ABC MADRID 22-09-2016 página 5

ABC JUEVES, 22 DE SEPTIEMBRE DE 2016 abc. es ENFOQUE 5 María (abajo) sobrina de Ángel María Villar, fue asesinada en México. La víctima tomó un taxi en este centro comercial de la capital antes de ser secuestrada EFE Asesinada en México Olvido era María JAIME GONZÁLEZ Si María no fuera la sobrina del presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, su asesinato en México habría sido sepultado por la estadística. Los índices de criminalidad de la nación azteca son siempre aproximados, porque las cifras oficiales van muy por detrás de la realidad. Desde 2007, las víctimas se estiman en 200.000. El dato en sí mismo resulta espeluznante, pero sobrecoge aún más si se condensa en el siguiente titular: la violencia en México ha provocado más muertos que las guerras de Irak y Agfanistán. Solo en 2014 fueron asesinadas 20.000 personas, siete mil menos que en 2011, el peor año de la guerra contra los narcos. Como tanta violencia resulta insoportable, la estadística siempre peca por defecto y tiende a quitarse el muerto de encima, entre otras cosas porque los cadáveres no identificados que se amontonan en las morgues suelen caerse de la lista para que las autoridades puedan ABC decir aquello de son todavía muchos muertos, pero los datos confirman que vamos por el buen camino El secuestro y asesinato de María nos conmueve porque tiene rostro y nombre y porque su tío es una persona relevante, pero más allá de la estadística el coste de la violencia en México representa el 13 por ciento de su PIB lo trágico es el destrozo humano que provoca en una sociedad que ha superado de largo el umbral del espanto. La muerte de María nos ha tocado de cerca porque era de los nuestros, pero María no hubiera alcanzado siquiera la condición de víctima de la violencia de no ser porque se apellidaba Villar. En Mirasol, en el municipio de Santiago Tianguistenco, aparece una mujer que no estaba identificada, de aproximadamente 35 o 40 años. Fue encontrada en una canal de aguas residuales, esposada, encadenada de los pies y con una bolsa en la cabeza, ya fallecida reza el comunicado oficial. Lo del ya fallecida es una macabra obviedad, la burocrática puntilla del registrador de muertos. Olvido resultó ser María. Triste consuelo, porque en México todos los desaparecidos se llaman Olvido y no tienen apellido. INTERNACIONAL