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ABC MADRID 30-01-2017 página 13
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ABC MADRID 30-01-2017 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC LUNES, 30 DE ENERO DE 2017 abc. es opinion OPINIÓN 13 EL CONTRAPUNTO UNA RAYA EN EL AGUA ISABEL SAN SEBASTIÁN EL CUENTO CATALÁN (Y SU CUENTA) Solo falta por saber cómo acabará la historia si se cumple la amenaza y se colocan las urnas E L sábado lo desvelaba en ABC Pablo Muñoz agentes de la Policía Nacional interceptaron en Madrid a un mosso d Esquadra ejerciendo en una manifestación labores de inteligencia ilegales, según declaró él mismo al ser interrogado. Sus superiores, consultados por este periódico, que, a diferencia de otros, contrasta las informaciones antes de publicarlas, calificaron la versión del mosso de cuento chino El mismo cuento chino que, según dicen ahora quienes convirtieron a Santiago Vidal en paladín de su causa, habría ido contando por ahí el exjuez y exsenador de ER al afirmar que la Generalitat de Cataluña maneja ilegalmente datos fiscales de todos los contribuyentes residentes en dicha comunidad, ya sean personas físicas o jurídicas, con el fin de cobrar impuestos cuando se declare la independencia; que dispone de un fondo oculto de 400 millones de euros destinados a financiar el referéndum de autodeterminación ilegal que Puigdemont amenaza convocar antes de septiembre, o que Pedro Sánchez, a la sazón líder del PSOE, prometió a los separatistas de Esquerra olvidarse del artículo 155 de la Constitución y mandar archivar las causas abiertas contra Homs y Mas si le aupaban con sus votos hasta la presidencia del Gobierno. Unos cuentos chinos plausibles, coherentes entre sí, y tan inquietantes que han desencadenado una investigación de la Fis- calía... Demasiado plausibles, coherentes e inquietantes como para ser meros cuentos. Santiago Vidal se fue de la lengua, eso es seguro, al igual que el mosso detenido en Madrid o el propio president en sus proclamas secesionistas. La sensación de impunidad que embarga a los protagonistas de este malhadado procés eufemismo cobarde que empleamos en lugar de sedición les lleva a cometer este tipo de excesos, conscientes de que poco tienen que perder y sí mucho que ganar envolviéndose en la senyera para quemarse simbólicamente a lo bonzo. ¿Qué puede suponer la inhabilitación, máximo castigo pendiente sobre sus cabezas en el peor de los casos, en comparación con la certeza de vivir opíparamente del cuento, a costa del contribuyente, claro, en el papel de héroes o mártires de la patria catalana? ¿Cómo van a albergar algún temor disuasorio si hasta la hedionda corrupción que rodea a la familia Pujol parece gozar de una protección especial en virtud de su relevancia política? Este cuento de nunca acabar es para ellos un chollo, una fuente inagotable de victimismo susceptible de darles votos, una apelación al bajo instinto, al vienen a quitarnos lo nuestro al populismo de extrema derecha que triunfa en el mundo causando estragos. La cuenta de este cuento, eso sí, estamos pagándola todos. Sesenta y tres mil millones de euros salidos del FLA, fondo que nutrimos a escote, porque ciertos delirios patrióticos tienen un coste altísimo. Una suma incalculable en inversiones perdidas por falta de estabilidad a medio y largo plazo, en daños causados a la credibilidad de España, en viajes y embajadas estériles. La Fiscalía ha tardado meses en enterarse de los presuntos delitos que confesaba a voces un senador, en conferencias abiertas al público, y lo ha hecho gracias a la denuncia de un periodista. ¿Para qué están los servicios de Información? En el PSOE se abre la carrera entre el señalado por Vidal como aspirante a traidor, el traidor consumado a este y la eterna esperanza andaluza atrapada en su propia duda. El PP prepara un cónclave a mayor gloria de Rajoy, partidario de esperar a leer la palabra fin aferrándose al no pasa nada Pero pasa. Pasa mucho. Solo falta por saber cómo acabará la historia si se cumple la amenaza y se colocan las urnas. IGNACIO CAMACHO JUDAS Sánchez es el candidato de Podemos. Su legado son unas bases capaces de insultar ¡a González! en su propia casa N su tierra. A pocos kilómetros de la casa donde se crió, a cien metros de una avenida con su nombre, militantes y simpatizantes del PSOE llamaron Judas traidor y el de la luz a Felipe González. Delante de Pedro Sánchez, un hombre que ha ocupado su puesto y que no pronunció en su defensa una mala palabra. Ese es el verdadero legado del sanchismo: unas bases capaces de insultar al gobernante que introdujo el Estado del bienestar, al socialista más relevante de la historia de España. Una radicalización populista que en su resentida obcecación reniega de la tradición más brillante de la socialdemocracia. Sánchez se ha convertido en el candidato de Podemos. Lo fue el año pasado, cuando se postuló para presidir un Gobierno de coalición con Pablo Iglesias, y ahora vuelve para sabotear la recomposición de su partido con transparente ánimo de revancha. El ex secretario general, que dice defender un PSOE autónomo, no es más que un submarino del populismo en la práctica. Su estrategia de unidad de la izquierda no difiere demasiado del entreguismo de un Alberto Garzón; supone el reconocimiento de la hegemonía de Podemos en el discurso, en la organización asamblearia, en la iniciativa y en la propaganda. Su postulación tritura cualquier aspiración de unidad interna y aboca las primarias a una confrontación cismática. Si pierde, dejará descolgada a una significativa facción de la militancia; si gana, consolidará la fractura y tendrá que ejecutar una purga entre las baronías a las que ha identificado con la casta. En uno u otro caso, la integración será imposible y no habrá manera de restablecer la convivencia orgánica. Su candidatura devuelve a los socialistas a aquella tarde de octubre, la de su brusco derrocamiento, que querían dar por olvidada. Convierte la pugna por el liderazgo en un conflicto crónico, banderizo, presidido por una hostilidad cainita y desgarrada. De cualquier modo, al margen del resultado, su presencia en la carrera electoral supone una podemización del partido, al que desplaza de su papel sistémico arrastrándolo a una deriva de desestabilización democrática. No sólo porque plantea un conflicto de legitimidades entre la estructura representativa y el caudillismo plebiscitario, sino porque la convergencia frentepopulista arrasa la herencia de González, infiltra de extremismo al PSOE y destruye su función histórica como fuerza de Estado. La izquierda española ha llegado a una confusión paroxística en la que hasta es posible que Iglesias pierda su congreso y gane el de su adversario. Los gritos antifelipistas de Dos Hermanas revelan hasta qué punto la etapa de Sánchez ha envenenado al socialismo inoculando a una parte de su clientela el rencor ideológico contra su propia herencia y su mejor pasado. Pero los radicalizados militantes se equivocaban de Judas; el malversador de su causa está en su mismo bando. E JM NIETO Fe de ratas

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