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ABC MADRID 09-12-2016 página 96
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  • EdiciónABC, MADRID
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VIERNES 9.12.2016 Editado por Diario ABC, S. L. Juan Ignacio Luca de Tena, 7, 28027 Madrid. Diario ABC, S. L. Reservados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción, distribución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta publicación, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa. Número 36.870 D. L. I: M- 13- 58 Apartado de Correos 43, Madrid. Publicidad 902 334 556 Suscripciones 901 334 554 Atención al cliente 902 334 555. EL PULSO DEL PLANETA VISTO Y NO VISTO Darjeeling, el té más cotizado del mundo Crece en el Himalaya indio y cuesta 1.600 euros el kilo. Los productores han establecido una denominación de origen para protegerse de las copias IGNACIO RUIZ- QUINTANO CAMBIOS América concibe la Constitución como una relación escueta de las reglas del juego; Europa, como una relación de peticiones al Estado L Una de las plantaciones de té de Darjeeling, en el noroeste de la India PABLO M. DÍEZ ENVIADO ESPECIAL A DARJEELING (INDIA) ABC A unque su planta original procede de China, donde se cultiva desde hace 2.500 años, el té más famoso del mundo viene de Darjeeling, a la sombra del Himalaya en el noreste de la India. A más de 2.000 metros de altura, en esta estación de montaña levantada por los británicos en la época colonial crece el que posiblemente sea el mejor té del planeta. Por su exquisito y refinado sabor, está considerado el champán del té y se cotiza como tal en históricas tiendas especializadas como Mariage Freres de París y Harney Sons de Nueva York. Allí se vende al público a precios astronómicos porque en las subastas a las distribuidoras puede alcanzar los 1.600 euros el kilo. Casi siempre negro, aunque también puede ser verde o blanco, dependiendo de su oxidación, el té de Darjeeling es tan caro por su reducida cosecha. De los mil millones de kilos de té que se producen anualmente en la India, la mitad en la región de Assam, solo 8,5 mi- llones de kilos proceden de Darjeeling, que, en el siglo XIX, los británicos libray la mayoría se exportan. Sin embargo, ron contra China para que se abriera al cada año se vende como té de Darjeeling comercio con la Compañía de las Indias cinco veces más del que se produce, de- Orientales. En uno de los primeros cabido al cultivo masivo en zonas cerca- sos de piratería industrial, sus exploranas y en el vecino Nepal. dores robaron semillas de té de la proPara acabar con este fraude y distin- vincia china de Yunnan y las pasaron guirse de otros tés del Himalaya, las 87 de contrabando a la India, donde emplantaciones oficialmente reconocidas pezaron a plantarlas en Darjeeling a de Darjeeling, repartidas en 20.000 hec- partir de 1840. táreas, han establecido una denominaGracias a su éxito, esta estación de ción de origen que protemontaña, cedida por el PRESENTA UN ge su marca a nivel global. marajá de Sikkim, flore El té de Darjeeling tiene SABOR Y AROMA ció como destino de vacaun sabor y aroma especial ESPECIAL POR EL ciones para los británicos por nuestro clima húmeCLIMA HÚMEDO que vivían en la pujante do y la composición de la Calcuta. Buena prueba de DE LA ZONA Y tierra explica a ABC LA COMPOSICIÓN ello son sus edificios coMukund Rai, uno de los loniales y el tren a vapor DE LA TIERRA responsables de la plan de juguete que, por vías tación Happy Valley, funde solo medio metro, asdada en 1854. A su juicio, la sofistica- ciende entre sus montañas. ción del té de Darjeeling se debe a que Con cuatro cosechas de té a lo largo se cultiva y recoge siguiendo el método del año, las mejores son la primera y la tradicional de fermentación, secado y segunda (entre febrero y mayo) pero no liado a mano, como hacían los británi- la tercera (de julio a septiembre) Precos hace casi dos siglos ferentemente en hojas enteras, que conEn pleno apogeo del Imperio, Ingla- servan plenamente su sabor y hay que terra importaba millones de kilos de té dejarlas reposar en agua hirviendo tres chino, por el que pagaba una fortuna en minutos, se debe tomar siempre solo, plata. Detrás de esta incipiente globali- sin azúcar, leche ni limón. Que para algo zación subyacen las guerras del opio es Darjeeling, el champán del té Verbolario POR RODRIGO CORTÉS Mustio, adj. Idiota sin riego. a Constitución (igual que el cine) es un arte americano. Los americanos concibieron la Constitución que quisieron (porque podían hacerlo, cosa que nadie más puede decir) y quisieron que fuera una relación escueta de las reglas del juego: siete artículos, y a correr. Hasta hoy. En cambio, los europeos (ingleses siempre aparte) concebimos las constituciones que nos dejan, así que, en vez de reglas de juego, que no tenemos, establecemos una relación inacabable de peticiones al estilo de Manolo Morán en Bienvenido Mr. Marshall y las cartas que los niños redactan para los Reyes Magos, dando por sentado que en España los Reyes Magos y Mr. Marshall son el Estado. La Constitución del 78 fue cosa de un ingeniero agrónomo y un director teatral, y al leerla, hoy, nadie consigue acabarla, dividiéndose las opiniones en dos bandos: el de quienes no querrían cambiarla (cambiar ¿para qué? pero que la cambiarán, y el de quienes querrían cambiarla (cambiarla para que todo siga igual) que harán lo que hagan los primeros. Ante la ausencia de juristas, el ambiente constitucionalista lo amenizan los politólogos, que a veces compaginan su ciencia jurídica con el desempeño de una concejalía de Hacienda, como en Madrid, cuyo titular quiere otra Constitución porque él, persona importante, no votó la que hay, y no le falta razón, dado que su idea de las constituciones es, como decíamos, la misma que tiene cualquier niño de las cartas a los Reyes Magos. Lo ideal, pues, sería una Constitución nueva cada quince años, que es el tiempo estimado para la eclosión de una generación cultural. Así, esta generación cultural, la generación Meritxell que sitúa en América el Muro de Berlín, votaría una Constitución que hasta podría proponerse ir más allá de los ciento setenta mil folios que ocupan las normativas europeas de las cuales han salido corriendo los ingleses, que tienen la mejor Constitución después de la americana, que es la que no está escrita.

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