ABC MADRID 26-03-2017 página 104

DOMINGO 26.3.2017 Editado por Diario ABC, S. L. Juan Ignacio Luca de Tena, 7, 28027 Madrid. Diario ABC, S. L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 36.977 D. L. I: M- 13- 58 Apartado de Correos 43, Madrid. Publicidad 902 334 556 Suscripciones 901 334 554 Atención al cliente 902 334 555. EL BATALLÓN DE LOS PERPLEJOS Por Álvaro Martínez CARLOS SÁNCHEZ MATO CONCEJAL DE HACIENDA DEL AYUNTAMIENTO DE MADRID Letanía de insultos L Emilia la canastera y la memoria histórica Beatificación de 115 mártires de la Iglesia, ayer, en Roquetas de Mar (Almería) EFE fosa común del cementerio municipal de Almería. Los foros de la memoria De la pequeña Ángeles no se supo mucho más que zapatera no dicen ni pío de la terminó en una inclusa y que fue dada en adoppersecución religiosa en España, ción a una familia antes de que concluyese la guerra. Hoy tendrá (o tendría) 78 años. donde la izquierda trata de La historia de Emilia es una más entre Ayer imponer un recuerdo las recopiladas en el proceso de beatifise beatificó a cación de los llamados mártires de Alhemipléjico del pasado 115 mártires, A yer fueron beatificados en Almería 115 mártires que alcanzaron la muerte víctimas de la persecución religiosa emprendida en España por las izquierdas (había tantas que es imposible enumerarlas en estas pocas líneas) durante la década de los treinta del pasado siglo, antes y durante la Guerra Civil. Solo entre 1936 y 1939 el llamado terror rojo se llevó por delante a 4.184 sacerdotes, 2.365 frailes, 283 monjas y 3.000 seglares, muchos de ellos torturados antes de la muerte por delitos tan graves como el de Emilia Fernández, conocida como la canastera en su pueblo almeriense de Tíjola: no quiso delatar a quien en la cárcel le enseñó, a petición propia, a rezar el rosario, los avemarías y a hacerse la señal de la cruz. Por eso se moría en la España bárbara de aquellos años... Emilia es desde ayer la primera gitana española elevada a los altares por la Iglesia por poner la fe por delante de su vida. Por no descubrir a su catequista fue encerrada, cuando estaba encinta, en una mazmorra de aislamiento en la prisión de Gachas Colarás, una inmunda ergástula donde dio a luz con la única ayuda de dos reclusas. Nació Ángeles. Pero a los cuatro días la canastera moría, según el certificado de defunción, por una grave infección, devenida del parto en esas horribles condiciones de castigo, que se complicó con una severa bronconeumonía. Arreciaba el frío aquel invierno del 39. Sus restos fueron arrojados a una entre ellos a Emilia, la primera gitana que sube a los altares mería una causa que comenzó hace más de veinte años y que ocupa más de 20.000 folios con testimonios que acreditan los tormentos mayúsculos y espantosos a los que fueron sometidas esas 115 personas a causa de su fe. Como Francisco Haro, de Mazarrón, entregado a sus misas en las Hermanitas de los Pobres y en la catedral de Almería y cuyo cadáver fue encontrado en la Poza de la Lagarta, en Tabernas, con signos de haber sufrido espantosas torturas. Los milicianos le habían amenazado varias veces con que o se quitaba la sotana o le daban el paseo. No quiso y seguía vistiéndola en el Paseo del Príncipe, en Almería. Fue su penúltimo paseo. Tampoco se había metido con nadie Vicente Montserrat, cura lorquino que profesaba en Villanueva de Sigena, y al que hallaron con ocho tiros y una puñalada en Zaragoza. Historias terribles hubo en uno y otro bando, espantos que fueron trasmitidos, en lo general, por los libros de historia y, en lo particular, de padres a hijos, de hijos a nietos y de nietos a bisnietos, que van para cinco las generaciones que pueden hablar de aquellos años terribles. Y de la misma manera que es muy difícil ver arder una iglesia en alguna de las aproximadamente tres mil películas de la Guerra Civil que ha filmado el llamado cine español en los últimos treinta años, este batallón de asombros no ve una sola referencia de la persecución religiosa en los cientos de Foros de la Memoria (de la memoria zapatera claro) que hay en España, que también fue el país de Emilia, la gitana canastera que murió por santiguarse. lamar gentuza a los españoles que reivindican su derecho a ir a misa es la última aportación de Carlos Sánchez Mato (Madrid, 1970) a la política nacional esto es lo que hay y al debate social abierto desde que el sector podemita la emprendió contra la retransmisión de la eucaristía dominical (esa que bate récord de audiencia en La 2) en la televisión pública. Naturalmente, no se ha disculpado. Tampoco la alcaldesa que lo eligió para llevar las cuentas del Ayuntamiento le ha exigido una rectificación de tan multitudinario insulto, pues Carmena es la mar de comprensiva con todo el festival de denuestos y descalificaciones que profieren sus ediles, esos que lo mismo abogan por meter en cenicero a los judíos, que llaman fascistas a los policías municipales o que piden el empalamiento u otro tipo de tormento a aplicar a los políticos rivales a su derecha. Pero mientras otros concejales han decidido detener las ganas de liquidar a sus adversarios que mostraban antes de entrar en política, Mato prosigue su antología del disparate, donde hay un poco de todo: desde el comentario machistorrón sobre Cifuentes (para él la presidenta de la Comunidad es la rubia con coleta al contradiós histórico en la revolución bolchevique murieron cuatro personas que le deja en ridículo pero que mantiene a toda costa. El locuaz concejal se define como un economista heterodoxo, pero realmente donde se aparta de la doctrina oficial es en su comunismo pues hablamos de un extraño marxista al que no le tembló el pulso cuando en su último empleo en la empresa privada, como director general de un grupo maderero, aplicó un ERE que dejó en la calle a 120 trabajadores, purga de la que libró a su hermano y a su cuñado. Y en un santiamén. Verbolario POR RODRIGO CORTÉS Parado, adj. Marinero en tierra. MAYA BALANYA