Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 14-06-2017 página 3
ABC MADRID 14-06-2017 página 3
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 14-06-2017 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página3
Más información

Descripción

ABC MIÉRCOLES, 14 DE JUNIO DE 2017 abc. es opinion LA TERCERA 3 F U N DA D O E N 1 9 0 3 P O R D O N T O R C UAT O LU C A D E T E NA CUARENTA AÑOS EN LA VIDA DE LOS ESPAÑOLES POR JAVIER RUPÉREZ Ahora, como entonces, España depende de los españoles. El aniversario debería convertirse en una convocatoria para reafirmar lo que de verdad importa: la libertad. Y que nadie se engañe: su realidad está en la España entera. En ninguna otra parte. Porque no se trata de emitir un impotente quejido sino de decirse, con todas sus consecuencias, como Don Antonio Machado nos recomendaba, hoy es siempre todavía generalizadas han proyectado incertidumbres y generado respuestas que desde la inacción culpable hasta el populismo desgarrado y oportunista han configurado una España agarrotada y hasta cierto punto exangüe. Las responsabilidades son múltiples y en la hora de la verdad deben ser cuidadosamente recontadas: los que creyeron llegado el momento de enterrar la Transición y consiguientemente ganar en la paz la guerra que perdieron en la batalla; los que por comodidad, desidia o ceguera creyeron que el enemigo no era tan feroz como lo pintaban; los que renunciaron al poder regenerador de la sociedad civil para ocultarse exclusivamente en las responsabilidades de lo público; los que, en definitiva, a diferencia de los españoles que con entusiasmo depositaron su voto el 15 de Junio de 1977, dejaron de creer en la virtualidad del país al que pertenecían, en la correspondiente reclamación de libertad e igualdad para todos sus componentes, en el legítimo orgullo de compartir historia, lengua y cultura que conforman parte indeleble del patrimonio de la humanidad. U NA buena fecha para situar el renacimiento de la democracia en España es la del 15 de Junio de 1977. Ese día, hace exactamente mañana cuarenta años, tenían lugar las primeras elecciones democráticas desde las celebradas casi exactamente otros cuarenta años antes, en 1936. Muchos encontrarán en ese extraño ritmo de las cuatro décadas razones para descifrar los motivos de nuestros encuentros y desencuentros, como si el cuerpo nacional estuviera sometido a leyes mágicas que el entendimiento desconoce. Otros, con opciones diferentes y atendibles, prefieren situar la epifanía en el referéndum que pocos meses antes había aprobado masivamente la Ley de Reforma Polótica o, meses después, en la culminación del primer momento transicional con la aprobación, de manera no menos aplastante, de la Constitución de 1978. Todos ellos momentos importantes de la, con mayúsculas, Transición Española a la Democracia y consiguientemente dignos de recordación y parabién. Pero ese 15 de Junio de 1977 debería quedar inscrito de manera indeleble en lo mejor de nuestra historia común: aquella en la que unos ciudadanos desprovistos de la práctica electoral durante cuatro decenios concurren pacíficamente a las urnas para elegir libremente a sus representantes agrupados en partidos políticos. Y lo hacen con un admirable sentido cívico de la participación y poniendo de manifiesto una extraordinaria sabiduría en la selección de las mayorías y de las minorías, con un propósito patriótico de lectura transparente: la estabilidad de la España democrática debería asentarse sobre opciones lejanas al guerra civilismo o a la autocracia, buscando terrenos de encuentro y reconciliación en el que todos sin excepción pudieran encontrar cabida. Es esa una epopeya que por supuesto merece recordatorio. No eran aquellos tiempos fáciles. Los españoles no disponían de un manual de comportamiento que les enseñara cómo conducirse en democracia tras cuarenta años de dictadura. Las manifestaciones sangrientas del terrorismo, provinieran del nacionalismo vasco o de las extremas izquierda y derecha, comenzaban a golpear sin