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ABC MADRID 21-06-2017 página 12
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ABC MADRID 21-06-2017 página 12

  • EdiciónABC, MADRID
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12 OPINIÓN LLUVIA ÁCIDA PUEBLA MIÉRCOLES, 21 DE JUNIO DE 2017 abc. es opinion ABC DAVID GISTAU CENSORES Muchos periodistas que se sienten militantes antes que periodistas están contribuyendo a la desacreditación del periodismo T ODA militancia termina desarrollando un agresivo sistema inmunológico concebido para hostilizar a la prensa y que además encuentra en Twitter un territorio propicio para sus escraches. Esto ocurre lo mismo en el florentinismo Las manos de la prensa fuera del Bernabéu que en los movimientos de la nueva política que han devuelto sentido al viejo axioma de Con nosotros o contra nosotros Es decir, que han vuelto a detectar enemigos en los adversarios. La novedad actual es que muchos periodistas que se sienten militantes antes que periodistas están contribuyendo a la desacreditación del periodismo. En un grado recreativo, ocurre en el fútbol y su periodismo chiringuitero. En el ámbito político, basta observar, por ejemplo, cómo los alts españoles han interiorizado la guerra contra el periodismo de Trump guerra recíproca, todo hay que decirlo y cada día, obligados por esa militancia, ponen a parir a los periodistas y su oficio como si ellos no lo fueran. En eso les doy la razón: dejaron de ser periodistas en el preciso instante en que abrazaron una militancia, más allá de que ésta sea la trumpista o cualquier otra. Hace algún tiempo, hablando con unos veteranos del diario Pueblo ellos expresaban nostalgia de cuando los periodistas podían detestarse por razones personales y por la competición para ocupar la portada, pero jamás permitían que una militancia, un servicio propagandístico, partiera las complicidades gremiales. Aquello era como la sala de prensa de Billy Wilder: se habrían matado los unos a los otros por ser los propietarios del preso escondido en el escritorio y de su historia pero, al mismo tiempo, se sabían miembros de una cofradía capaz de aplazar sus reyertas internas para protegerse de una agresión externa. De una agresión del poder o de la política. Esto ya no sucede, claro. Demasiada precariedad. Demasiada dependencia de las dádivas y los cabildeos. Demasiada militancia en el periodismo que es política profética por otros medios. Los periodistas ahora se odian los unos a los otros al motejarse de fachas o de rojos igual que miembros del servicio que hubieran interiorizado los prejuicios de sus señores. Los periodistas se retiran la palabra para siempre por razones como Trump o Florentino Pérez o Rajoy con una conciencia jerárquica, semejante al mítico Lo Que Diga Don Manué, que a veces, las aún más ridículas, es autoimpuesta. Si el oficio se ha convertido en esto y así de rendido está a quien se sirve de él a cambio de regalos no debe extrañar lo que sucedió el lunes cuando Podemos vetó a algunos medios que no eran lo bastante militantes o simplemente incordiaron alguna vez con alguna noticia. Los demás, aquellos a los que Podemos perdonó la vida, no protestaron ni se marcharon de allí. Transigieron, por miedo, por costumbre gregaria, por lo que sea. No mandaron a la mierda a Podemos, a cualquier censor. Me dicen que sólo uno lo hizo: Álvaro Carvajal. Si es así, va desde aquí mi olé. VIVIMOS COMO SUIZOS ROSA BELMONTE TUS IMPUTADOS Y LOS MÍOS Hay que reconocer a Podemos que defiende a los suyos. En el PP te echan a los leones o te mandan a Maíllo A presunción de indecencia ha vuelto a ser presunción de inocencia. Pero sólo porque esta vez los imputados son Celia Mayer y Carlos Sánchez Mato, que han actuado como los policías buenos de las películas que se saltan las leyes por el bien común y para atrapar al malo. Su jefe se enfada pero luego los perdona. Como hizo Carmena, aunque hubieran actuado a sus espaldas. No hay que cultivar el respeto a la ley sino a la justicia. La única obligación que tengo derecho a asumir es la de hacer en cada momento lo que crea justo (el cansino de Thoreau) Este también habría encargado los informes a dedo para sacar a la luz los supuestos chanchullos del torneo de Tiriac, el rumano que parece un personaje de Fargo Y en todo caso, en la política, como diría Santiago Carrillo, no existe el arrepentimiento. Uno se equivoca o acierta, pero no cabe arrepentirse. No ha tardado Irene Montero en salir a respaldar a sus alguaciles alguacilados. Para Montero, los concejales han sido denunciados por el PP precisamente por investigar su corrupción. Lástima que el código ético de Ahora Madrid se haya difuminado para el caso. El matiz está, según la formación tutti frutti que gobierna el ayuntamiento de Madrid, en que no buscaban enriquecerse. Va a ser cosa de Kant porque las acciones mo- L rales las llevamos a cabo por obediencia a la ley que nos dicta nuestra conciencia. Una cosa son tus imputados y otra cosa, los míos. Unos son claramente culpables y los otros, claramente inocentes. Supongo que Irene habrá borrado de su jaculatoria laica la operación guateque. O no, ¿por qué iba a hacerlo? Los culpables son lo que son, lo diga el juez o su porquero en Twitter. Sobre la conclusión de los juicios de Núremberg, Churchill dijo al general Ismay (lo escribió en sus memorias) Esto demuestra que si participas en una guerra es indispensable que la ganes. Tú y yo estaríamos en serios apuros si hubiésemos perdido La guerra de quién es corrupto y quién no parece que hoy la ganan las tropas de Podemos. Pero hay que reconocerles que defienden a sus milicianos. En el PP te echan a los leones o te mandan a Maíllo para saber qué es lo que te conviene. Rita Maestre, como pijavoz del Ayuntamiento de Madrid, comunicó que Manuela Carmena, de viaje en Montreal, también apoya a los concejales que se la metieron doblada. Es bonito (es hermoso, diría Carmena) recordar aquello que predicaba en Pido la palabra el programa de Canal Sur presentado por Jesús Vigorra en abril de 2013. Contestaba preguntas de los ciudadanos andaluces y había ido como magistrada jubilada. Dijo estar a favor de los escraches, en contra de la condena a Baltasar Garzón, aseguró que la independencia judicial en España tenía muy buena salud (mejor que en otros países similares) aclaró que una imputación no significa culpabilidad y confesó que los cinco que pasó en el Consejo General del Poder Judicial fueron los años más inútiles de su vida. Una chica de Granada le preguntó si un político imputado se tenía que apartar de su cargo. Contestó Carmena que un político tiene siempre que decir la verdad a los ciudadanos, que para eso lo han elegido. También que una persona imputada no tiene la obligación de decir la verdad. Y como el político puede hacer uso de su derecho a no decir la verdad, tiene que renunciar al cargo. De 2013 a 2017 han cambiado las cosas. Lo sorprendente es que los dirigentes de Podemos no reivindican aquí su presunción de inocencia frente a la presunción de indecencia que aplican a los otros, lo que reivindican es el presunto delito.

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