ABC MADRID 07-05-2017 página 56

56 SOCIEDAD La cultura del esfuerzo Situación internacional DOMINGO, 7 DE MAYO DE 2017 abc. es conocer ABC Países asiáticos y anglosajones, a la cabeza La cultura del esfuerzo es valorada de diferente manera en los sistemas educativos de todo el mundo. Si hay que elegir un continente en el que se ponga en práctica hasta límites extremos ese es Asia. De hecho, países como Japón o Corea del Norte lideran los rankings de rendimientos en los centros escolares. Algunos países anglosajones siguen la misma línea con sucesivas reválidas para que los mejores alumnos estudien en los mejores centros. En el extremo opuesto se sitúa Italia, donde en la práctica no existe el suspenso y todos los alumnos aprueban los exámenes de acceso a la universidad cien por cien. Los institutos que suspenden a alumnos tienen mala reputación, como los profesores. Solo las escuelas que tienen mucho prestigio se pueden permitir suspender. El sistema no hace selección y no premia el esfuerzo y el mérito. Las familias que tienen posibilidades económica envían a sus hijos a estudiar a centros de prestigio dentro o fuera del país. Nueva York Fomentar la competencia El sistema educativo de EE. UU. no es uniforme: las entidades locales tienen la competencia y su gestión y exigencias varían mucho en todo el país. Algo es común en todo el sistema: se fomenta la competencia entre alumnos, profesores y centros. Esto se hace a través de test estandarizados, cuyos resultados influyen en las posibilidades de los alumnos de acceder a mejores colegios o a las universidades de su preferencia y que afectan también a la financiación de los centros: si los alumnos y profesores obtienen malos resultados, los colegios pierden recursos. El resultado negativo de la profusión de estos tests es que buena parte de la educación se ha centrado en ellos: muchas veces, en lugar de educar, se aprende a hacer exámenes. Reino Unido Reválidas para subir nivel En el modelo educativo británico existen exámenes estatales de evaluación de competencia de los alumnos. Entre los 14 y los 16 años, al acabar el equivalente a la secundaria, afrontan los exámenes del Certificado General de Educación Secundaria (GCSE) que deben pasar para poder seguir en la ruta a la universidad. En los dos años finales del equivalente al bachillerato los alumnos se enfrentan a los temidos A Levels (Nivel Avanzado) que dan paso a la universidad. Según la nota que logren pueden acceder o no a la universidad y aspirar a centros de mayor o menor calidad. Pero sería un error sobrevalorar el nivel de exigencia en el Reino Unido, donde también existe un gran debate sobre la caída del esfuerzo del alumnado en los últimos tiempos. De hecho, Theresa May aboga por recuperar las exigentes grammars school escuelas selectivas abolidas por Tony Blair y en las que ella misma estudió. Eran centros estatales a los que accedían los mejores alumnos, seleccionados en un examen. Blair prohibió abrir nuevas grammar school alegando que fomentaban la desigualdad social. Información realizada por J. Ansorena (Nueva York) P. M. Díez (Pekín) R. Sánchez (Berlín) Á. G. Fuentes (Roma) y L. Ventoso (Londres) Pekín Estudiar todo el día Países y ciudades de Asia como Corea del Sur, Singapur, Japón, Taiwán, Shanghái y Hong Kong encabezan las clasificaciones de las pruebas PISA que miden el rendimiento escolar. Tan buenos resultados no se entienden sin la cultura del esfuerzo que impera en Asia, donde, además, prima una tradición basada en el máximo respeto a los profesores. A estos factores sociales se suma una disciplina casi militar en los colegios, donde la competitividad que trae la superpoblación que sufren obliga a los alumnos a esforzarse al máximo para entrar en las mejores universidades y encontrar luego empleos bien remunerados. El internado Jincai de Shanghái, uno de los institutos que lideran los informes PISA, sus alumnos estudiaban de ocho de la mañana a diez de la noche. Los fines de semana, los estudiantes siguen cursos particula- Los alumnos coreanos, entre los mejores en las pruebas de PISA AFP res para mejorar su formación, como música o un segundo idioma extranjero. El problema es que la presión es tal que en países como Corea del Sur acaban suicidándose. Berlín Sin notas hasta los 10 años La educación general y la cultura del esfuerzo se aplican tanto a los alumnos como a los profesores, sometidos a evaluaciones periódicas. Las notas no se reciben hasta cumplidos los diez años. En la educación primaria y el bachillerato, la notal oral que refleja las tareas hechas, la participación activa en las clases y las aportaciones al proceso del grupo, supone un 60 de la nota total de la asignatura frente al 40 que suma la nota obtenida en los exámenes escritos. El sistema educati- vo diferencia entre los conceptos de esfuerzo y estrés. El Estado ofrece centros educativos especializados en diferentes áreas (deportes, música, idiomas, artes plásticas) para que cada alumno puede acceder a modelos educativos de lo que realmente tiene talento. A los 12 años, los alumnos se bifurcan, en diferentes centros de enseñanza de acuerdo con sus posibilidades de rendimiento, por lo que el alumno nunca se ve sometido a unas expectativas por encima de sus posibilidades. Roma Todos aprobados En la escuela italiana no existe en la práctica el suspenso. El porcentaje de alumnos que aprueba los exámenes del diploma final para acceder a la universidad alcanza desde hace años casi el Antonio Roldán Portavoz de Ciudadanos Cristina Garmendia Exministra de Ciencia Doctora en Biología Molecular desde 1989, fue ministra de Ciencia e Innovación en el último Gobierno de Rodríguez Zapatero, después de haber ocupado la presidencia de la Fundación Inbiomed y de la Asociación Española de Bioempresas. Pedro Duque Astronauta Con una nota media de 10 se licenció en ingeniería aeronáutica, siendo el segundo de su promoción. Trabajó en la Agencia Espacial Europea y desde ahí se formó hasta convertirse en 1998 en el primer astronauta de nacionalidad española. EL PREMIO DEL ESFUERZO Antes de llegar a ser portavoz económico de Ciudadanos completó sus estudios en el extranjero. Licenciado en Economía, estudió un máster en la Universidad de Columbia y trabajó en Bruselas.