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ABC MADRID 04-03-2017 página 15
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ABC MADRID 04-03-2017 página 15

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC SÁBADO, 4 DE MARZO DE 2017 abc. es opinion OPINIÓN 15 sufrirlo y mejora la recuperación tras el accidente. Historias de superación como esta se vivirán en el maratón de Barcelona el próximo domingo. Os animo a que vengáis a animarnos. PABLO PLUVINET JODAS BARCELONA TRIBUNA ABIERTA LA ANIQUILACIÓN DEL HONOR POR DOS PODERES DEL ESTADO POR JOSÉ MANUEL OTERO LASTRES A poco que uno observe la realidad comprueba que hay una actuación de dos poderes, el judicial y la prensa, que están triturando el derecho fundamental al honor de algunos ciudadanos cuando se trata de un político de cierta relevancia. Entonces los enemigos de su propio partido los miembros de los demás partidos, la propia ideología u otros intereses de los miembros del poder judicial (juez y fiscal) que intervienen en el caso, y la tendencia política de la Prensa comunicadora de la noticia, ponen el cristal de aumento sobre la figura y la conducta supuestamente irregular del inocente investigado, al cual acaban convirtiendo, sin que les importe demasiado, en un sujeto sospechoso, cuya buena fama empieza a resultar pisoteada. Claramente se advierte cómo en tales casos, que son mucho más frecuentes de lo que parece, la actuación instigada por alguien, pero en la que intervienen combinadamente el poder judicial y la prensa, acaba por triturar el derecho constitucional al honor del sujeto al que un rival desalmado ha puesto en el centro de la diana. Con frecuencia, el apestoso investigado suele conservar en su ámbito interno su propia estima, sobre todo cuando está plenamente convencido de su inocencia. El problema se plantea en el aspecto externo de su derecho al honor, aquél en el que lo relevante es la opinión que tienen los demás del buen nombre y la reputación del implicado. Y aquí, sin comerlo ni beberlo, el sujeto investigado ve cómo la generalidad de sus conciudadanos comienza a verlo con ojos ¡Qué falta de respeto! Como ciudadana de a pie, como canaria, como creyente, no tengo por más que sorprenderme de la actitud del señor Borja Casillas. Desconozco su procedencia para atentar contra todos los valores éticos y morales de nuestra sociedad y de la que todos, pensaba, nos sentíamos orgullosos, al interpretar en el más que arraigado festival de carnaval de Las Palmas de Gran Canaria semejante ofensa contra una religión que profesamos un gran parte de españoles y seguramente hasta su propia familia. ¿A dónde queremos llegar? ¿Es que todo vale? Yo también cuestionaría a la organización, que debería tener un control sobre los contenidos y una capacidad para admitir o no lo que nos denigra como pueblo. Que solo hayan salido la Iglesia y algunos artículos de profesionales o simplemente españoles recriminando esta acción me duele, ya que creo es una ofensa inaceptable en toda la extensión de la palabra. ¿Dónde está la clase política que nos representa y que debía ser arbitro, como lo es en otros campos, de situaciones tan denigrantes como esta? ¿Esta es la sociedad que queremos, donde todo vale? CARINA FERRER SAUERMANN MADRID C Totalitarismos de ayer y de hoy El secretario general de Podemos ha presentado en sociedad una nueva teoría conspirativa: una trama de malvados empresarios mantiene esclavizada a una legión de ciudadanos estúpidos que ignora su propio sometimiento. Las mismas ideas manidas de siempre, la misma verborrea vacía y grandilocuente, los mismos postulados que la experiencia de las últimas décadas ha desmentido, sirven hoy a la clientela de Podemos como el último grito en política. JACOBO SAUCEDO JIMÉNEZ SEVILLA Pueden dirigir sus cartas y preguntas al Director por correo: C Juan Ignacio Luca de Tena 7. 28027 Madrid, por fax: 91 320 33 56 o por correo electrónico: cartas abc. es. ABC se reserva el derecho de extractar o reducir los textos de las cartas cuyas dimensiones sobrepasen el espacio destinado a ellas. OMO es sabido, los tres poderes del Estado son el ejecutivo, que corresponde al Gobierno; el legislativo, que está encomendado a las Cortes Generales (Congreso de los Diputados y Senado) y el judicial, que lo administran los jueces y magistrados. Se habla también de un cuarto poder, la Prensa, integrada por los medios de difusión, cuya labor es recibir y comunicar libremente información. Pues bien, a poco que uno observe la realidad de nuestros días comprueba que hay una actuación de dos de esos cuatro poderes, el judicial y la prensa, que están triturando el derecho fundamental al honor de algunos ciudadanos. A grandes rasgos, el modo de proceder podría ser más o menos el siguiente. Alguien, que es el verdadero beneficiario de la maniobra de desprestigio del afectado, desea sacarse de en medio a un determinado rival, sin que importen ahora el ámbito (político, profesional, empresarial, etc. ni las razones, aunque suelen consistir en un conflicto de intereses más o menos inconfesables. Y para llevar a cabo su felonía, contrata, mediante una suculenta remuneración, ciertos servicios de investigación paraoficiales con el fin de que rastreen posibles actuaciones irregulares o con apariencia de serlo del rival a eliminar. Cuando el instigador tiene en sus manos el dossier con apariencia de verosimilitud que le han confeccionado sus investigadores asalariados hace que intervenga el primero de los poderes del Estado de los que hablo, el judicial. Presenta una querella ante un juzgado de instrucción, a poder ser de un juez con ideología política afín, que suele admitirla a trámite. Y como los hechos denunciados suelen tener apariencia de certeza porque están soportados por los indicios de criminalidad que se detallan en la investigación contratada, el fiscal propone que se practiquen diligencias, entre las que está interrogar al querellado. Ya sea por casualidad (lo que sucede en muy contadas ocasiones) ya por filtración del instigador, se ponen rápidamente en conocimiento del otro poder implicado, la prensa, los hechos aparentemente irregulares del afectado, la presentación de la querella, su admisión a trámite, y la solicitud del fiscal de que se practiquen, entre otras diligencias, la declaración del rival que pasa a ser, desde entonces, legalmente un investigado Y claro a la prensa la noticia suele interesarle. Sobre todo cuando se trata de un personaje conocido a nivel local o general, porque ese dato le imprime al asunto las dosis de escándalo suficientes para mejorar las ventas y, por ende, el poder de difusión del medio y la cuenta de resultados. Las cosas se complican para el rival a defenestrar ABC de malicia, considerándolo una especie de malhechor al que la opinión pública condena sin que pueda defenderse. Llegados a este punto habrá quien piense sobre todo si es jurista en la presunción de inocencia. Pero esa es una institución jurídica, no social, que lo amparará posteriormente en el correspondiente proceso penal. Hasta que se llegue al proceso, por lo general siempre tarde, lo que habrá sucedido es que el instigador se habrá deshecho para siempre de un rival inocente que entorpecía sus apetencias, gracias a la utilización espuria de medios de investigación parapoliciales y de los indicados poderes del Estado. Lo que sorprende es que ante casos como el descrito, de injusta aniquilación del honor de un tercero inocente, haya partidos políticos con tanto histerismo anticorrupción que se pronuncian a favor del cese del político víctima de la maniobra de un adversario. JOSÉ MANUEL OTERO LASTRES ES CATEDRÁTICO Y ESCRITOR

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