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ABC MADRID 29-05-2017 página 49
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC LUNES, 29 DE MAYO DE 2017 abc. es deportes ABCdelDEPORTE 49 500 Millas de Indianápolis Automovilismo Clasificación 1. Takuma Sato (Japón) 2. Helio Castroneves (Brasil) 3. Ed Jones (Dubái) 4. Max Chilton (Inglaterra) 5. Tony Kanaan (Brasil) 6. J. Pablo Montoya (Colombia) 7. Alexander Rossi (EE. UU. 8. Marco Andretti (EE. UU. 9. Gabby Chaves (Colombia) 10. Carlos Muñoz (Colombia) 11. Ed Carpenter (EE. UU. 12. Graham Rahal (EE. UU) 13. Mikhail Aleshin (Rusia) 14. Simon Pagenaud (Francia) 15. S. Saavedra (Colombia) 16. JR Hildebrand (EE. UU. 17. Pippa Mann (Inglaterra) 18. Spencer Pigot (EE. UU. 19. Josef Newgarden (EE. UU. Abandonos 20. James Davison (Francia) 21. Oriol Serviá (España) 22. James Hinchcliffe (Canadá) 23. Will Power (Australia) 24. Fernando Alonso (España) 25. Charlie Kimball (EE. UU. 26. Zach Veach (EE. UU. 27. Ryan Hunter- Reay (EE. UU. 28. Sage Karam (EE. UU. 29. Buddy Lazier (EE. UU. 30. Conor Daly (EE. UU. 31. Jack Harvey (Inglaterra) 32. Scott Dixon (N. Zelanda) 33. Jay Howard (Inglaterra) Las 500 Millas, que concentran a unos 400.000 aficionados en las gradas, retratan el estilo de vida desenfadado de los norteamericanos Madrugón por la velocidad J. C. CARABIAS INDIANÁPOLIS AFP sos por el garaje para repostar, los reagrupamientos... Tal vez se divirtiese tanto como los espectadores en cada lanzamiento de la carrera. Una salida cada media hora por las interrupciones y los cambios de posición. Esa hilera de coches vista desde la línea de meta, sujetos unos a otros como las tuercas de un submarino, suponía el mejor ejemplo de la igualdad mecánica y el pronóstico incierto. En vez de Hamilton o Vettel, Alonso se midió a Alexander Rossi, Tony Kanaan, Helio Castroneves o Takuma Sato, celebridades en los óvalos, ignorados en Europa. A ellos y al incesante tráfico que amenizaba la pista y desempolvaba imágenes desconocidas: tres coches en paralelo en la recta, cinco o seis bólidos con posibilidades de ganar. Uno de ellos era Alonso, que salió retrasado en el último lanzamiento y agilizó la remontada hasta la vuelta 179. Entonces sucedió lo imprevisto ayer, lo habitual en este tramo de su vida. El motor Honda se paró, el coche no siguió, el sueño se desvaneció. El japonés Sato, en un final electrizante, ganó la carrera con la que se ilusionó Fernando Alonso. Galería con las mejores imágenes de las 500 Millas de Indianápolis arias vallas diseminadas ordenadamente por la Policía local anuncian contratiempo a las 5.30 de la mañana en la avenida 16 que da acceso un par de kilómetros más allá al Speedway de Indianápolis. musita el conductor de Uber, circunspecto ante la presencia temprana de obstáculos seis hora y media antes de que empiece la carrera. El síndrome del atasco multitudinario (la organización esperaba 400.000 personas en las gradas del circuito) obliga a la prevención y al madrugón. Las puertas no se abren hasta la seis de la mañana, pero a las 5.45 ya hay cola entre los profesionales acreditados. No ha salido el sol y las tiendas del circuito ya descorren los cerrojos porque el público avanza hacia este templo de la velocidad. A las seis ya es posible tomarse un reconstituyente: café aguado con leche en polvo en vasos de plástico con tapa, deliciosos donuts de todos los sabores a tope de calorías, pastelitos de queso y huevo, perritos, hamburguesas, toda suerte de pizzas, cerveza y el condimento estrella, vodka con limonada. A las nueve, justo cuando en Mónaco empieza el gran premio que Alonso omite de su agenda, la televisión capta la congestión de vehículos que se abalanza sobre el vetusto Speedway. La gente deja el coche donde puede y avanza andando hacia su destino. Las entradas a los garajes de las casas se cotizan a 50 dólares el día de parking. Muchos aficionados no lo necesitan: llevan días durmiendo en las tiendas de campaña. También aquí hay categorías: desde la modesta tela de plástico hasta las imponentes caravanas de doce metros con sofás de cuero, cocina, dos duchas, wifi y comodidades de hotel. Se puede hacer de todo en este espacio diverso, popular y americano, salvo comprar una gorra de Fernando Alonso con el anagrama de las 500 Millas. Se han agotado hace un par de días. No hay opción, salvo realizar el encargo por internet. La locura que ha generado el español se mide en este tipo de detalles. La tradición es ley en Indianápolis. A las seis de la mañana suena un cañozazo que, cual San Fermín y su chupinazo, anuncia la apertura de las puertas. En apenas unos minutos, la noche cerrada, las gradas comienzan a adquirir color del público. Aquí los estados son muy diferentes unos de otros, la gente, sus V REUTERS Espectáculo Bebe Rexha, arriba, cantó el himno. Sato, el ganador, cumplió con la tradición y brindó con leche costumbres, sus ideas políticas, pero a la hora de defender su idea de país se unen en una bandera contaba estos días el piloto catalán Oriol Serviá. Uno de cada cien espectadores acude a la cita con un traje decorado con las barras y estrellas. Varias horas antes de la carrera se despliega una alfombra roja cerca de la pagoda, un edificio símbolo del circuito, y junto al Brickyard. Es una hilera de ladrillos que sale de la pagoda y ante el cual el público se arrodilla, lo besa, lo santifica como punto de peregrinación. Es el origen de las 500 Millas, la carretera inaugural que se construyó en un descampado en 1909. El lugar cuenta con otros puntos de adoración. En la gasolinera Alley, instalada dentro del circuito, repostan los coches que van a competir unas horas después. Mario Andretti es uno de los capos de las 500 Millas. Expiloto de F 1, 12 victorias, un título (1978) y 77 años que no aparenta. Es el jefe de Alonso en Indy y una figura venerada en Estados Unidos. Alonso tiene el talento de los grandes pilotos de la historia explica a los españoles. En este universo singular llama la atención un diminuto estand antes de la entrada a los garajes. Allí se vende el rifle de las 500 Millas. Un muestrario de armas y pistolas de variopinto pelaje se exhibe a la vista de todo el público sin problema. ¿Te gustan? pregunta el propietario del tenderete. Atracción provoca el concurso de Pippa Mann, una locutora, comentarista y empresaria británica que pilota en las 500 Millas desde 2011. Es una habitual para los seguidores de la Indy, pero un aliciente para los debutantes. Llega el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence. La carrera va a empezar. El desafío de Alonso también.

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