ABC MADRID 04-01-2017 página 28

28 INTERNACIONAL Cambio en Estados Unidos Tensiones QUIERE INCLUIR A PUTIN MIÉRCOLES, 4 DE ENERO DE 2017 abc. es internacional ABC Erdogan acusa a EE. UU. de apoyar el terrorismo y espera cambios tras la salida de Obama MANUEL ERICE WASHINGTON La inminente llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos está agitando las piezas de un nuevo tablero geoestratégico mundial, de incierta conformación. El último ataque yihadista perpetrado en Estambul, reivindicado por los terroristas de Daesh, ahonda la crisis entre Ankara y Washington, entre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su todavía homólogo en EE. UU. Barack Obama. Las duras acusaciones que lanzó ayer el líder islamista a raíz del atentado, culpando a la Administración norteamericana saliente de apoyar al autodenominado Estado Islámico, no son novedosas, pero contribuyen a agravar más la relación. A falta de dos semanas de la llegada de su probable aliado, Trump, quien más abiertamente le apoyó frente al intento de golpe de Estado, Erdogan le hace un guiño confiando en que ponga fin al escándalo de que EE. UU. respalde a ISIS Una invectiva recientemente rechazada como ridícula por la Administración Obama. La aspiración del líder turco, cada vez más cercano a Rusia pese a su pertenencia a la OTAN, es conformar una suerte de triple alianza con los presidentes Putin y Trump. Lo que avalaría que el resultado de la inédita elección presidencial estadounidense puede cambiar el mundo. La irrupción de Rusia como principal actor de la guerra de Siria, a punto de consolidar la victoria del dictador Al Assad, está siendo el principal factor dinamizador de cambios geoestratégicos. Las discrepancias que siempre han mantenido Erdogan y Obama se han acentuado con el acercamiento del presidente turco a Putin. Joe Biden se hace un selfie con la hija del senador Richard Blumenthal, Claire, en presencia de este (izq. REUTERS Trump obliga a rectificar el primer día de legislatura a su partido Los republicanos retiran un plan sobre una comisión de ética tras ser cuestionado por el magnate MANUEL ERICE CORRESPONSAL EN WASHINGTON Desde la campaña El aparente idilio entre Erdogan y el magnate se fraguó en la campaña. Dentro de un mensaje de apoyo similar al que ha mantenido hacia el presidente ruso, el entonces candidato republicano salió en defensa de Erdogan, hasta el punto de culpar a la CIA de estar detrás del golpe de Estado. En uno de sus mítines, Trump aseguró que tenía pruebas de que la CIA había participado, y prometió dar nombres Como suele ser habitual, el neoyorquino no ha aportado esa información. La dura reacción de Erdogan a la fallida asonada militar, que incluyó una purga en las cúpulas militar y judicial y que consumó una dura represión con miles de detenidos, también recibió las simpatías de Trump. Donald Trump ha vuelto a ratificarse como el enemigo público número 1 de su propio partido. Tras una campaña electoral demoledora en las relaciones con su formación, primero fueron sus feroces críticas a lo que sus compañeros republicanos pensaban sobre el presunto espionaje ruso sobre el proceso electoral estadounidense. Y ayer llegó el segundo enfrentamiento, puesto que el nervio de Trump se hizo más patente y, encima, para que fuese más público, a golpe de red social. El magnate no tuvo reparos en marcar territorio el primer día de legislatura puesto que ayer se inauguraba el nuevo periodo de sesiones en el Congreso. A falta de dieciséis días para que tome posesión como presidente de Estados Unidos, Trump lanzó en Twitter un mensaje a sus compañeros republicanos que no dejaba lugar a dudas: Centraos en la reforma fiscal, la atención sanitaria y en muchas otras cosas con bastante más importancia aseveró el presidente electo a los congresistas republicanos, marcando así desde el primer minuto la que tiene que ser la agenda de su partido, el mismo que no le quería como candidato a presidente. Y lo hacía porque un grupo de ellos había ocupado su tiempo en reuniones a puerta cerrada en preparar una propuesta para restar poder a la Oficina de Ética del Congreso. Esta entidad, que tiene carácter independiente, tiene como misión investigar a los congresistas y a su personal y ha protagonizado en los últimos años la revelación de varios escándalos de corrupción. Los parlamentarios republicanos pretendían que la oficina dependiese del Comité de Ética de la Cámara Baja, acusado con frecuencia de hacer caso omiso a acusaciones de entidad dirigidas contra congresistas. Enfrentamientos Trump cuestionó directamente el trabajo de los legisladores republicanos poco tiempo después de que presentasen la propuesta: Con todo lo que el Congreso tiene que trabajar han convertido en prioridad debilitar dicho organismo a pesar de lo injus- Impulsivo Centraos en la reforma fiscal, la sanidad y en cosas con más importancia pidió Trump a sus compañeros La dirección, sumisa Los líderes republicanos Ryan y McCarthy sofocaron la rebelión iniciada por un grupo de congresistas to que pueda ser aseguraba también en la misma red social. Para que no quedase lugar a dudas, tuvieron que ser los propios líderes republicanos, Paul Ryan y Kevin McCarthy, quienes sofocasen el incendio declarado en el corazón del Partido Republicano siguiendo sin titubeos las indicaciones de Trump. El hecho de que Ryan y McCarthy obliguen a sus compañeros a rectificar deja bien claro que la dirección republicana no quiere más enfrentamientos con Trump o, al menos, que estos no tengan esta rotundidad. Durante toda la jornada de ayer, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, que ejerce como presidente del Senado, se encargó de presidir la toma de posesión de los legisladores de la Cámara de Representantes, donde los republicanos ostentan una amplia mayoría con 241 de los 435 escaños. El nuevo Congreso ha prometido dar marcha atrás en la mayor parte de las políticas impulsadas por el presidente saliente, Barack Obama, y ha anunciado que empezará con la reforma sanitaria (Obamacare) y que Trump ha prometido derogar en los primeros cien días de su presidencia. Ayer mismo, los republicanos del Senado presentaron una iniciativa para acabar con la reforma sanitaria y que debe ser votada en los comités del Congreso antes del 27 de enero. Con la Casa Blanca y el Congreso en su poder, el Partido Republicano tiene la oportunidad de impulsar todas sus prioridades legislativas, un poder casi absoluto que podría verse debilitado si persisten los choques entre Trump y sus compañeros.