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ABC MADRID 01-01-2017 página 27
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ABC MADRID 01-01-2017 página 27

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO, 1 DE ENERO DE 2017 abc. es internacional INTERNACIONAL 27 Reubicación muy lenta El tiempo de espera para contestar las solicitudes de asilo es de un año por la falta de entrevistadores da, ropa... Mostraron compasión y entendimiento. Sin embargo, la presencia prolongada de los refugiados ha creado muchos problemas En las islas del Egeo hay cerca de 15.500 refugiados e inmigrantes. Solo Quíos da cobijo a más de 3.500, aunque el Estado griego solo proporciona aquí 1.100 plazas. El resto las cubre Acnur y otras organizaciones no gubernamentales. El ministro de Inmigración, Yiannis Mouzalas, justifica la decisión de mantener a miles de personas en las islas en que transferirles a la Grecia continental podría amenazar el acuerdo con Turquía. Para minimizar tensiones con la comunidad local, Mouzalas propone centros cerrados En Quíos ya hubo durante un tiempo un campamento del que los refugiados no podían salir, pero las protestas de los reclusos y las críticas de las ONG consiguieron cambiar las normas del centro. El propio alcalde de la isla reconoce que las condiciones miserables en las que ahora viven los refugiados e inmigrantes provoca tensión El acuerdo UE- Turquía ha funcionado muy bien para la UE, pero no para Quíos protesta Vournous. Según denuncia, Bruselas y Atenas no están prestando suficiente ayuda Un negocio que continúa en la costa de Turquía Aunque ha bajado el número de llegadas sigue habiendo quien se lucra J. PÉREZ DE LA CRUZ ESMIRNA EFE En general estoy muy contento con la población local. Ese ataque de unas pocas personas no representa a todos los griegos. Algunos refugiados también se portan mal y no nos representan a todos La empatía mostrada por Kamal es un sentimiento cada vez más escaso en la isla. Sin luz ni agua No obstante, todas las asociaciones humanitarias consultadas por este periódico han destacado las trabas burocráticas que el Ayuntamiento está poniendo para la instalación de nuevas tiendas o la adecuación de los campamentos a los temporales del invierno en Quíos. Falta de electricidad y acceso regular a agua son las quejas más comunes. Denegando permisos, el Gobierno local quiere evitar que su presencia sea permanente, aunque ya lo es en la práctica. Debido a los pocos entrevistadores disponibles en el país, el tiempo de espera para dar una respuesta a las solicitudes de asilo es de un año. Demasiado tiempo para evitar la desesperación. Pero, a pesar de la tensión social, sigue habiendo vecinos en Quíos dispuestos ayudar a los refugiados en todo lo posible. Un ejemplo es el empresario turístico Kostas Tanianis, quien prefiere no dar relevancia a las amenazas que ha sufrido por ello. No es agradable no poder abrir la puerta de tu negocio. O encontrarte animales muertos en tu garaje Durante más de dos meses Kostas, cuyo padre, como mucho otros griegos, también tuvo que emigrar de la actual Turquía, ha acogido a una familia siria bajo su propio techo. En unos días se marchan ya para Atenas. Les vamos a echar de menos Situación insostenible Vosotros, los periodistas que venís aquí, solo entrevistáis a familias. Nunca a los jóvenes que causan problemas protesta Manolis, que regenta una gasolinera en el centro de Quíos. Este griego de mediana edad cree firmemente que la situación es insostenible El otro día robaron en un supermercado cercano. Por el día todo está tranquilo, pero por la noche no añade. Omer, un veintañero sirio de la provincia de Deir ez Zor, no esconde que en Souda hay elementos conflictivos. En los campamentos no hay nada que hacer. La gente se desespera y muchos que entran siendo buenas personas se convierten en malas Hace un año muchos de los griegos de Quíos, entre ellos el propio Manolis, ofrecieron una extraordinaria ayuda a las miles de personas que llegaban hambrientas, heladas y asustadas a las playas. Pero la opinión pública local ha cambiado drásticamente. Manolis Vournous, alcalde de la isla, describe así el sentir de la gente: Los habitantes de Quíos estuvieron del lado de los refugiados, ofreciéndoles comi- Emmanuel trata de hacerse entender con el vendedor turco para comprar pasta de dientes. Este joven congoleño viaja con otras tres personas del África subsahariana, con los que se hospeda en una barata pensión del barrio de Basmane, en Esmirna, la principal ciudad del oeste de Turquía. Este barrio, plagado de pequeños hoteles, es un conocido punto de encuentro entre traficantes y refugiados e inmigrantes. No, no queremos ir a Grecia, somos turistas responde Emmanuel y se refugia rápidamente en su pensión. A pocos metros un hombre iraquí, pegado a su teléfono móvil, espera cerca de la puerta del hotel Derya. Dentro, según Ahmet, el recepcionista, hay en esos momentos 14 kurdoiraquíes. Ahora duermen todos susurra el hombre de mediana edad. Antes había muchísimos más, pero sí, sigue habiendo refugiados. Se suelen quedar en el hotel como mucho 14 o 15 días Los comercios cercanos también siguen aprovechándose de los refugiados mediante la venta de chalecos salvavidas, que son en realidad pedazos de corcho blanco cubiertos de plástico naranja. El precio se puede regatear; hasta 70 liras (unos 20 euros) rebaja el vendedor. En la mayoría de establecimientos ya solo se muestran en la trastienda, aunque todavía se ven escaparates plagados de ellos. Antes del pacto entre Turquía y la Unión Europea, en las callejuelas de Basmane era fácil encontrar a conseguidores de viajes, es decir. Hoy se han vuelto más elusivos. Hace unos días uno de sus colegas, un ciudadano turco, fue condenado por la justicia griega a 63 años de cárcel y a una multa de 400.000 euros. ¿Por qué entonces siguen funcionando las mafias? La respuesta es política apunta a ABC Ilke Anlier Yüksel, académica del Centro de Investigación de la Migración de la Universidad turca Koç. El Gobierno está utilizando a los refugiados como baza para mostrar a la UE que pueden enfrentarse a otra crisis en cualquier momento. Eso es por lo que, pienso yo, no están deteniendo por completo el tráfico Aunque en territorio turco nadie se considera culpable, el negocio con los refugiados e inmigrantes sigue cobrándose vidas. El número de llegadas a las islas griegas se ha reducido a una media de menos de 100 personas diarias, pero las muertes no se han detenido por completo. El pasado 20 de diciembre cuatro niños y una mujer se ahogaron cerca de la localidad turca de Ayvalik al hundirse el barco con el que intentaban llegar a Lesbos. Chalecos salvavidas abandonados tras atravesar el Egeo AFP

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