ABC MADRID 18-02-2017 página 7
- EdiciónABC, MADRID
- Página7
- Fecha de publicación18/02/2017
- ID0006644649
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ABC SÁBADO, 18 DE FEBRERO DE 2017 abc. es ENFOQUE 7 Sentencia del caso Nóos El rostro sereno del Rey JOSÉ LUIS RESTÁN A la misma hora en que se daba a conocer en Palma la sentencia del caso Nóos, Don Felipe y Doña Letizia cumplían con sus obligaciones de Estado como un día cualquiera, en esta ocasión acompañando al presidente de Hungría y su esposa durante la inauguración de una exposición en el museo Thyssen. Es posible que el hombre Felipe de Borbón hubiese preferido conocer esta noticia, que tanto le toca personal e institucionalmente, al resguardo de las miradas de todos. Y sin embargo ha sido bueno poder verlo en acción en esa hora ingrata, cumpliendo el deber para el que ha sido investido y respondiendo a la confianza que la sociedad ha depositado en él. El rostro de Don Felipe, sobrio y sereno, amable pero contenido, dijo ayer mucho más que cualquier declaración oficial. Si el Rey es el primero de los españoles, su presencia y su desempeño representaban un país en el que las instituciones funcionan, en el que la ley se cumple (incluso si duele) en el que la confianza mutua, el trabajo diario y la solidaridad tejen un tapiz mucho más fuerte de lo que a veces pensamos. Pocos pueden valorar como el Rey hasta qué punto estos años salpicados por el caso Nóos han dañado el prestigio de la Corona, y con él, la estabilidad de las instituciones. No han faltado chacales en torno a lo que se presumía un sistema agonizante, y tampoco justicieros, arribistas y aprendices de brujo. Pero al fin el Estado de Derecho ha puesto a cada uno en su sitio. Queda, eso sí, el misterio de una codicia absurda, de una mezquindad y una torpeza colosales que han puesto en peligro demasiadas cosas. Por eso ayer el rostro sereno de Don Felipe reflejaba el dolor, la confusión y la esperanza de todo un país. ESPAÑA ERNESTO AGUDO Los Reyes, ayer, a su llegada al museo Thyssen, donde inauguraron la muestra Obras maestras de Budapest acompañados del presidente de Hungría, János Áder, y su esposa, Anita Herczegh