ABC MADRID 01-07-2017 página 56

56 AGENDA Necrológicas Simone Veil (1927- 2017) SÁBADO, 1 DE JULIO DE 2017 abc. es ABC Gran dama de la política francesa En 1979, Simone era ya la mujer política más popular e influyente de Francia S imone Jacob, antes de contraer matrimonio con el hombre de su vida, Antoine Veil, jurista, como ella, nació en el seno de una familia judía acomodada, arruinada por las leyes antijudías del régimen de Vichy, a partir de 1940. La joven Simone de 16 años escapó milagrosamente a los campos de concentración nazis, donde pereció buena parte de su familia, víctima del genocidio nazi. Su padre y su hermano mayor desaparecieron en un campo de trabajos forzados en la actual Lituania. Internadas en Auschwitz- Birkenau, su madre y una de sus hermanas murieron poco después ser trasladadas al campo de Bergen- Belsen, donde Simone y sus hermanas Madeleine y Denise consiguieron sobrevivir con una voluntad de hierro, que la futura presidenta del Parlamento Europeo describiría de este modo: Para sobrevivir en los campos era imprescindible tener una cierta agresividad. Quienes eran demasiado buenos eran despojados de todo cuanto tenían, si no se defendían por la fuerza El día de su ingreso en la Academia, Simone Veil llevaba grabado su número de deportada en su espada de académica. Tras la inmensa tragedia y experiencia de los campos de concentración, la joven Simone Jacob se integró de manera ejemplar en su primera profesión de jurista, tras unos estudios brillantísimos en la facultad de Derecho y el Instituto de Estudios Políticos de París, donde conoció a su futuro esposo, Antoine Veil. Terminó cediendo al demonio de la política, como ministra de Sanidad de Valery Giscard d Estaing, en 1974. Comenzó entonces su primera gran batalla, la primera ley francesa de interrumpción voluntaria del embarazo (1975) tras un histórico debate que terminó ganando, a lágrima viva, antes una Asamblea Nacional masivamente masculina. Poco años más tarde, Giscard le propuso otra de sus grandes aventuras políticas, dirigir las listas electorales del centro derecha francés a las primeras elecciones al Parlamento Europeo (PE) en 1979. Simone Veil era ya la mujer política más popular e influyente de Francia. Se impuso a paso de carga como la primera presidenta del primer PE elegido a través del sufragio universal. REUTERS Siguió una larga carrera política, nacional y europea, que culminaría en el Consejo Constitucional y la Academia, donde Jean d Ormesson, patriarca de la cultura francesa de nuestro tiempo, le dio la bienvenida en términos emocionados: Señora, en esta casa, como en toda Francia y quizá en Europa, sentimos por usted afecto, cariño, respeto y una cierta fascinación. Bajo la voz para decirle, como podrían decir muchos franceses, que la amamos, señora. Sea usted bienvenida, y tome posesión de su sillón, que fue el de Racine, que tan bien hablaba del amor Alejada de la vida política, Simone Veil siguió siendo, hasta el fin, la gran dama silenciosa de la vida política, cultural y cívica de Francia. Sus combates políticos, como funcionaria, primero, como ministra, en Francia, como presidenta del PE, en Europa, estuvieron siempre a una altura muy fuera de lo común defendiendo causas perdidas: el incierto destino de las mujeres africanas, el Simone Veil (Simon Jaco, de soltera) nació el 13 de junio de 1927 en Niza. Ha muerto en París el 30 de junio. Académica, primera presidenta del primer Parlamento Europeo elegido a través del sufragio universal, ministra que legalizó el aborto. Estuvo deportada en los campos de concentración nazis, donde murió parte de su familia. Fue una de las personalidades políticas más respetadas de la historia de Francia. Superviviente Con 16 años escapó milagrosamente a los campos de concentración nazis, donde pereció buena parte de su familia Europa Primera presidenta del primer Parlamento Europeo elegido a través del sufragio universal penoso estado de las cárceles francesas. Jean- Marie Le Pen, presidente del Frente Nacional (FN, extrema derecha) intentó amedrentarla en varias ocasiones, a gritos. Es legendaria una de sus respuestas: No me dan miedo sus gritos. Es usted un SS de pacotilla, grotesco. Yo sobreviví a los SS en los campos de concentración nazis En el Tribunal Constitucional, ejerció una suerte de tutela moral entre un areópago de viejos cocodrilos llegados masivamente de las aguas turbias de la política de Estado. Más allá de su condición de jurista emérita, la olímpica serenidad moral de sus juicios fueron respetados dentro y fuera de la institución. En la Academia asentó su autoridad cívica con el talento y la gracia de una gran señora y el aura de una heroína juvenil, siempre alerta ante las convulsiones profundas de una Francia que estaba cambiando de fisonomía histórica. JUAN PEDRO QUIÑONERO