ABC MADRID 02-03-2017 página 12

12 OPINIÓN VIDAS EJEMPLARES PUEBLA JUEVES, 2 DE MARZO DE 2017 abc. es opinion ABC LUIS VENTOSO PRITZKER DE OLOT ¿Por qué nos alegró tanto el premio de ayer? la hora de zampar entré con el telefonillo en ABC. es, como millones de navegadores cada día. Al leer el titular del Pritzker, el llamado Nobel de arquitectura me sentí contento y orgulloso. Si le hubiesen otorgado el premio a algún japonés ascético, que levanta soberbios templos sintoístas en bambú, me habría dado igual. También me habría resultado indiferente que coronasen a un escandinavo sabio y hormigonero, o a un brasileño exuberante y rompedor. Mi alegría instantánea tenía que ver con algo más sencillo: los galardonados, a quienes desconocía, eran gerundenses de Olot. Es decir, españoles, como yo. Su triunfo lo sentí como propio. Rafael Aranda, Carme Pigem y su marido, Ramón Vilalta, dueños del estudio RCR, son los segundos españoles que ganan el Pritzker tras el maestro navarro Moneo. Es admirable que hayan conquistado el mundo desde Olot, una pequeña ciudad de 34.000 habitantes, enclavada en el verdor montañés de La Garrocha. Me entró curiosidad por Olot. Constaté que sus orígenes ya se rastrean en anales carolingios del siglo IX y que ha estado imbricada en todos los avatares de la historia de España, pasando por la invasión napoleónica, las guerras carlistas y la guerra civil. Olot recibió de las Cortes el título de Muy Leal por apoyar a Isabel II y en 1927 la visitó Alfonso XIII. Ese es el país que tenemos, el de verdad, con las regiones entrelazadas desde hace siglos, con sangres mezcladas. Una familiaridad innegable, a pesar de las diferentes costumbres que puedan tener un tío de Boimorto y otro de Priego de Córdoba, como un parisino y un vasco francés. De los 34.000 habitantes de Olot, la tercera parte no han nacido allí. Los viejos reyes de Aragón que gobernaron sobre Olot tampoco eran unos pata negra de una Cataluña purísima y quimérica. Juan II de Aragón, por ejemplo, había nacido castellano de Medina y su mando alcanzaba Sicilia y Cerdeña. Si al resto de los españoles nos disgusta el disparate pueblerino de la sedición separatista no es por rechazo a Cataluña. Al revés. Es porque no aceptamos que nos mutilen algo que forma parte de lo mejor de nuestro ser. No queremos que unos fanáticos de talla escasa y vergüenzas copiosas nos priven con un acto golpista de la tierra de Granados y Albéniz, cimas de nuestra música; ni de la literatura de Pla, Espriu o Gimferrer; o de Dalí, Miró y el joven Picasso, un español que fue malagueño, coruñés y barcelonés, antes de tornarse planetario. El asombroso Gaudí. Las maravillas paisajísticas catalanas. Las canastas de los Gasol. La gratísima Barcelona. Todo eso también es nuestro. ¿Por qué plegarse con una sonrisa acomplejada, como hace la vicepresidenta, ante unos provincianos golpistas que van contra la solidaridad y predican una xenofobia rampante? ¿Por qué tanto pudor de los intelectuales para denunciar la barbaridad del proceso sedicioso? ¿Cómo hemos permitido que personajes menores como Mas, Junqueras y Homs reescriban la historia desde el poder, con una inaudita campaña de propaganda sufragada con el dinero de todos los españoles? España perdurará. Cooperar es más rentable y sano que el odio en nombre de temibles y casposas purezas identitarias. Feliz Pritzker. A CAMBIO DE GUARDIA GABRIEL ALBIAC DE HÉROES Y PÍCAROS Hay grandes sacerdotes de la muerte. Y hay pícaros mezquinos. Los de la Generalidad: Señor juez, yo no hice nada AY grandes sacerdotes de la muerte. En política. Y hay pícaros mezquinos. No son de la misma especie. Aunque pueden hibridarse. El Conde de Mirabeau fue un corrupto. Grandioso. Cobró de los fondos secretos de Luis XVI, como agente de una corona a la cual traicionó con displicencia. Pero, en aquel 23 de junio de 1789 en que la guardia real ordena a los diputados reunidos en el Hôtel des Menus Plaisirs que se disuelvan, el gran señor se sobrepone al corrupto y lo transfigura en héroe. A Dreux- Brézé, que transmite la orden, replica un Mirabeau imponente. Acta de sesiones: Ya hemos oído, señor, las intenciones que han sido atribuidas al rey; y vos, que no sois órgano ante los Estados Generales, vos que aquí no tenéis lugar ni voz, ni derecho a hablar, no tenéis entidad para recordarnos su discurso. No obstante, para evitar todo equívoco y toda pérdida de tiempo, os declaro que, si habéis sido encargado de sacarnos de aquí, habréis de dar la orden de emplear las bayonetas; porque sólo por la fuerza de las bayonetas se nos sacará de nuestro puesto Dreux- Brezé abandonó la sala caminando de espaldas, como se hace ante los reyes. Rendía homenaje anotará Michelet al nacimiento de un nuevo soberano. Danton fue un corrupto. Maravilloso. En su tiempo de poder, su venalidad era legendaria. Se em- H bolsó fondos oscuros de un rey cuya ejecución acabaría votando. Y acumuló dinero y posesiones. Pero Danton fue, en no menor medida, un duro héroe ante la derrota. No huye, porque nadie, dice, puede llevarse a la patria en la suela de los zapatos Ya en el cadalso, alecciona al verdugo: No te olvides de enseñar mi cabeza al pueblo: vale la pena verla Robespierre, gris abogado de provincias sin gustos señoriales, jamás se corrompió; mató tan sólo. Y formuló el axioma al cual han de ajustarse los forjadores de nación: hay nada más que dos fuerzas constituyentes, la corrupción o el terror. Y él, virtuoso, desprecia a Mirabeau y Danton por elegir la primera. Lo peculiar en los forjadores hoy de la nación catalana no es que se asienten sobre la corrupción. Eso es tan sólo una rutina. Funcional. Nada del Estado paralelo que en Cataluña se alzó con el dinero robado a los contribuyentes españoles, hubiera podido funcionar sin el miedo de todos instituciones, partidos, individuos... a la exclusión social que caería sobre quien denunciase un robo del 3 parte del cual iba a bolsillos privados. A cambio de esa sumisión al patriótico terror, el reparto de beneficios sería equitativo. Al padre de la nación y a su familia debía corresponder, eso sí, el esplendor de una fortuna incalculable. Los forjadores de patria merecen la opulencia. No me asombra. Pero, ¿qué pasa cuando un forjador de patria pierde? Danton sabía que pasa la guillotina. Y de ello se enorgullece ante el cadalso. ¿Pujol? ¿Mas? ¿Homs? Dispuestos a forjar patria, no parecen haber ni soñado cuál sería su deber si su golpe fracasa. Violar la ley sin que la ley se aplique, sólo puede ocurrírsele a un niño o a un lerdo. Ninguno de ellos es ni lo uno ni lo otro. Hay grandes sacerdotes de la muerte. Saint- Just: El día en que esté convencido de que es imposible dar al pueblo francés costumbres dulces, enérgicas, sensibles e inexorables frente a la tiranía y la injusticia, me daré la muerte... Un revolucionario nunca muere en la cama Y hay pícaros mezquinos. Los de la Generalidad: Señor juez, señor juez, yo no hice nada. Fueron ellos, los voluntarios, ellos... Que pague esa plebeya gente