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ABC MADRID 05-11-2016 página 22
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  • EdiciónABC, MADRID
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22 ESPAÑA Nuevo Gobierno Los nombramientos pendientes SÁBADO, 5 DE NOVIEMBRE DE 2016 abc. es espana ABC Catalá quiere que Madrigal continúe como fiscal general Cesada con el nuevo Gobierno, tendría que pasar los mismos trámites que en 2015 N. VILLANUEVA MADRID La Cultura y el ministro cuádruple J. G. CALERO La llegada del nuevo Gobierno obligará a nombrar nuevo fiscal general del Estado, un puesto para el que el ministro de Justicia, Rafael Catalá, sigue queriendo a Consuelo Madrigal, que, al llevar menos de dos años al frente de este órgano, podría seguir optando a esta plaza. No obstante, es el presidente del Gobierno quien tendrá la última palabra. Si volviera a ser designada, la fiscal general permanecería en ese puesto durante cuatro años, el mismo mandato para el que fue nombrado su antecesor, Eduardo TorresDulce. Fue precisamente su marcha, a mitad de mandato (por discrepancias con los fiscales del TSJ catalán con motivo de la querella contra Artur Mas) lo que forzó el aterrizaje de Madrigal en enero de 2015. El Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal contempla entre los motivos del cese del fiscal general el cese del Gobierno que lo ha nombrado. Al ser este Ejecutivo del mismo signo político que el anterior, y teniendo en cuenta que la relación entre Madrigal y Catalá es muy buena, no hay motivos para pensar en un cambio, confiesan en el Ejecutivo. Su perfil discreto, su independencia y cómo está plantando cara al desafío independentista en defensa del Estado de Derecho y en cumplimiento de la Constitución son cuestiones que se valoran muy positivamente en el Gobierno. Sí es cierto que hace unos meses hubo algunas diferencias entre la Fiscalía y el Ministerio de Justicia con motivo de la apro- Dos claves de cambio en la posición de la cultura en el nuevo Gobierno. No hay ministerio segregado, pero Méndez de Vigo cobra peso político. Como portavoz tiene el ingrato deber de implicarse en toda batalla política. Pero la Cultura, dicen fuentes políticas, no es una cuestión de minutos de ministro, sino de equipos. Méndez de Vigo ha sido promocionado y su peso hará posible una defensa más eficaz de los proyectos legislativos, los presupuestos y las intercesiones con el sector. El ministro de Hacienda y el de Industria necesitan llevarse bien con el compañero que pone voz a sus decisiones. Por todo ello, la otra clave estará en quién es nombrado como secretario de Estado. Rafael Catalá, ayer a su llegada al primer Consejo de Ministros bación de la ley que ponía límites a la instrucción penal. Los fiscales denunciaron públicamente que con los medios de los que disponían no se consideraban capacitados para llegar a tiempo (antes de junio de este año) a la revisión de las causas consideradas simples. Al final se consiguió el objetivo y las aguas volvieron a su cauce. IGNACIO GIL Los tres poderes Aun en el caso de que permaneciera en el órgano, Madrigal tendría que volver a pasar por los mismos trámites que en diciembre de 2014, cuando dimitió Torres- Dulce: los que fija el artículo 29 del Estatuto y que implican el visto bueno de los tres poderes del Estado. Así, el fiscal general tiene que ser nombrado por el Rey a propuesta del Gobierno y oído previamen- te el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) al que se preguntaría sobre su idoneidad para el cargo. Una vez recibido este informe, el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy comunicará su propuesta al Congreso de los Diputados, que convocará a la persona elegida ante la Comisión de Justicia, cuyos miembros escucharán al candidato o candidata y podrán valorar así sus méritos. Ya nombrado, el fiscal general del Estado prestará ante el Rey el juramento o promesa que pre- Rajoy, al frente de Economía El presidente seguirá al frente de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos viene la Ley y tomará posesión del cargo ante el Pleno del Tribunal Supremo. El sustituto legal del fiscal general es el teniente fiscal del Tribunal Supremo, por lo que en ningún momento hay un vacío de poder. En el Consejo de Ministros que se reunió ayer no se produjeron acuerdos, pero a partir de la próxima semana empezarán a renovarse los segundos escalones del Ejecutivo, los 25 secretarios de Estado de la estructura del Gobierno, según se recoge en el real decreto que se publicó ayer en el BOE. El portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, sí confirmó ayer que el presidente, Mariano Rajoy, seguirá presidiendo la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, y la vicepresidenta le sustituirá en su ausencia. ANÁLISIS MANUEL MARÍN EL ERROR DE INTERPRETAR A RAJOY E l error de interpretar a Mariano Rajoy consiste en atribuirle la expectativa de un modelo de Gobierno basado en los variados criterios periodísticos al uso, y descubrir después que el presidente sigue siendo fiel a su propia mentalidad y ejecutoria. La elaboración de quinielas, convertida en una costumbre obsesiva sin mayor recorrido que un divertimento especulativo, dibuja gobiernos políticos empáticos y comunicativos como oposición a gobiernos técnicos grisáceos o de gestión Hoy, el peso de un Ejecutivo se mide en virtud de las expectativas mediáticas que genera, de los perfiles de simpatía o antipatía atribuibles a sus miembros, de su capacidad de exposición pública y de su versatilidad para el pugilato dialéctico. Se atribuye o niega a cada ministro una voluntad negociadora sin apenas reparar en que unos provienen del rodillo autoritario que implica la mayoría absoluta, y que otros ni siquiera han tenido la oportunidad de demostrarla. ¿Qué es un Gobierno po- lítico y qué no lo es? ¿Con qué criterios se juzga? Conclusión: la imagen no condiciona a Rajoy tanto como los criterios de confianza, lealtad, trayectoria y expectativa de eficacia. Rajoy ejecuta y no mide para satisfacer tertulias. Cada ministro de peso tiene motivos contradictorios para ser feliz y, a la vez, haber visto frustrada alguna expectativa. Aunque todos sonríen, para muchos hay cara y cruz. Por eso, la imagen preventiva de un Gobierno como factor de credibilidad es irrelevante para Rajoy. Sus mecanismos volitivos le inclinan siempre por el modelo gestor para dar forma a sus proyectos, independientemente de la opinión que generen porque eso sigue siendo secundario para Rajoy. Le bastará con que, de puertas afuera de La Moncloa, los ministros no rompan platos y controlen su ego. Rajoy finge creer en una legislatura de largo recorrido. Pero el espectro político de este Gobierno no tiene visos de ser amplio. Difícilmente un PSOE en plena refundación orgánica asumirá el riesgo de regalar más bazas al PP, y sin los socialistas las urnas siempre serán una amenaza convenientemente controlada por Rajoy. Es un Gobierno ideado para pactar. Rajoy ha sacrificado a dos ministros muy cercanos porque era insostenible mantenerlos y el estigma habría sido demoledor, pero entregar cabezas nunca será suficiente. Proyectar acuerdos con la oposición a cuatro años vista es una entelequia en la que pocos confían porque la duración de la legislatura vendrá predeterminada por la oposición. Creer que un indefinido Gobierno político en lugar de uno gestor prolongará la legislatura es una ingenuidad.

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