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ABC MADRID 13-10-2016 página 57
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC JUEVES, 13 DE OCTUBRE DE 2016 abc. es deportes DEPORTES 57 Ciclismo Mundial contrarreloj José María Olazábal AFP British Masters Jonathan Castroviejo, ayer durante el Mundial contrarreloj en Doha (Qatar) AFP Dieciocho meses después, Chema Olazábal vuelve a jugar al golf MIGUEL ÁNGEL BARBERO MADRID Castroviejo, bronce al fin El vizcaíno se resarce de sus cuartos puestos y gana la medalla. Tony Martin, campeón J. CARLOS CARABIAS JONATHAN CASTROVIEJO CICLISTA DEL MOVISTAR Del atropello y la caída al podio Castroviejo conoce de primera mano la principal desventura de los ciclistas. Los atropellos. Hace menos de un año, fue arrollado por un vehículo mientras se entrenaba a pocos kilómetros de Bilbao. Un coche se saltó un stop y arrolló a dos componentes del grupo. Al margen de una leve conmoción, nada le sucedió a Castroviejo, quien un par de meses después sufrió una caída al regresar al hotel en la Vuelta al Algarve. Una vértebra y el cúbito rotos lo apartaron de las carreras hasta junio. Fresco sin competir, ayer se benefició de ese parón. Una década después de la última medalla española (Iván Gutiérrez, 2005, en la Casa de Campo de Madrid) Jonathan Castroviejo recuperó el camino del éxito para una modalidad en la que nuestro país disfrutó de gigantes como Miguel Induráin o Abraham Olano, y de eficaces escuderos como Melchor Mauri, Igor González de Galdeano o Iván Gutiérrez. El ciclista vizcaíno conquistó el bronce al fin, después de las oscuras premoniciones que le empujaban de nuevo hacia el cuarto puesto que le amargó en el Mundial de Richmond y en los últimos Juegos Olímpicos. En Qatar franqueó al fin esa barrera mental. Tony Martin, el Hércules alemán, ganó su cuarto oro e iguala a Fabian Cancellara. Vasil Kiryienka, el último campeón, se agenció la plata. Castroviejo fraguó su éxito en el corazón financiero del Golfo Pérsico, esa amalgama de rascacielos levantados en la arena del desierto de Doha, allí donde el petróleo impone su voluntad. Cuando ingresó en la ciudad ni siquiera soñaba con la medalla, ya que arrastraba un retraso considerable respecto al joven irlandés Ryan Mullen y a los principales favoritos. Otra vez sonaba la sintonía a medalla de chocolate, pero Jonathan Castroviejo sabía, porque se lo había dicho al seleccionador Javier Mínguez, que ahí empezaba su verdadera contrarreloj. Debía exprimirse en los cambios de ritmo de las rotondas, en los to había malvivido por las anchas e insípidas avenidas de ida y vuelta hacia Losail, el circuito de velocidad. Arena y solo arena junto a las monstruosas lenguas de asfalto que invaden el desierto gracias a los petrodólares. Rectas y más rectas, en las que el pequeño cuerpo de Castroviejo no se desenvuelve con la misma facilidad. No apuntó a medalla en el primer punto de cronometraje (km 13) y tampoco en el segundo (km 26) Martin, Kiryienka, Mullen y Dennis se jugaban las chapas, mientras el formidable especialista holandés Tom Dumoulin (el que ganó cronos en el Giro y en el Tour) se deshacía como un azucarillo. En esos últimos 14 kilómetros, Castroviejo emuló el tranco de apisonadora de Tony Martin por las rectas de tierra. Supe mantener el ritmo. Ellos salieron muy fuertes y a lo mejor les afectó el calor argumentó el vizcaíno. Me sabe a oro En Doha extrajo lo mejor de su pedaleo redondo, esa posición de huevo sobre la bici. Aparcó el mal fario que le persigue. La caída en el Algarve cuando regresaba al hotel y que le fracturó varias vértebras y el cúbito izquierdo, y, sobre todo, los dos cuartos puestos que lo mortificaban (en el último Mundial y en Río) El adolescente Ryan Mullen (mejor tiempo desde primera hora de la mañana) tuvo que abandonar la silla del trono y permitir a los mejores de la especialidad que asaltasen sus sueños. Martin, oro, Kiryienka, plata, y Castroviejo, al fin bronce. Es un pequeño regalo para mí después de este año: la primera mitad con una grave caída y todos los resultados que he cosechado sin medalla celebró el ciclista por fin recompensado. cruces de las calles que obligan a lanzar la bicicleta, en las curvas intrincadas de la capital qatarí. Por ahí voló Castroviejo hasta hacer saltar la banca. Hasta ese momen- Lo importante no son las veces que te caigas, sino las que seas capaz de levantarte señala un José María Olazábal acostumbrado a reaparcer. En su caso, sus prolongadas ausencias de los campos de golf no han venido motivadas por retiradas voluntarias (como los toreros) sino por unos problemas físicos que han marcado su carrera. Durante los últimos veinte años sufre una artritis reumatoide de muy difícil control, que le ataca las articulaciones de manera voraz y le postra en la cama por largas temporadas. Sin embargo, el vasco hace de tripas corazón y siempre termina saliendo adelante. En ocasiones, con una chaqueta verde (como en el Masters de 1999) y en otras a hombros (como en la capitanía de la Ryder de 2012) Y aunque el último brote sufrido fue muy severo (le obligó a recluirse en casa hace 18 meses y a renunciar a la capitanía olímpica) ahora ya se siente con fuerzas para volver. Lo hará dos semanas consecutivas (esta en Londres y la que viene en el Algarve) y a partir de entonces decidirá su futuro. Quiero ver cómo respondo en un torneo ante chavales que me sacan 50 metros de pegada y que igual ni me conocen bromea. A raíz de ahí, verá si el año que viene prepara un calendario europeo o decide dar el salto al Champions Tour de veteranos con su amigo Jiménez. Clasificación 1. Tony Martin (Ale) 44: 42 2. Vasil Kiryienka (Biel) a 45 3. J. Castroviejo (Esp) 1: 10 4. Maciej Bodnar (Pol) 1: 16 5. Ryan Mullen (Irl) 1: 21 6. Rohan Dennis (Aus) 1: 27 37. Imanol Erviti (Esp) 3: 46

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