ABC MADRID 09-04-2017 página 12

12 ENFOQUE DOMINGO, 9 DE ABRIL DE 2017 abc. es ABC semana La foto de la REUTERS Política de gestos Demagogias rituales LUIS DEL VAL Si entráramos a nuestro banco habitual, y viéramos que el director de la sucursal está limpiando el suelo, podríamos empezar a sospechar que las cosas van mal en el banco. O si, al acudir a nuestro trabajo, coincidiéramos con el gerente, que cargado con la correspondencia se dispone a repartirla, nos daríamos un susto tremendo, sospechando que de los ERE hemos pasado a otra fase más dura. Sin embargo, el empleado en la Política se rige por otros comportamientos, porque los patronos ese colectivo que tanto les vota anhela de vez en cuando que se comporte como un votante más y limpie cuando haga falta. Y, además, eso no es incompatible con que, al observar la fotografía de nuestro gobernante con uno de los césares el presidente de Estados Unidos, pongo por caso el votante no sienta esa íntima satisfacción de haber sido él también recibido por uno de los emperadores. Esta contradictoria exaltación de la jerarquía, mezclada con los deseos nada oscuros de que bajen del pedestal, llenan la actividad política de una serie de demagogias rituales, que no dejan de ser populismo. Como uno tiende a ponerse en el lugar de los otros, cuando llega la campaña electoral siento una lástima casi profunda por ese pobre candidato que tiene que besar a los niños, uno de los actos más peligrosos, porque un niño es pequeño, pero no es gilipollas, y ningún niño siente irresistibles deseos de que le plante un beso un señor desconocido, con barba, que se apellide Rajoy. Digo peligroso, porque algunas veces el niño llora ante esa agresión inesperada, lo que convierte el acto tierno en un acto de censura contra el candidato. Los primeros ministros, de vez en cuando, friegan el suelo, se ponen un casco de minero o llenan unos platos de comida para un colectivo de ancianos, siempre y cuando haya alguna cámara delante, que inmortalice el momento y certifique la exigida cura de humildad. De no ser así, los políticos se comportan como seres normales, igual que nosotros, y no sienten irresistibles deseos de besar niños ajenos, a no ser que sean pederastas, ni se ponen cascos de minero, salvo que sean mineros. Lo que me asombra de este primer ministro es su capacidad de apertura en los miembros inferiores, casi un grand jeté que no sabemos si es porque su señora le va a protestar al traer los pantalones manchados a casa, o es que no han descubierto el invento de mi buen amigo Manuel Jalón, que ya no está con nosotros, y que consistió en colocarle un palo a la bayeta, con objeto de que el acto de fregar no requiriera la misma genuflexión que reservamos para determinados actos religiosos. Por lo demás, nada que objetar. Puestos a ser detallistas, quizás sobre esa expresión risueña, como si fregar los suelos fuera un acto alegre, pero se han cumplido los objetivos, y se habrá proyectado esa imagen que apetece el ciudadano, y que le recompensa de tantas obediencia y de tantos impuestos. Y no es tan costoso, de vez en cuando, atender al votante con una demagogia ritual. Todo por un voto El primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, colabora en la limpieza de un restaurante dañado por las inundaciones en Lismorea