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ABC MADRID 04-03-2017 página 73
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ABC SÁBADO, 4 DE MARZO DE 2017 abc. es estilo GENTESTILO TV 73 una señora de Ruiz- Mateos rar su dinero. Desde lo de Rumasa tiene una situación difícil, agravada por varios negocios que no le salieron bien cuenta una amiga cercana al hermano de Natalia Figueroa. Con su yerno tiene un trato cordial y sus nietos van continuamente a las fincas que él tiene en Los Santos de la Humosa La Matilla y El Encinar Ahora Agustín explota esas fincas con ayuda de sus hijos, organiza bodas y cacerías para salir adelante Los seis hijos del fallecido José María Ruiz- Mateos tienen todos sus bienes embargados y se les ha retirado el pasaporte. Cristina sufre mucho por la situación de sus padres y también por su marido y sus hijos. Es una niña que vale muchísimo, si se tiene que arremangar, lo hace dice alguien de su entorno. También sufren sus otras cinco cuñadas, que tiran de sus hijos con la ayuda económica de familiares y algún trabajo esporádico de los amigos que conservan. Una de ellas, Ana, casada con Álvaro, prepara el divorcio para cuando salga de prisión. Ser la señora un Ruiz- Mateos no es fácil. Álbum de familia ENTRE REO Y SUPERMÁN ÁNGEL ANTONIO HERRERA De izquierda a derecha: Javier, Pablo, Alfonso, Zoilo. José María Ruiz- Mateos padre. José María Jr. y Álvaro. FOTOS: ABC, EFE Y GTRES uvo Ruiz Mateos, Don José María, un traje de preso, para dar mítines inútiles, y tuvo un traje de supermán, para hacer turismo del esperpento. Trabajó mucho para el telediario, zona payasadas. Parece esclarecido que fue un rico que le daba el vicio del birle. Y que se fue más solo que la una. Y que hay gente de sus propios afectos que quizá no le van echando de menos. Don José María era de Rota, pero quedaba mejor adornarse de empresario jerezano que es una acuñación que da vitola, y prospera entre la prensa. Tuvo un orfeón de hijos, que parecen todos el mismo hijo un poco hipnotizado, salvo que cada uno cultiva una versión de la barba. Los que estuvieron cerca, en su ocaso largo, acreditan que sostenía el matrimonio eterno de no verse con la consorte, y que los hijos, y las hijas, casi lo preferían de padre de retrato. Es un poco familia de la Preysler, pero familia al revés, porque hizo un anuncio de bombones, en plan venganza. T FOTOS: ARCH IVO ABC Y EF E Sobre estas líneas, la familia RuizMateos. Arriba, el empresario vigilando la vivienda Felipe González en 1993 y era también un supermán apócrifo, porque de superhombre sólo llevo el disfraz, si miramos el triste crepúsculo biográfico. Era, más tarde o más temprano, un señor apócrifo que fardaba de decir verdades. En general, fue militante del frikismo y del Opus Dei, en particular, y a ratos. Parece que se hubiera empeñado en aupar imperios, para luego derribarlos, y darse el voltio acostumbrado por los tribunales, donde a veces hasta insultaba a la fiscal. Tenía mucha afición al disfraz, sí, con lo que podemos deducir que la máscara, en su caso, no iba por dentro. En algún Juzgado, burló a la Policía poniéndose peluca, y a Miguel Boyer, cuando era ministro en vigor, le llamó mariconazo en público, que era como tirarle a la cabeza directamente el diccionario, porque en hombres de tanto modal como Ruiz Mateos el taco se da poco, o nada. Dicen mariconazo como pidiendo una segunda taza de té. Pero van y lo dicen. Toda la cosa de Don José María tuvo su gracia hasta que ya no tuvo gracia ninguna. Las caras del empresario Con la edad parecía que la cara la llevara a la misma tintorería del ropero, como las folclóricas, y Mickey Rourke. Cumplió turismo de cárcel, y si luego la ley le daba un recreo él hacía su escaparate de mártir con buen traje cruzado, y a la medida, ante el gozo de la prensa. Enseguida montaba su plató. Posaba de perseguido, que a menudo era un modo de despistar alguna estafa. Se metió a la política, allá por los noventa, como el que se convida al guateque donde nunca le llamaron. Puso cara de póster, y al lío. En sus ratos últimos, resultaba el perfecto fantasma, aunque el fantasma, en él, venía de lejos. Tenía una cháchara aupada, como si llevara siempre un sortijón dentro de la boca, como si acabara de salir del quirófano de las vanidades. Se tituló marqués por encargo, porque le inventaron el alto adorno, marqués de Olivera, en la República de San Marino. Era un aristócrata apócrifo, pues, y un actor también apócrifo, porque era lo suyo digno de mejores causas, Cristina Figueroa (42 años) Mujer de José María Jr. (50 años) Es la hija pequeña de Agustín Figueroa, el marqués de Santo Floro, y sobrina de Raphael y Natalia Figueroa. Cristina lo está pasando muy mal. Hasta ahora ha estado dedicada a sus hijos. A ella no se le caen los anillos por trabajar y se está buscando la vida como puede cuentan en su entorno. Ha visto cómo su padre perdía gran parte de su patrimonio con los pagarés de la familia de su marido. Tienen cinco hijos y la relación entre los dos hombres de su vida es cordial. Ana Suárez de Lezo (36 años) Mujer de Álvaro (40 años) Se casaron en Córdoba en mayo de 2011 y en enero de 2015 Álvaro ingresaba en la cárcel de Navalcarnero. Antes, vivieron un escrache en la puerta de su casa de Aravaca. No tienen hijos, casi no han tenido tiempo para convivir y ella no soporta los vis a vis carcelarios. A finales de 2016 volvió a casa de su padre (ambos en la imagen) el influyente letrado Rafael Suárez de Lezo. Ana estudió Moda y lleva la comunicación del negocio familiar Grupo De Torres.

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