pausa ni discriminación a una asustada ciudadanía. El país no había superado todavía el duro impacto de la crisis petrolífera del comienzo de la década y la economía registraba altos niveles de paro e inflación. España era un país internacionalmente aislado al que solo una desigual relación militar con los Estados Unidos, y el comienzo de la explotación de las capacidades turísticas, le servían de or eso la celebración no puede quedar contenida en un momento ceremonial NIETO y estático, que bien pudiera parecerse al de un solemne entierro. Fueron aquellos tiempos diferentes que los ahora vividos y cordón umbilical con un mundo en general sos- consiguientemente diferentes las necesidades. pechoso y ajeno. Y con todo, sin exageración líri- Pero la lección sirve en toda su amplitud: lo conca ni sentimentalismo patriótico, cabe registrar seguido en aquella hora difícil tiene que ser hoy lo evidente: ese 15 de Junio de 1977 quedará como refrendado con la misma convicción y si cabe con un hito en la recuperación de la historia nacional, mayor énfasis. Es la nuestra una de las más antiel momento en que los españoles sin distinción guas comunidades nacionales del mundo y su persupieron apostar sin vacilaciones por otro y me- manencia no puede quedar al arbitrio de los aprojor futuro. vechados charlatanes de aldea, solo interesados La prueba está en los cuarenta años transcu- en garantizarse el poder omnímodo que depara la rridos desde entonces. Cuando la frase hecha en tribu racial. Quisimos que esto fuera otra cosa. A los tiempos aciagos del aislamiento consistía en todos, empezando por las instituciones y lleganevocar con envidia la situación de los países de do al último de los compatriotas, compete la co nuestro entorno hace ya tiempo que con nor- rrespondiente defensa y la no menos contundenmalidad nos hemos incluido en esos parajes, trá- te reclamación. Nadie quisiera ser el último Rey tese de la economía, de la integración internacio- de España, o el último presidente del Gobierno de nal, de la cooperación defensiva, del respeto y de ese país, o el último de los ciudadanos en ostentar la consideración entre los propios y los ajenos. esa nacionalidad. Nadie en sus cabales quisiera Habría que remontarse a las épocas lejanas y me- pasar a la historia con ese baldón. Sobre todo cuanjores de nuestra historia para encontrar momen- do las circunstancias ni lo aconsejan, ni lo permitos en que España estuviera mejor sintonizada ten, ni lo justifican. España tiene la razón para afirconsigo misma y con el mundo exterior. La Espa- mar su existencia y tiene la fuerza que esa misma ña que los españoles comenzaron a dibujar el 15 razón le otorga. Todo lo demás, en este momento de Junio de 1977. que tiene mucho de verdad, son proyecciones chiPrecisamente por ello causa maligna admira- nescas del teatro nacionalista del absurdo. ción y justificado espanto que cuatro décadas desAhora, como entonces, España depende de los pués del comienzo de aquella epopeya tengamos españoles. El aniversario debería convertirse en que contemplar cómo la osada patulea del sepa- una convocatoria para reafirmar lo que de verdad ratismo catalán, practicando sin rubor una tene- importa: la libertad. Y que nadie se engañe: su reabrosa política de hechos consumados, haya llega- lidad está en la España entera. En ninguna otra do a poner en duda la misma existencia de lo que parte. Porque no se trata de emitir un impotente la Constitución define como patria común e in- quejido sino de decirse, con todas sus consecuendivisible de todos los españoles Cierto es: otros cias, como Don Antonio Machado nos recomenfactores han venido a sembrar dudas entre la ciu- daba, hoy es siempre todavía dadanía sobre el futuro del entramado social. Tormentas financieras, incapacidades políticas, can- JAVIER RUPÉREZ ES ACADÉMICO CORRESPONDIENTE DE sancios colectivos, quiebras éticas, corrupciones LA REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MORALES Y POLÍTICAS P

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.