ABC MADRID 31-03-2017 página 88
- EdiciónABC, MADRID
- Página88
- Fecha de publicación31/03/2017
- ID0006656098
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88 ABCdelOCIO VIERNES, 31 DE MARZO DE 2017 abc. es ABC La dolce vita La mítica de los sueños POR FERNANDO R. LAFUENTE P ara Borges los únicos paraísos que uno podía habitar eran los paraísos perdidos, y un maravilloso paraíso perdido, desde Homero, es la literatura. Leer para perderse en un laberinto de sueños en palabras. Palabras que serán mitos, leyendas, historias, sueños y vigilias. He vivido en los aires. He robado el tesoro de un dragón. He luchado con un dragón y he sobrevivido. He caído desde la altura de las nubes y he llegado al suelo sin un rasguño. ¿Qué podría pasarme ahora? He tenido un tesoro en mis manos y no he sabido guardar cinco monedas de oro y por eso me he perdido a mí mismo. Las hazañas no sirven de nada y no significan nada Pocos escritores en español, muy pocos, alcanzan la maestría narrativa de Andrés Ibáñez (Madrid, 1961) Ahora con la reciente publicación de La duquesa ciervo se adentra en los bosques oscuros de la tradición medieval, de la fantasía, para crear un mundo aparte, un territorio paralelo, un ensueño tan real como todo lo que uno es capaz de sentir y pensar. O más real. Ya señaló el genial visionario inglés William Blake que todo lo que es posible pensar forma parte de la realidad De acuerdo con Borges, para Ibáñez el arte, la litera- La duquesa ciervo Andrés Ibáñez. Galaxia Gutenberg, 2017. 384 págs. 20,50 Kong: la isla calavera Dirección. Jordan Vogts- Roberts. Con Tom Hiddleston, Brie Larson, Samuel L. Jackson. John Goodman. Estados Unidos. 2017. 118 minutos Hevia Serrano, 118. Tel. 91 562 30 75. Madrid. 35 tura, es un añadido esencial a la existencia, es una forma de vida. Ibáñez compone una novela magistral, captura la vida a través de las palabras, el amor, la belleza; cautiva una prosa poética y, al tiempo, serena y ágil, ya sea el juego de tronos de los linajes ocultos, los aprendices de mago frente a la Torre de los Magos de la enigmática ciudad- montaña de Irundast; ya sean las brujas que espían el lúgubre destino de los mortales, o la emoción de las inmaculadas princesas, y así una y otra página. Sí, pocos escritores en español como Andrés Ibáñez animan al lector a soñar, a sentir, a vivir en palabras; palabras que convierten en brillantes trazos de la magia literaria más pura y deslumbradora a esta desdichada existencia contemporánea. El sueño continúa, ahora en una isla en la que no llegó la cartografía. Y en un grupo de soldados, allá por los infelices setenta, sobre todo para los norteamericanos que tendrían que salir corriendo, o en helicóptero, de Vietnam. Kong: la isla calavera es un prodigio, esta vez de imaginación visual, de escenas y situaciones que rompen el género del cine de aventuras para reunir a otros cuantos para completar una película que no permite un respiro, que pocos serán los que parpadeen, porque el ritmo es formidable. Casi dos horas de cine, a costa del pobre Kong, aquí irreconocible. Pero la cuestión, ya lo advirtió Baroja, en esta vida es pasar el rato. Y se pasa. Y de qué manera. Desde 1964 sigue como el primer día, y esto se agradece. El canapé de cangrejo ruso ya no es un exotismo sino una tradición, como lo son, por ejemplo, las tostas de ensaladilla de ahumados o de revuelto de tuétano con trufa negra. El lugar es Hevia, donde los lomitos de bocartes o los más exquisitos huevos estrellados con jamón, y la bodega son un paraíso bien cercano. Menos mal. Tom Hiddleston y Brie Larson en Kong: la isla calavera ABC