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ABC MADRID 09-05-2017 página 12
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ABC MADRID 09-05-2017 página 12

  • EdiciónABC, MADRID
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12 OPINIÓN LLUVIA ÁCIDA PUEBLA MARTES, 9 DE MAYO DE 2017 abc. es opinion ABC DAVID GISTAU LOCO No había nada que temer. Loquillo baila, sí, pero su baile parece un arte marcial A NTES de comenzar el concierto, en el camerino del Teatro Real, entre dados de queso, cervezas, fruta y chocolatinas Mars, Loquillo se prueba una chaqueta de cuero con los hombros de piel de serpiente que tiene desde hace veintiséis años y explica que ha elegido unos zapatos planos porque voy a bailar Al cronista, semejante propósito se le antoja contradictorio con el reglamento de los hombres duros, sobre todo porque ha encontrado en Loquillo una representación perfecta de la edad, posterior a la juventud festiva y anterior a la vejez melancólica, que según Hemingway es la ideal del hombre: la madurez viril Pero luego resulta que no había nada que temer. Loquillo baila, sí, pero su baile parece un arte marcial. Hace movimientos de esquiva, como si le viniera un golpe, como si pretendiera controlar la distancia. A veces, cuando mueve los brazos, se diría que sobre el escenario va a quedar un ternero atado y que Loquillo reclamará el premio del rodeo. Atronador de voz y de presencia, sólo sufre un empequeñecimiento íntimo cuando se encierra en un haz de luz para volverse consciente de todas las finitudes que nos esperan agazapadas con su versión de los versos de Gil de Biedma acerca de aquello de que la vida iba en serio. Menudo contraste con los himnos del rockero, del teddy- boy del Clot cuyo mánager le decía que sólo le faltaba morir a tiros a la puerta de un hotel igual que Valle conminaba a Belmonte a morir en la plaza para consagrarse, que luego se fue macerando hasta una edad en la que uno encuentra rasgos de un Johnny Cash al que hubiera derribado varias veces el toro mecánico. La parte rockera evoca años que le inspiran el recuerdo de amigos muertos, como Jorge Berlanga dormido en su descapotable una noche de inverno delante de Balmoral, el bar que Loquillo sigue buscando en esa simulación aproximada que es el Dry: idéntica es la pretensión doméstica de arrellanarse como en el mismo salón de casa al que hubieran venido visitas para hablar largo de todo y de nada, que a veces sólo en eso consiste la amistad auxiliada por algún barman de los que jamás estuvieron enamorados. Antes de salir a escena, acuciada por los que gritan cuántos minutos faltan como si fueran a desembarcar en Omaha Beach ¡Tres minutos! la banda, la alegre fratría de la banda, se conjura como en un vestuario deportivo, juntas las manos: ¡Merecemos estar aquí, por historia y por cojones! Acabado el concierto, acabado el bolazo Loquillo se calza las Ray Ban y se comporta en ídolo del rock. Se deja tocar, fotografiar, permite que algunos desconocidos le cuenten qué significó alguna de las canciones. Luego desaparece en un taxi en el que apenas cabe y habla de la Harley de los 70 s, una Glide, una reina de las distancias largas, a la que ya no se sube. La edad de no volver a montar, ésa que fue fatídica precisamente para Belmonte, encerrado o no en un ínfimo haz de luz. Mañana será otra ciudad: la banda está on the road again COSAS MÍAS EDURNE URIARTE MACRON, LA INCIERTA ESPERANZA DE RIVERA Ahora queda por ver si las ideas de Macron van a consolidarse. Si un partido centrista puede ser hegemónico en Francia S I hay un español aún más fascinado que yo por Emmanuel Macron, ése es Albert Rivera. Sobre mi fascinación, la he contado alguna vez en esta misma página, incluso presumo de haberlo descubierto hace casi tres años, nada más ser nombrado ministro, cuando nadie lo conocía fuera de Francia. Desde entonces, lo cierto es que ha superado hasta mis expectativas porque era bien difícil imaginar en la mismísima presidencia de Francia a alguien tan políticamente incorrecto, tan brillante y diferente al mismo tiempo. Supongo que también ha superado las expectativas de Albert Rivera que ve en Francia realizado su sueño para España. Llegar al máximo poder con un nuevo movimiento centrista que, como el suyo, dice no ser de derechas ni de izquierdas y representar una superación de los grandes partidos tradicionales. Por eso le faltó tiempo el domingo para proclamar los parecidos entre el movimiento de Macron y Cs, siendo muy consciente de que la auténtica gran prueba para el movimiento de Macron, y el dato comparativo real para Cs, está en las Legislativas. Y no sólo para ellos, también para el sistema de partidos tradicional y el eje izquierda derecha que ha dominado hasta ahora la política de Europa Occidental. Y la respuesta no está tan clara. Primero, porque lo que acaba de ganar Macron son unas Presi- denciales donde se vota al candidato, cosa que no existe en las democracias parlamentarias de Europa Occidental. Pero, sobre todo, a Macron le ha acompañado la fortuna. Aquello que tan bien definió el primer ministro conservador británico Harold Macmillan, cuando le preguntaron por el factor más importante en política: Los acontecimientos, mi querido amigo, los acontecimientos Y ni siquiera los fascinados por Macron podemos engañarnos. No se ha tratado sólo de su brillantez, sino de los acontecimientos. Acontecimientos en forma de escándalo de corrupción del candidato de Los Republicanos que dieron la vuelta a unas encuestas que aseguraban la presidencia de Fillon en la segunda vuelta. Un lector anónimo de Le Monde lo explicó ayer mejor que nadie en los comentarios de la página web de ese diario, cuando escribió con sarcasmo que la mujer a la que debe todo Macron no es Brigitte, como él suele proclamar, sino Penelope Fillon, porque Macron no habría llegado a la presidencia sin la contribución fundamental de Penelope, en forma de trabajos falsos para su marido a cambio de casi un millón de euros pagados por los contribuyentes, Penelope es el acontecimiento en el triunfo de Macron. Ahora queda por ver si las ideas de Macron van a consolidarse más allá de ese acontecimiento. Si un partido centrista que dice no tener identidad de izquierdas ni de derechas puede ser hegemónico en Francia. Si él puede lograr lo que jamás consiguió el centrista François Bayrou que ahora aspira a ser primer ministro. Si la esperanza de Albert Rivera se hace realidad en el país vecino. Las dos encuestas publicadas en las últimas horas dicen que sí, que el movimiento de Macron está en primer lugar de intención de voto, seguido muy de cerca por Los Republicanos. Y con la ayuda del hundimiento de los socialistas, el acontecimiento que también podría ayudar en el futuro a Rivera, una elección de Sánchez en las primarias que enviara a los socialistas moderados hacia Cs. Otra cosa es mantener ese movimiento en el tiempo sin una identidad política definida. Y eso es lo que le falta a mi admirado Macron para ir más allá de su brillantez y de los afortunados acontecimientos, una identidad.

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