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ABC MADRID 22-11-2016 página 31
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ABC MARTES, 22 DE NOVIEMBRE DE 2016 abc. es internacional INTERNACIONAL 31 Alain Juppé y François Fillon, en un pasado debate de primarias Puentes a Rusia El candidato aboga por entenderse con Putin para hacer frente a la amenaza yihadista mundial naza totalitaria del siglo XXI y no le dolerán prendas en entenderse con el Kremlin para plantar cara a este desafío global. La matriz última de todo el pensamiento político de Fillon es cultural. Católico practicante, sin estridencias, el candidato conservador aspira a restaurar las relaciones entre la derecha política y los católicos de Francia, muy deterioradas en la época de Nicolas Sarkozy. DE LEJOS PEDRO RODRÍGUEZ LAS PRIMARIAS REPUBLICANAS A LA FRANCESA Lo más previsible vuelve a no materializarse en la lucha por el liderazgo del centro- derecha en Francia Sensible a los obispos Fillon es muy sensible a las llamadas de la Conferencia Episcopal y pide un diálogo franco con los musulmanes y judíos del país. Pero considera indispensable la defensa más sustancial de los principios cardinales del conservadurismo nacional. Lejos de las estridencias verbales de Sarkozy, pero con una política con energía Fillon no se considera un candidato democristiano, pero, a su modo de ver, su programa es el que está más próximo a los católicos franceses. Ante la segunda vuelta, un Juppé derrotado en la primera ronda ha insistido en que debe celebrarse un gran debate entre dos alternativas diferentes aunque lo cierto es que los programas de ambos se asemejan bastante en lo económico. La diferencia está en que el discurso de Juppé es menos rupturista en lo diplomático y lo cultural. A juicio de Juppé, la revolución conservadora de Fillon es demasiado maximalista y poco realista en lo económico. Lo sea o no, es la última esperanza frente a Le Pen. E El programa de Fillon Recorte en 110.000 millones del gasto público en cinco años y rebaja fiscal de 50.000 millones para las empresas. Derogación de la jornada de 35 horas semanales, dando libertad a las empresas para negociarla con sus trabajadores, con un tope de 48 horas. Supresión de 500.000 puestos de funcionarios y recentralización del gasto de las administraciones. Crear una instancia jurídica excepcional para los delitos de terrorismo. Refuerzo de las fronteras exteriores de la Unión Europea. Aprobación de cuotas anuales para la entrada de inmigrantes aprobadas por la Asamblea Nacional. AFP llon considera indispensable negociar con Rusia unas relaciones privilegiadas para combatir la amenaza totalitaria islamista. Se trata de un punto capital de la estrategia internacional de quien se perfila como candidato presidencial de los republicanos. Mientras que Sarkozy y Juppé no ocultan una cierta tendencia acomodaticia hacia el islam internacional, Fillon considera que la hidra islamista es la gran ame- Videoanálisis del programa político de François Fillon Francia. Su programa se resumía en un lema: Una Francia fuerte Cinco años después, los electores de centro y derecha comprobaron que Sarkozy había subido los impuestos y agravado el déficit y la deuda del Estado, y que el paro había escalado durante su mandato. Durante la campaña de 2012, Sarkozy volvió a prometer la auténtica ruptura Los electores debían elegir entre la decadencia tranquila de François Hollande y la decadencia gesticulante de Sarkozy. Y votaron a Hollande. Cinco años después, Francia es el farolillo rojo del crecimiento europeo y los desequilibrios económicos siguen sin corregirse, aunque Sarkozy haya dicho adiós. Sarkozy abandona ayer la sede de su oficina de trabajo AFP n los tiempos de Trump, Brexit y la imperiosa extrema derecha francesa europea, François Fillon se ha convertido en la gran esperanza gala contra la ascendencia del populismo a ambos lados del Atlántico. Casi en el último momento, el ex primer ministro ha ganado por un 44 de los casi cuatro millones de votos registrados en estas primarias republicanas a la francesa de cara a las presidenciales previstas para la próxima primavera. El Jeb Bush de este trascendental ejercicio democrático ha sido, por supuesto, Nicolas Sarkozy, que deseaba autosucederse al frente del centro- derecha francés. Irónicamente, el ocupante del Elíseo entre 2007 y 2012 es percibido como el impulsor de una americanización de la política francesa. Y ya se sabe que el concepto del comeback, tan típico de la mitología electoral americana, se traduce muy malamente a las lenguas romances. Taciturno y muy superviviente son dos adjetivos recurrentes a la hora de describir a François Fillon. Ya se sabe que los primeros ministros en Francia pertenecen más bien a la categoría institucional del clínex: en lo que se conoce como la maldición de Matignon están destinados a ser usados y descartados por el presidente de la República. Fillon, un loco de las carreras de coches, se las tendrá que ver para ocupar la pole position con Alain Juppé, otro ex primer ministro, que en las primarias de este fin de semana ha quedado cualificado con un 28 de los votos. Con todo descontada la posibilidad de un candidato socialista viable la cuestión ni es Fillon o Juppé, ni se limita al partido Los Republicanos ni tan siquiera a determinar el mejor cualificado para presidir la Quinta República. El verdadero dilema es quién tiene mayores opciones para vencer en una más que previsible ronda final a la extrema derecha del Frente Nacional. Para que se vuelva a materializar la pinza aplicada contra la saga Le Pen, hace falta que muchos votantes diferentes se tapen la nariz de forma simultánea.

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