h. Entrada libre. Hasta el 5 de noviembre.

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