ABC MADRID 02-02-2017 página 12

12 OPINIÓN VIDAS EJEMPLARES PUEBLA JUEVES, 2 DE FEBRERO DE 2017 abc. es opinion ABC LUIS VENTOSO NO ES TAN DIFÍCIL Es posible tomar decisiones judiciales rápido, pero queriendo E L neoyorquino Bernard Madoff fue el príncipe de los timadores. Con su leyenda de inversor de ojo prodigioso, sus modales suaves y su pátina de filántropo armó la mayor pirámide de Ponzi de la historia. Su estafa piramidal dejó un pufo de 65.000 millones de dólares e ilustres víctimas por medio planeta. El FBI lo trincó en diciembre de 2008. A pesar de lo alambicado del caso, en solo tres meses el amable septuagenario fue declarado culpable, y dos más tarde, condenado a los 150 años de cárcel. Fin. ¿Se imaginan el caso Madoff en manos de algunos de los colosos de nuestra Audiencia Nacional? A estas alturas todavía estarían recabando datos. O enredando en culebrones dictados por filias políticas. El 23 de enero, una tropilla un poco friki del movimiento okupa londinense se apalancó en lo que había sido la sede histórica del Instituto Cervantes, un edificio que hoy es propiedad de un magnate ruso, ubicado en un barrio fino de precios alienígenas. El oligarca presentó una denuncia. El martes, solo ocho días después de la invasión, se celebró en un juzgado de Londres la vista del caso, que se falló al momento. Ganó el ruso. A la hora del desayuno del día siguiente, por orden judicial, la Policía y varios guardas jurados sacaron de allí a nuestros flipadillos okupas, que se han ido con la música a otra parte (no tienen mal gusto: un casoplón con vistas al Palacio de Buckingham) ¿Qué habría pasado en España? Pues que los antisistema acabarían recibiendo subvenciones de Colau y Doña Manuela por apropiarse de una propiedad privada. ¿Y la justicia? El año pasado, en Vigo, un propietario desesperado acabó pagándoles un piso de alquiler a sus okupas. Si hubiésemos decidido quedarnos, los trámites judiciales para echarnos le habrían llevado como mínimo dos años señalaron los okupas, certeros conocedores de lo bien que funciona nuestra justicia. El molt honorable Jordi salió del armario fiscal en julio de 2014, confesando su despiste andorrano. Saltó el tapón. Todo el negocio del clan Pujol a costa de los catalanes salió a la luz. Ni uno ha pisado la cárcel y las sentencias parecen un futurible lejano. Francisco Granados fue detenido en octubre de 2014. Sin duda parece un pícaro, pero es inadmisible que se le recluya dos años en prisión provisional sin ser sentenciado. ¿A qué esperan los jueces? El caso Urdangarín surgió hace ya siete años. Su nivel de complicación es bajo comparado con el de Madoff, que se zanjó en cinco meses, pero sigue a la espera. En junio quedó visto para sentencia. ¿Por qué no se esfuerza la jueza para resolver de una vez un asunto relevante, tal y como se hace en cualquier ámbito laboral? O siendo un caso de libro, ¿por qué no se defiende a los ciudadanos españoles y se condena de inmediato a Forcadell y Homs por sus prácticas golpistas para tratar de destruir el país? Da igual, olvidemos estas menudencias que lastran nuestro Estado de Derecho y vayamos con los temas serios: Pablito y Errejón se han reído en el escaño, a Sánchez no le mola el paro y vuelve a dar la brasa, Rivera proclama que ya está preparado para gobernar ¿su comunidad de vecinos? Cifuentes ha tenido otra ocurrencia de autopromoción. En fin... CAMBIO DE GUARDIA GABRIEL ALBIAC JAQUE A LA V Le Pen, de ganar, tendría como primer objetivo la versión francesa del Brexit. Un Franxit P OR primera vez, desde que el general De Gaulle la fundara en octubre de 1958, la V República Francesa se percibe a sí misma en el borde del abismo. Ya sea la populista Marine Le Pen, que anuncia el fin de los pilares básicos de la Francia democrática, quien dé el paso, ya sea el socialista Benoît Hamon, que promete el tránsito ordenado a la VI el toque de difuntos constitucional desasosiega a una ciudadanía que no sabe lo que viene luego. Debería desasosegar, en igual medida, a toda Europa. Porque la UE, nadie se engañe, es el acuerdo que Mitterrand y Kohl soldaron entre París y Berlín para salvar a una Europa en quiebra desde el inicio de los años noventa. Si Francia o Alemania caen, la Unión Europea habrá caducado. Y todos nosotros con ella. Hasta ahora, el sistema presidencialista y las elecciones a doble vuelta habían puesto a Francia al abrigo de aventurerismos suicidas: la segunda vuelta sedaba siempre los excesos de la primera. Pero esta vez la garantía parece haber fallado. Analicemos muy en frío las nuevas condiciones que rigen ese vuelco. 1. En primer lugar, el Frente Nacional de Marine Le Pen. Que, siendo primo hermano de Podemos en su populismo, ha soldado a lo largo de los años una solidez organizativa y programática de la que su cofrade español carece. Hoy, el único dato matemáticamente claro es el entre 25 y 27 de voto fijo con que cuentan los nostálgicos herederos de Vichy. 2. La desaparición del Partido Socialista, que fundó Mitterrand a inicio de los años setenta sobre las ruinas de la vieja y tan respetable SFIO de Mendès France, es la segunda certeza. Que un grupo de diputados socialistas haya reivindicado anteayer su derecho a oponerse a la elección de su propio candidato Hamon, esgrimiendo el droit de retraite, el derecho de retirada es un síntoma brutal: los dirigentes del PS atisban que su partido agoniza. 3. Los conservadores, tras haber elegido al peor candidato posible, Fillon, se estrellan contra la sospecha de que, además, es un candidato procesable. Por delitos de corrupción, políticamente letales. Por necio, además. Cada uno de sus desmentidos lo ha convertido en un mentiroso probado. Las últimas revelaciones del Canard Enchainé elevan el fraude de los pagos a su esposa, de 500.000 a 900.000 euros documentados. Y añaden a la estafa la irrisión: los hijos a los cuales Fillon aseguró haber contratado como abogados altamente especializados no habían terminado siquiera los estudios de Derecho cuando su padre les puso sueldo. Fillon puede verse obligado a renunciar a la candidatura. A unas alturas en que la designación de un nuevo candidato será dramática para los conservadores. A Hamon no piensan votarlo ni los socialistas. Es el doble K. O. de las fuerzas turnantes que planificara la V República para su estabilidad. En esa conjunción perfecta de desastres, pasaría a la segunda vuelta, en primer lugar, Marine Le Pen y sería segundo un X impreciso que habrá de jugarse entre los conservadores y los ignotos partidarios de la estrella ascendente Emmanuel Macron. El desenlace de una confrontación tan confusa es imprevisible. El estelar Macron no ha dispuesto del tiempo necesario para convertirse en alternativa global de una izquierda que, en porcentaje apreciable, no traga su liberalismo. Le Pen, de ganar, tendría como primer objetivo la versión francesa del Brexit. Un Franxit, innegociable para su clientela. Es el jaque a la V República. Y el jaque a Europa. Es el salto al vacío.