Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 24-04-2017 página 12
ABC MADRID 24-04-2017 página 12
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 24-04-2017 página 12

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página12
Más información

Descripción

12 OPINIÓN POSTALES PUEBLA LUNES, 24 DE ABRIL DE 2017 abc. es opinion ABC JOSÉ MARÍA CARRASCAL AÚN SE PIENSA EN EUROPA El rival de Le Pen en la segunda vuelta de las elecciones francesas será Macron, un centrista no del todo puro E L gran peligro era que quedasen finalistas la extrema derecha y la extrema izquierda, Le Pen y Mélenchon. Significaría la salida de Francia de la Unión Europea. Y el fin de ésta. Ese peligro ha sido conjurado. El rival de Marine Le Pen en la segunda vuelta de las elecciones francesas será Emmanuel Macron, un centrista no del todo puro, pues aunque abjura de la derecha y de la izquierda, coge de ambas lo que le interesa y repudia lo averiado, con la habilidad de un jugador profesional y la agilidad de un trapecista. Comenzó como banquero e incluso fue ministro de Economía bajo Hollande. Aunque al declinar éste, creó su propio partido, para lanzarse a la carrera presidencial con un programa híbrido que incluye recortar el gasto público y aumentar la inversión estatal, reclutar 10.000 policías y eliminar 120.000 funcionarios, rebajar el Impuesto de Sociedades y mantener la edad de jubilación en 52 años, evocar a las figuras históricas francesas y presentarse como el hombre nuevo que va a poner ¡en marcha! su eslogan electoral la anquilosada Francia. Cómo va a lograr objetivos tan contradictorios no lo explica, pero el caso es que ha llegado a finalista, desbordando a los candidatos de los partidos tradicionales, el socialista, el conservador, el comunista, quedando enfrentado a una extrema derecha, nacionalista, aislacionista y xenófoba, que ha ido ensanchando su base a medida que los problemas de Francia, paro, inmigración, seguridad, crecían. El Frente Nacional de Marine Le Pen ya no es el ultraderechista de su padre, sino que atrae a los obreros comunistas que han perdido el empleo y a la clase media desencantada con una socialdemocracia sin soluciones a la crisis, convirtiéndose en finalista de la gran carrera presidencial. Pero, de momento, ha llegado a su punto más alto. Sólo si Macron fracasa, podrá continuar su marcha, ya imparable, hacia el Eliseo. Que Macron no sea, o asegure no ser, de izquierdas ni de derechas no es el problema. El problema es que es, o intenta ser, de ambas al mismo tiempo. Lo que va a traerle todo tipo de problemas a la hora de gobernar. Pero es algo nuevo o no tan nuevo, pues se trata de una nueva edición de la tercera vía de Blair, aunque la historia discurre tan de prisa que ya lo hemos olvidado y lo importante es que Macron apuesta por Europa, confía en la economía de mercado y cree que la democracia parlamentaria sigue siendo la menos mala de todas las formas políticas. Le falta salvar el último obstáculo, y tras los sustos que nos hemos llevado, no se puede estar seguro de nada hasta tenerlo amarrado. Pero los socialistas van a apoyarle y, como ayer les decía, los compatriotas de quien dijo pienso, luego existo antes de dar un paso tan trascendental como dejar Europa en manos de antieuropeístas, siguen pensando. Algo que no hicieron los ingleses, los norteamericanos y algunos por estos lares. Menos mal. EL ÁNGULO OSCURO JUAN MANUEL DE PRADA DON JOSÉ UTRERA MOLINA Puedo decir hoy, con orgullo y gratitud, que me honro de haber sido amigo de un hombre bueno como don José Utrera Molina don José Utrera Molina lo conocí por mediación de su entrañable amigo, el maestro Manuel Alcántara, hace ya casi veinte años. Era don José por entonces un hombre que se adentraba con gallardía en los arrabales de la vejez, lleno de dolor de España y de un temple bondadoso y estoico que lo ayudaba a sobrellevar las muchas vilezas que ya por entonces empezaba a padecer. Don José era un auténtico caballero cristiano, según lo explicase García Morente: paladín de las causas perdidas, magnánimo ante la mezquindad, altivo ante el servilismo, más pálpito que cálculo y con esa impaciencia de eternidad que caracteriza al hombre sinceramente religioso. El maestro Alcántara me lo había definido como su amigo más leal y, en efecto, según pude comprobar luego, las lealtades de don José eran acérrimas e inamovibles. Don José Utrera Molina me llamaba de vez en cuando para felicitarme por algún artículo; y también, por cierto, para reprocharme algún otro en el que no me mostraba benévolo con ciertos aspectos del franquismo. Especialmente cariñoso se mostró conmigo cuando elogié su figura, frente a una panda de miserables con mando en plaza que lo despojaron del título de Hijo Predilecto de Málaga. ¡Al hombre que había dado todo su amor a Málaga, que la había dotado de residencias de ancianos, de cien- A tos de viviendas sociales, de una universidad laboral, para que los hijos de los pobres pudieran formarse y llevar mejor vida que sus padres! En el calvario padecido por Utrera Molina en sus postrimerías se compendia el sórdido y cobarde cainismo de esta España que siempre está con el que manda, que se acuesta servilmente franquista y se levanta furibundamente antifranquista. Utrera Molina cometió el delito de seguir siendo lealmente lo que siempre había sido, sin chaqueterismos ni componendas. ¡Y mira que le habría resultado fácil camuflarse! Le hubiese bastado con cerdear un poco, como hicieron tantos franquistas que querían seguir viviendo como sultanes y experimentaron una fulminante conversión, como si les hubiese aparecido de repente la Señora Democracia, como la Virgen se apareció en Fátima. Todos estos demócratas sobrevenidos que nos han estado dando lecciones (algún día habrá que señalarlos con el dedo) sólo querían seguir mamando de la teta; y, para lograrlo, permitieron que el odio volviera a enviscar a los españoles. Y ese odio, inevitablemente, fue cobrando espesor hasta lanzar sus zarpazos contra quienes no habían cerdeado, contra hombres tan nobles y abnegados como don José Utrera Molina. Pero, como nos enseñaba Cernuda, los insultos de los viles son formas amargas del elogio Hace apenas un par de días preguntaba por don José a su nieto Rodrigo, que me confesaba con pesar que estaba bastante delicado de salud. En la reedición de Sin cambiar de bandera, las memorias de Utrera Molina, se incluía una carta de su nieto Rodrigo llena de verdad y emoción en la que puede leerse: Tú guiabas cuando otros sólo seguían, por eso intentaron marginarte en el pretérito, exiliarte en el presente y desahuciarte del futuro. Tu lealtad te supuso conocer el sabor de la traición, pero fue exactamente eso lo que dio tanta importancia a tu fidelidad... Es el motivo por el que mi voz, cuando hablo de ti con mis amigos, denota orgullo de ser tu nieto. Orgullo y gratitud Yo también puedo decir hoy, con orgullo y gratitud, que me honro de haber sido amigo de un hombre bueno como don José Utrera Molina, que ya no tendrá que seguir escuchando las palinodias sonrojantes de los chaqueteros, ni las invectivas sangrientas de los caínes que amargaron su vejez. Descanse en paz, querido don José.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.